jueves, 27 de marzo de 2025

Cómo experimenta Jesús a Dios

4 Cuaresma – C (Lucas 15,1-3.11-32)
Evangelio del 30 / Mar / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-iv-domingo-de-cuaresma-laetare-3_2025-03-30/?occurrence=2025-03-30&nskip=56198

No quería Jesús que las gentes de Galilea sintieran a Dios como un rey, un señor o un juez. Él lo experimentaba como un padre increíblemente bueno. En la parábola del «padre bueno» les hizo ver cómo imaginaba él a Dios.

Dios es como un padre que no piensa en su propia herencia. Respeta las decisiones de sus hijos. No se ofende cuando uno de ellos le da por «muerto» y le pide su parte de la herencia.

Lo ve partir de casa con tristeza, pero nunca lo olvida. Aquel hijo siempre podrá volver a casa sin temor alguno. Cuando un día lo ve venir hambriento y humillado, el padre «se conmueve», pierde el control y corre al encuentro de su hijo.

Se olvida de su dignidad de «señor» de la familia, y lo abraza y besa efusivamente como una madre. Interrumpe su confesión para ahorrarle más humillaciones. Ya ha sufrido bastante. No necesita explicaciones para acogerlo como hijo. No le impone castigo alguno. No le exige un ritual de purificación. No parece sentir siquiera la necesidad de manifestarle su perdón. No hace falta. Nunca ha dejado de amarlo. Siempre ha buscado para él lo mejor.

Él mismo se preocupa de que su hijo se sienta de nuevo bien. Le regala el anillo de la casa y el mejor vestido. Ofrece una fiesta a todo el pueblo. Habrá banquete, música y baile. El hijo ha de conocer junto al padre la fiesta buena de la vida, no la diversión falsa que buscaba entre prostitutas paganas.

Así sentía Jesús a Dios y así lo repetiría también hoy a quienes viven lejos de él y comienzan a verse como «perdidos» en medio de la vida. Cualquier teología, predicación o catequesis que olvida esta parábola central de Jesús e impide experimentar a Dios como un Padre respetuoso y bueno, que acoge a sus hijos e hijas perdidos ofreciéndoles su perdón gratuito e incondicional, no proviene de Jesús ni transmite su Buena Noticia de Dios.

José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/4-cuaresma-c-lucas-151-3-11-32-3/

jueves, 20 de marzo de 2025

¿Para qué una higuera estéril?

3 Cuaresma – C (Lucas 13,1-9)
Evangelio del 23 / Mar / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-iii-domingo-de-cuaresma-3_2025-03-23/?occurrence=2025-03-23&nskip=56191

Jesús se esforzaba de muchas maneras en despertar en la gente la conversión a Dios. Era su verdadera pasión: ha llegado el momento de buscar el reino de Dios y su justicia, la hora de dedicarnos a construir una vida más justa y humana, tal como la quiere él.

Según el evangelio de Lucas, Jesús pronunció en cierta ocasión una pequeña parábola sobre una «higuera estéril». Quería desbloquear la actitud indiferente de quienes le escuchaban, sin responder prácticamente a su llamada. El relato es breve y claro.

Un propietario tiene plantada en medio de su viña una higuera. Durante mucho tiempo ha venido a buscar fruto en ella. Sin embargo, años tras año, la higuera viene defraudando sus expectativas. Allí sigue, estéril en medio de la viña.

El dueño toma la decisión más sensata. La higuera no produce fruto y está absorbiendo inútilmente las energías del terreno. Lo más razonable es cortarla. «¿Para qué va a ocupar un terreno en balde?».

Contra toda sensatez, el viñador propone hacer todo lo posible para salvarla. Cavará la tierra alrededor de la higuera, para que pueda contar con la humedad necesaria, y le echará estiércol, para que se alimente. Sostenida por el amor, la confianza y la solicitud de su cuidador, la higuera queda invitada a dar fruto. ¿Sabrá responder?.

La parábola ha sido contada para provocar nuestra reacción. ¿Para qué una higuera sin higos?. ¿Para qué una vida estéril y sin creatividad?. ¿Para qué un cristianismo sin seguimiento práctico a Jesús?. ¿Para qué una Iglesia sin dedicación al reino de Dios?.

¿Para qué una religión que no cambia nuestros corazones?. ¿Para qué un culto sin conversión y una práctica que nos tranquiliza y confirma en nuestro bienestar?. ¿Para qué preocuparnos tanto de «ocupar» un lugar importante en la sociedad si no introducimos fuerza transformadora con nuestras vidas?. ¿Para qué hablar de las «raíces cristianas» de Europa si no es posible ver los «frutos cristianos» de los seguidores de Jesús?.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/3-cuaresma-c-lucas-131-9-3/

sábado, 15 de marzo de 2025

SÍ a la diplomacia, NO al rearme

Ante la propuesta de rearme de la UE son más necesarias que nunca la diplomacia y la adhesión al Tratado de Prohibición de Armas Nucleares.


Acabamos de compartir la visita a España de una delegación de hibakusha de Hiroshima y Nagasaki, a mediados de enero de este año, acompañados por el copresidente de Nihon Hidankyo, Mr. Shigemitsu Tanaka quien, en nombre de la organización, recibió el Premio Nobel de la Paz 2024.

Una visita que recorrió algunas ciudades de nuestro país y que ha permitido compartir la preocupación por la presencia de armas nucleares, el dolor que causan, las consecuencias tan prolongadas en el tiempo para los pueblos y las personas que lo sufren. Junto con esta delegación hemos renovado el llamamiento al Gobierno de la adhesión al Tratado de Prohibición de Armas Nucleares (TPAN), al desarme, y a la prohibición y desmantelamiento de todos los arsenales de armas nucleares, bajo el principio de que la mayor garantía de no poder utilizarlas es no tenerlas. Una visita que estuvo marcada por un mensaje de paz y seguridad, de respeto a la vida humana y al desarrollo integral de la humanidad, desde el ejercicio del diálogo, la diplomacia y el activismo noviolento.

Han sido encuentros muy significativos y de gran empatía, hermandad y solidaridad, organizados y acompañados por la Alianza para el Desarme Nuclear, de la que la Comisión General de Justicia y Paz (CGJP) forma parte, compartiendo con entidades educativas de todos los niveles, así como con entidades culturales, políticas, religiosas, medios de comunicación social, ONG y sociedad civil. Han participado personas desde los 8 a los 90 años en los diferentes escenarios. La visita ha recordado además que este año se conmemora el 80º aniversario del inicio de la amenaza nuclear con el lanzamiento de las bombas atómicas sobre la ciudadanía de Hiroshima y Nagasaki, con consecuencias devastadoras y cuyo impacto y expansión siguen activas aún hoy día. Una llamada a recordar la historia, aprender de ella y no repetir los errores y fracasos.

No al paraguas nuclear franco-británico europeo.

Y en estos días, del 3 al 7 de marzo 2025, se acaba de celebrar en la sede de la ONU en Nueva York la Tercera Reunión de los Estados Parte del TPAN que ha congregado a gobiernos y sociedad civil de todo el mundo para seguir avanzando en la visión del tratado de eliminación total de las armas nucleares. Curiosamente, en los mismos días, dirigentes de Estado y de Gobierno de los países europeos y Canadá mantienen encuentros y reuniones a favor de extender el paraguas nuclear franco-británico y de aumentar los gastos militares y armamentísticos. En este contexto, las organizaciones europeas asociadas a la Campaña Internacional

Abolir las Armas Nucleares (ICAN), y presentes en esta 3ª Conferencia de Estados Parte del TPAN, expresan que “esta dinámica socava décadas de compromisos europeos con el desarme nuclear, la no proliferación y el derecho internacional, y expone una profunda hipocresía. Un día, estos Estados afirman defender la arquitectura de seguridad internacional, es decir, el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), y al siguiente debaten abiertamente sobre el armamento nuclear.
Sus esfuerzos por condenar las amenazas nucleares de otros suenan cada día más huecos. Huelga decir que, si los proyectos siguen adelante, reducirán la seguridad de los europeos y, de hecho, de todos los Estados”. Y continúan expresando que “la disuasión nuclear nunca puede ser una estrategia de seguridad responsable o sostenible. Nos resistimos a cualquier normalización de las armas nucleares que promueva la proliferación o ponga fin al tabú nuclear desde 1945. (…) Es condenable que cualquier Estado, pero especialmente aquellos que afirman defender y promover la democracia, hablen de poner en riesgo las vidas y los medios de vida de los civiles. (…) La normalización de las armas nucleares es un paso en la dirección equivocada, especialmente hoy, cuando el riesgo de una guerra nuclear es mayor que nunca”.

En este mismo espacio de la 3ª Reunión de Estados Parte, el observador permanente ante la ONU del Estado Vaticano, Mons. Gabriele Caccia, expresó su preocupación por el retorno de la "retórica basada en la disuasión" y el "peligroso espectro de las amenazas nucleares". Pidió un "cambio de prioridades" hacia la seguridad y el desarrollo humano integral, e hizo el llamamiento a que "es imperativo que tenga lugar una reevaluación de las prioridades actuales, con inversiones dirigidas hacia un paradigma de paz y seguridad definido por la fraternidad, en lugar de la disuasión y la escalada militar". En este contexto subrayó la responsabilidad de la comunidad internacional a la hora de garantizar un futuro seguro para las nuevas generaciones. En el mundo actual, donde las armas de destrucción son cada vez más poderosas, "ha llegado el momento de decir seriamente 'no' a la guerra, de afirmar que las guerras no son justas, sino que sólo la paz es justa: una paz estable y duradera, no construida sobre el peligroso equilibrio de la disuasión, sino sobre la fraternidad que nos une", afirmó Caccia.

Nos posicionamos contra la cultura de la guerra y las armas.


La CGJP, junto con estos actores presentes en la 3ª Reunión de Estados Parte del TPAN, en sinergia en el camino hacia la paz, y ante la propuesta de los gobiernos de los países europeos de aumentar la inversión en la industria armamentística y prepararse para la guerra se posiciona de manera enérgica y clara en la condena de la escalada del rearme y de la nueva carrera armamentística y especialmente del tabú de la disuasión nuclear. En este momento histórico clave, con un mayor riesgo nuclear, se espera que los Estados hagan frente a la amenaza que suponen las armas nucleares y a la urgencia del desarme nuclear. Pedimos, por tanto, que reflexionen y consideren corregir el camino equivocado hacia la escalada armamentística y nuclear y trabajen, por un desarrollo humano integral, por una paz justa y duradera, fruto del diálogo, la colaboración y la diplomacia, y no de la confrontación y la guerra.

Sí a la inversión en desarrollo integral.

Pensando en el Jubileo 2025 y la posible acción hacia la cancelación de la deuda al desarrollo nos indigna aún más que la UE apueste por la seguridad en defensa frente al resto de componentes de la seguridad humana. Como dice el papa Francisco: "La desigualdad social genera tarde o temprano una violencia que la carrera armamentista no resuelve ni resolverá jamás”, sino que “sólo sirve para tratar de engañar a quienes reclaman mayor seguridad, como si hoy no supiéramos que las armas y la represión violenta, en lugar de traer soluciones, crean nuevos y peores conflictos”, que necesitan enmendarse con financiación mejor empleada desde el primer momento en el desarrollo humano integral y de los pueblos.

Comisión General Justicia y Paz, 11 de marzo 2025.

jueves, 13 de marzo de 2025

Vivir ante el Misterio

2 Cuaresma – C (Lucas 9,28-36)
Evangelio del 16 / Mar / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-ii-domingo-de-cuaresma-ciclo-c_2025-03-16/?occurrence=2025-03-16&nskip=56184

El hombre moderno comienza a experimentar la insatisfacción que produce en su corazón el vacío interior, la trivialidad de lo cotidiano, la superficialidad de nuestra sociedad, la incomunicación con el Misterio.

Son bastantes los que, a veces de manera vaga y confusa, otras de manera clara y palpable, sienten una decepción y un desencanto inconfesable frente a una sociedad que despersonaliza a las personas, las vacía interiormente y las incapacita para abrirse al Trascendente.

La trayectoria seguida por la humanidad es fácil de describir: ha ido aprendiendo a utilizar con una eficacia cada vez mayor el instrumento de su razón; ha ido acumulando un número cada vez mayor de datos; ha sistematizado sus conocimientos en ciencias cada vez más complejas; ha transformado las ciencias en técnicas cada vez más poderosas para dominar el mundo y la vida.

Este caminar apasionante a lo largo de los siglos tiene un riesgo. Inconscientemente hemos terminado por creer que la razón nos llevará a la liberación total. No aceptamos el Misterio. Y, sin embargo, el Misterio está presente en lo más profundo de nuestra existencia.

El ser humano quiere conocer y dominar todo. Pero no puede conocer y dominar ni su origen ni su destino último. Y lo más racional sería reconocer que estamos envueltos en algo que nos trasciende: hemos de movernos humildemente en un horizonte de Misterio.

En el mensaje de Jesús hay una invitación escandalosa para los oídos modernos: no todo se reduce a la razón. El ser humano ha de aprender a vivir ante el Misterio. Y el Misterio tiene un nombre: Dios, nuestro «Padre», que nos acoge y nos llama a vivir como hermanos.

Quizá nuestro mayor problema sea habernos incapacitado para orar y dialogar con un Padre. Estamos huérfanos y no acertamos a entendernos como hermanos. También hoy, en medio de nubes y oscuridad, se puede oír una voz que nos sigue llamando: «Este es mi hijo… Escuchadlo».


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/2-cuaresma-c-lucas-928-36-2/

jueves, 6 de marzo de 2025

Lucidez y felicidad

1 Cuaresma – C (Lucas 4,1-13)
Evangelio del 9 / Mar / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-i-domingo-de-cuaresma-3_2025-03-09/?occurrence=2025-03-09&nskip=56177

No le resultó fácil a Jesús mantenerse fiel a la misión recibida de su Padre sin desviarse de su voluntad. Los evangelios recuerdan su lucha interior y las pruebas que tuvo que superar, junto a sus discípulos, a lo largo de su vida.

Los maestros de la ley lo acosaban con preguntas capciosas para someterlo al orden establecido, olvidando al Espíritu, que lo impulsaba a curar incluso en sábado. Los fariseos le pedían que dejara de aliviar el sufrimiento de la gente y realizara algo más espectacular, «un signo del cielo», de proporciones cósmicas, con el que Dios lo confirmara ante todos.

Las tentaciones le venían incluso de sus discípulos más queridos. Santiago y Juan le pedían que se olvidara de los últimos y pensara más en reservarles a ellos los puestos de más honor y poder. Pedro le reprende porque pone en riesgo su vida y puede terminar ejecutado.

Sufría Jesús y sufrían también sus discípulos. Nada era fácil ni claro. Todos tenían que buscar la voluntad del Padre superando pruebas y tentaciones de diverso género. Pocas horas antes de ser detenido por las fuerzas de seguridad del templo, Jesús les dice así: «Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas» (Lucas 22,28).

El episodio conocido como las «tentaciones de Jesús» es un relato en el que se reagrupan y resumen las tentaciones que hubo de superar Jesús a lo largo de su vida. Aunque vive movido por el Espíritu recibido en el Jordán, nada le dispensa de sentirse atraído hacia formas falsas de mesianismo.

¿Ha de pensar en su propio interés o escuchar la voluntad del Padre?. ¿Ha de imponer su poder de Mesías o ponerse al servicio de quienes lo necesitan?. ¿Ha de buscar su propia gloria o manifestar la compasión de Dios hacia los que sufren?. ¿Ha de evitar riesgos y eludir la crucifixión o entregarse a su misión confiando en el Padre?.

El relato de las tentaciones de Jesús fue recogido en los evangelios para alertar a sus seguidores. Hemos de ser lúcidos. El Espíritu de Jesús está vivo en su Iglesia, pero los cristianos no estamos libres de falsear una y otra vez nuestra identidad cayendo en múltiples tentaciones.

Para seguir a Jesús con fidelidad hemos de identificar las tentaciones que tenemos los cristianos de hoy: la jerarquía y el pueblo; los dirigentes religiosos y los fieles. Una Iglesia que no es consciente de sus tentaciones pronto falseará su identidad y su misión. ¿No nos está sucediendo algo de esto?. ¿No necesitamos más lucidez y vigilancia para no caer en la infidelidad?. 


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/1-cuaresma-c-lucas-41-13-3/

jueves, 27 de febrero de 2025

La falta de verdad

8 Tiempo ordinario – C (Lucas 6,39-45)
Evangelio del 2 / Mar / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-viii-domingo-del-tiempo-ordinario_2025-03-02/?occurrence=2025-03-02&nskip=56170

La veracidad ha sido siempre una preocupación importante en la educación. Lo hemos conocido desde niños. Nuestros padres y educadores podían «entender» todas nuestras travesuras, pero nos pedían ser sinceros. Nos querían hacer ver que «decir la verdad» es muy importante.

Tenían razón. La verdad es uno de los pilares sobre los que se asienta la conciencia moral y la convivencia. Sin verdad no es posible vivir con dignidad. Sin verdad no es posible una convivencia justa. El ser humano se siente traicionado en una de sus exigencias más hondas.

Hoy se condena con fuerza toda clase de atropellos y abusos, pero no siempre se denuncia con la misma energía la mentira con que se intenta enmascararlos. Y, sin embargo, las injusticias se alimentan siempre a sí mismas con la mentira. Solo falseando la realidad fue posible hace unos años llevar a cabo una guerra tan injusta como fue la agresión a Iraq.

Sucede muchas veces. Los grupos de poder ponen en marcha múltiples mecanismos para dirigir la opinión pública y llevar a la sociedad hacia una determinada posición. Pero con frecuencia lo hacen ocultando la verdad y desfigurando los datos, de manera que las gentes llegan a vivir con una visión falseada de la realidad.

Las consecuencias son graves. Cuando se oculta la verdad existe el riesgo de que vayan desapareciendo los contornos del «bien» y del «mal». Ya no se puede distinguir con claridad lo «justo» de lo «injusto». La mentira no deja ver los abusos. Somos como «ciegos» que tratan de guiar a otros «ciegos».

Frente a tantos falseamientos interesados siempre hay personas que tienen la mirada limpia y ven la realidad tal como es. Son los que están atentos al sufrimiento de los inocentes. Ellos ponen verdad en medio de tanta mentira. Ponen luz en medio de tanta oscuridad.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/8-tiempo-ordinario-c-lucas-639-45-2/

jueves, 20 de febrero de 2025

Amor al enemigo

7 Tiempo ordinario – C (Lucas 6,27-38)
Evangelio del 23 / Feb / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-vii-domingo-del-tiempo-ordinario-2_2025-02-23/?occurrence=2025-02-23&nskip=56163

«A los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian». ¿Qué podemos hacer los creyentes ante estas palabras de Jesús? ¿Suprimirlas del Evangelio?. ¿Borrarlas del fondo de nuestra conciencia?. ¿Dejarlas para tiempos mejores?.

No cambia mucho en las diferentes culturas la postura básica de los hombres ante el «enemigo», es decir, ante alguien de quien solo podemos esperar algún daño. El ateniense Lisias (siglo V a. C.) expresa la concepción vigente en la antigua Grecia con una fórmula que sería bien acogida también hoy por bastantes: «Considero como norma establecida que uno tiene que procurar hacer daño a sus enemigos y ponerse al servicio de sus amigos».

Por eso hemos de destacar todavía más la importancia revolucionaria que se encierra en el mandato evangélico del amor al enemigo, considerado por los exegetas como el exponente más diáfano del mensaje cristiano.

Cuando Jesús habla del amor al enemigo, no está pensando en un sentimiento de afecto y cariño hacia él, pero sí en una actitud humana de interés positivo por su bien.

Jesús piensa que la persona es humana cuando el amor está en la base de toda su actuación. Y ni siquiera la relación con los enemigos ha de ser una excepción. Quien es humano hasta el final respeta la dignidad del enemigo, por muy desfigurada que se nos pueda presentar. No adopta ante él una postura excluyente de maldición, sino una actitud de bendición.

Y es precisamente este amor, que alcanza a todos y busca realmente el bien de todos sin excepción, la aportación más humana que puede introducir en la sociedad el que se inspira en el Evangelio de Jesús.

Hay situaciones en las que este amor al enemigo parece imposible. Estamos demasiado heridos para poder perdonar. Necesitamos tiempo para recuperar la paz. Es el momento de recordar que también nosotros vivimos de la paciencia y el perdón de Dios.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/7-tiempo-ordinario-c-lucas-627-38-2/

jueves, 13 de febrero de 2025

Tomar en serio a los pobres

6 Tiempo ordinario – C (Lucas 6,17.20-26)
Evangelio del 16 / Feb / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-vi-domingo-del-tiempo-ordinario-3_2025-02-16/?occurrence=2025-02-16&nskip=56156 

Acostumbrados a escuchar las «bienaventuranzas» tal como aparecen en el evangelio de Mateo, se nos hace duro a los cristianos de los países ricos leer el texto que nos ofrece Lucas. Al parecer, este evangelista –y no pocos de sus lectores– pertenecía a una clase acomodada. Sin embargo, lejos de suavizar el mensaje de Jesús, Lucas lo presenta de manera más provocativa.

Junto a las «bienaventuranzas» a los pobres, el evangelista recuerda las «malaventuranzas» a los ricos: «Dichosos los pobres… los que ahora tenéis hambre… los que ahora lloráis». Pero, «ay de vosotros, los ricos… los que ahora estáis saciados… los que ahora reís». El Evangelio no puede ser escuchado de igual manera por todos. Mientras para los pobres es una Buena Noticia que los invita a la esperanza, para los ricos es una amenaza que los llama a la conversión. ¿Cómo escuchar este mensaje en nuestras comunidades cristianas?.

Antes que nada, Jesús nos pone a todos ante la realidad más sangrante que hay en el mundo, la que más le hace sufrir, la que más llega al corazón de Dios, la que está más presente ante sus ojos. Una realidad que, desde los países ricos, tratamos de ignorar, encubriendo de mil maneras la injusticia más cruel, de la que en buena parte somos cómplices nosotros.

¿Queremos continuar alimentando el autoengaño o abrir los ojos a la realidad de los pobres?. ¿Tenemos voluntad de verdad?. ¿Tomaremos alguna vez en serio a esa inmensa mayoría de los que viven desnutridos y sin dignidad, los que no tienen voz ni poder, los que no cuentan para nuestra marcha hacia el bienestar?.

Los cristianos no hemos descubierto todavía la importancia que pueden tener los pobres en la historia del cristianismo. Ellos nos dan más luz que nadie para vernos en nuestra propia verdad, sacuden nuestra conciencia y nos invitan a la conversión. Ellos nos pueden ayudar a configurar la Iglesia del futuro de manera más evangélica. Nos pueden hacer más humanos: más capaces de austeridad, solidaridad y generosidad.

El abismo que separa a ricos y pobres sigue creciendo de manera imparable. En el futuro será cada vez más difícil presentarnos ante el mundo como Iglesia de Jesús ignorando a los más débiles e indefensos de la Tierra. O tomamos en serio a los pobres o nos olvidamos del Evangelio. En los países ricos nos resultará cada vez más difícil escuchar la advertencia de Jesús: «No podéis servir a Dios y al Dinero». Se nos hará insoportable.

José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/6-tiempo-ordinario-c-lucas-617-20-26-2/

jueves, 6 de febrero de 2025

No temas

5 Tiempo ordinario – C (Lucas 5,1-11)
Evangelio del 9 / Feb / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-v-domingo-del-tiempo-ordinario-3_2025-02-09/?occurrence=2025-02-09&nskip=56149

La culpa como tal no es algo inventado por las religiones. Constituye una de las experiencias humanas más antiguas y universales. Antes que aflore el sentimiento religioso se puede advertir en el ser humano esa sensación de «haber fallado» en algo. El problema no consiste en la experiencia de la culpa, sino en el modo de afrontarla.

Hay una manera sana de vivir la culpa. La persona asume la responsabilidad de sus actos, lamenta el daño que ha podido causar y se esfuerza por mejorar en el futuro su conducta. Vivida así, la experiencia de la culpa forma parte del crecimiento de la persona hacia su madurez.

Pero hay también maneras poco sanas de vivir esta culpa. La persona se encierra en su indignidad, fomenta sentimientos infantiles de mancha y suciedad, destruye su autoestima y se anula. El individuo se atormenta, se humilla, lucha consigo mismo, pero al final de todos sus esfuerzos no se libera ni crece como persona.

Lo propio del cristiano es vivir su experiencia de culpa ante un Dios que es amor y solo amor. El creyente reconoce que ha sido infiel a ese amor. Esto da a su culpa un peso y una seriedad absoluta. Pero al mismo tiempo lo libera del hundimiento, pues sabe que, aun siendo pecador, es aceptado por Dios: en él puede encontrar siempre la misericordia que salva de toda indignidad y fracaso.

Según el relato, Pedro, abrumado por su indignidad, se arroja a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador». La respuesta de Jesús no podía ser otra: «No temas», no tengas miedo de ser pecador y estar junto a mí. Esta es la suerte del creyente: se sabe pecador, pero se sabe al mismo tiempo aceptado, comprendido y amado incondicionalmente por ese Dios revelado en Jesús.

José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/5-tiempo-ordinario-c-lucas-51-11-3/

jueves, 30 de enero de 2025

Nadie está solo

4 Tiempo ordinario – C (Lucas 4,21-30)
Evangelio del 2 / Feb / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-la-presentacion-del-senor-2_2025-02-02/?occurrence=2025-02-02&nskip=56142

Todavía hoy se da entre los cristianos un cierto «elitismo religioso» que es indigno de un Dios que es amor infinito. Hay quienes piensan que Dios es un Padre extraño que, aunque tiene millones y millones de hijos e hijas que van naciendo generación tras generación, en realidad solo se preocupa de verdad de sus «preferidos». Dios siempre actúa así: escoge un «pueblo elegido», sea el pueblo de Israel o la Iglesia, y se vuelca totalmente en él, dejando a los demás pueblos y religiones en un cierto abandono.

Más aún. Se ha afirmado con toda tranquilidad que «fuera de la Iglesia no hay salvación», citando frases como la tan conocida de san Cipriano, que, sacada de su contexto, resulta escalofriante: «No puede tener a Dios por Padre el que no tiene a la Iglesia por Madre».

Es cierto que el Concilio Vaticano II ha superado esta visión indigna de Dios afirmando que «él no está lejos de quienes buscan, entre sombras e imágenes, al Dios desconocido, puesto que todos reciben de él la vida, la inspiración y todas las cosas, y el Salvador quiere que todos los hombres se salven» (Lumen gentium 16), pero una cosa son estas afirmaciones conciliares y otra los hábitos mentales que siguen dominando la conciencia de no pocos cristianos.

Hay que decirlo con toda claridad. Dios, que crea a todos por amor, vive volcado sobre todas y cada una de sus criaturas. A todos llama y atrae hacia la felicidad eterna en comunión con él. No ha habido nunca un hombre o una mujer que haya vivido sin que Dios lo haya acompañado desde el fondo de su mismo ser. Allí donde hay un ser humano, cualquiera que sea su religión o su agnosticismo, allí está Dios suscitando su salvación. Su amor no abandona ni discrimina a nadie. Como dice san Pablo: «En Dios no hay acepción de personas» (Romanos 2,11).

Rechazado en su propio pueblo de Nazaret, Jesús recuerda la historia de la viuda de Sarepta y la de Naamán el sirio, ambos extranjeros y paganos, para hacer ver con toda claridad que Dios se preocupa de sus hijos, aunque no pertenezcan al pueblo elegido de Israel. Dios no se ajusta a nuestros esquemas y discriminaciones. Todos son sus hijos e hijas, los que viven en la Iglesia y los que la han dejado. Dios no abandona a nadie.

José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/4-tiempo-ordinario-c-lucas-421-30-3/

jueves, 23 de enero de 2025

La primera mirada

3 Tiempo ordinario – C (Lucas 1,1-4; 4,14-21)
Evangelio del 26 / Ene / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-iii-domingo-del-tiempo-ordinario-3_2025-01-26/?occurrence=2025-01-26&nskip=56135

La primera mirada de Jesús no se dirige al pecado de las personas, sino al sufrimiento que arruina sus vidas. Lo primero que toca su corazón no es el pecado, sino el dolor, la opresión y la humillación que padecen hombres y mujeres. Nuestro mayor pecado consiste precisamente en cerrarnos al sufrimiento de los demás para pensar solo en el propio bienestar.

Jesús se siente «ungido por el Espíritu» de un Dios que se preocupa de los que sufren. Es ese Espíritu el que lo empuja a dedicar su vida entera a liberar, aliviar, sanar, perdonar: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad y a los ciegos la vista, para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor».

Este programa de Jesús no ha sido siempre el de los cristianos. La teología cristiana ha dirigido más su atención al pecado de las criaturas que a su sufrimiento. El conocido teólogo Johann Baptist Metz ha denunciado repetidamente este grave desplazamiento: «La doctrina cristiana de la salvación ha dramatizado demasiado el problema del pecado, mientras ha relativizado el problema del sufrimiento». Es así. Muchas veces la preocupación por el dolor humano ha quedado atenuada por la atención a la redención del pecado.

Los cristianos no creemos en cualquier Dios, sino en el Dios atento al sufrimiento humano. Frente a la «mística de ojos cerrados», propia de la espiritualidad del Oriente, volcada sobre todo en la atención a lo interior, el que sigue a Jesús se siente llamado a cultivar una «mística de ojos abiertos» y una espiritualidad de responsabilidad absoluta para atender al dolor de los que sufren.

Al cristiano verdaderamente espiritual –«ungido por el Espíritu»– se le encuentra, lo mismo que a Jesús, junto a los desvalidos y humillados. Lo que le caracteriza no es tanto la comunicación íntima con el Ser supremo cuanto el amor a un Dios Padre que lo envía hacia los seres más pobres y abandonados. Como ha recordado el cardenal Martini, en estos tiempos de globalización, el cristianismo ha de globalizar la atención al sufrimiento de los pobres de la Tierra.

José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/3-tiempo-ordinario-c-lucas-11-4-414-21-3/

jueves, 16 de enero de 2025

Alegría y amor

2 Tiempo ordinario – C (Juan 2,1-11)
Evangelio del 19 / Ene / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-ii-domingo-del-tiempo-ordinario-3_2025-01-19/?occurrence=2025-01-19&nskip=56128

Según el evangelista Juan, Jesús fue realizando signos para dar a conocer el misterio encerrado en su persona y para invitar a la gente a acoger la fuerza salvadora que traía consigo. ¿Cuál fue el primer signo?, ¿qué es lo primero que hemos de encontrar en Jesús?.

El evangelista habla de una boda en Caná de Galilea, una pequeña aldea de montaña, a quince kilómetros de Nazaret. Sin embargo, la escena tiene un carácter claramente simbólico. Ni la esposa ni el esposo tienen rostro: no hablan ni actúan. El único importante es un «invitado» que se llama Jesús.

Las bodas eran en Galilea la fiesta más esperada y querida entre las gentes del campo. Durante varios días, familiares y amigos acompañaban a los novios comiendo y bebiendo con ellos, bailando danzas de boda y cantando canciones de amor. De pronto, la madre de Jesús le hace notar algo terrible: «no les queda vino». ¿Cómo van a seguir cantando y bailando?. 

El vino es indispensable en una boda. Para aquellas gentes, el vino era, además, el símbolo más expresivo del amor y la alegría. Lo decía la tradición: «El vino alegra el corazón». Lo cantaba la novia a su amado en un precioso canto de amor: «Tus amores son mejores que el vino». ¿Qué puede ser una boda sin alegría y sin amor?, ¿qué se puede celebrar con el corazón triste y vacío de amor?.

En el patio de la casa hay «seis tinajas de piedra». Son enormes. Están «colocadas allí», de manera fija. En ellas se guarda el «agua» para las purificaciones. Representan la piedad religiosa de aquellos campesinos que tratan de vivir «puros» ante Dios. Jesús transforma el agua en vino. Su intervención va a introducir amor y alegría en aquella religión. Esta es su primera aportación.

¿Cómo podemos pretender seguir a Jesús sin cuidar más entre nosotros la alegría y el amor?, ¿qué puede haber más importante que esto en la Iglesia y en el mundo?, ¿hasta cuándo podremos conservar en «tinajas de piedra» una fe triste y aburrida?, ¿para qué sirven todos nuestros esfuerzos, si no somos capaces de introducir amor en nuestra religión?. Nada puede ser más triste que decir de una comunidad cristiana: «No les queda vino».

José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/2-tiempo-ordinario-c-juan-21-11-3/

jueves, 9 de enero de 2025

No ahogar el amor solidario

Bautismo del Señor – C (Lucas 3,15-16.21-22)
Evangelio del 12 / Ene / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-el-bautismo-del-senor-3_2025-01-12/?occurrence=2025-01-12&nskip=56121

El amor es la energía que da verdadera vida a la sociedad. En toda civilización hay fuerzas que generan vida, verdad y justicia, y fuerzas que provocan muerte, mentira e indignidad. No siempre es fácil detectarlo, pero en la raíz de todo impulso de vida está siempre el amor.

Por eso, cuando en una sociedad se ahoga el amor, se está ahogando al mismo tiempo la dinámica que lleva al crecimiento humano y a la expansión de la vida. De ahí la importancia de cuidar socialmente el amor y de luchar contra todo aquello que puede destruirlo.

Una forma de matar de raíz el amor es la manipulación de las personas. En la sociedad actual se proclaman en voz alta los derechos de la persona, pero luego los individuos son sacrificados al rendimiento, la utilidad o el desarrollo del bienestar. Se produce entonces lo que el pensador norteamericano Herbet Marcuse llamaba «la eutanasia de la libertad». Cada vez hay más personas que viven una «no libertad confortable, cómoda, razonable, democrática». Se vive bien, pero sin conocer la verdadera libertad ni el amor.

Otro riesgo para el amor es el funcionalismo. En la sociedad de la eficacia lo importante no son las personas, sino la función que ejercen. El individuo queda fácilmente reducido a una pieza del engranaje: en el trabajo es un empleado; en el consumo, un cliente; en la política, un voto; en el hospital, un número de cama… En esta sociedad, las cosas funcionan; las relaciones entre las personas mueren.

Otro modo frecuente de ahogar el amor es la indiferencia. El funcionamiento de la sociedad moderna concentra a los individuos en sus propios intereses. Los demás son una «abstracción». Se publican estudios y estadísticas tras los cuales se oculta el sufrimiento de las personas concretas. No es fácil sentirnos responsables. Es la administración pública la que se ha de ocupar de esos problemas.

¿Qué podemos hacer cada uno?. Frente a tantas formas de desamor, el Bautista sugiere una postura clara: «El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida haga lo mismo». ¿Qué podemos hacer?. Sencillamente compartir más lo que tenemos con aquellos que viven en necesidad.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/bautismo-del-senor-c-lucas-315-16-21-22-3/

jueves, 2 de enero de 2025

Seguir la estrella

Epifanía del Señor – C (Mateo 2,1-12)
Evangelio del 6 / Ene / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-ii-domingo-de-natividad_2025-01-05/?occurrence=2025-01-05&nskip=56114

Estamos demasiado acostumbrados al relato de los magos. Por otra parte, hoy apenas tenemos tiempo para detenernos a contemplar despacio las estrellas. Probablemente no es solo un asunto de tiempo. Pertenecemos a una época en la que es más fácil ver la oscuridad de la noche que los puntos luminosos que brillan en medio de cualquier tiniebla.

Sin embargo, no deja de ser conmovedor pensar en aquel escritor cristiano que, al elaborar el relato de los magos, los imaginó en medio de la noche, siguiendo la pequeña luz de una estrella. La narración respira la convicción profunda de los primeros creyentes después de la resurrección. En Jesús se han cumplido las palabras del profeta Isaías: «El pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una luz grande. Habitaban en una tierra de sombras, y una luz ha brillado ante sus ojos» (Isaías 9,1).

Sería una ingenuidad pensar que nosotros estamos viviendo una hora especialmente oscura, trágica y angustiosa. ¿No es precisamente esta oscuridad, frustración e impotencia que captamos en estos momentos uno de los rasgos que acompañan casi siempre el caminar del ser humano a lo largo de los siglos?.

Basta abrir las páginas de la historia. Sin duda encontramos momentos de luz en que se anuncian grandes liberaciones, se entrevén mundos nuevos, se abren horizontes más humanos. Y luego, ¿qué viene?. Revoluciones que crean nuevas esclavitudes, logros que provocan nuevos problemas, ideales que terminan en «soluciones a medias», nobles luchas que acaban en «pactos mediocres». De nuevo las tinieblas.

No es extraño que se nos diga que «ser hombre es muchas veces una experiencia de frustración». Pero no es esa toda la verdad. A pesar de todos los fracasos y frustraciones, el hombre vuelve a recomponerse, vuelve a esperar, vuelve a ponerse en marcha en dirección a algo. Hay en el ser humano algo que lo llama una y otra vez a la vida y a la esperanza. Hay siempre una estrella que vuelve a encenderse.

Para los creyentes, esa estrella conduce siempre a Jesús. El cristiano no cree en cualquier mesianismo. Y por eso no cae tampoco en cualquier desencanto. El mundo no es «un caso desesperado». No está en completa tiniebla. El mundo está orientado hacia su salvación. Dios será un día el fin del exilio y las tinieblas. Luz total. Hoy solo lo vemos en una humilde estrella que nos guía hacia Belén.

José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/epifania-del-senor-c-mateo-21-12-3/

viernes, 27 de diciembre de 2024

Alegría para todo el pueblo

Santa María, Madre de Dios – C (Lucas 2,16-21)
Evangelio del 1 / Ene / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-la-sagrada-familia-de-jesus-maria-y-jose-2/?occurrence=2024-12-29&pskip=37952

Hay cosas que solo la gente sencilla sabe captar. Verdades que solo el pueblo es capaz de intuir. Alegrías que solamente los pobres pueden disfrutar.

Así es el nacimiento del Salvador en Belén: No algo para ricos y gente pudiente; un acontecimiento que solo los cultos y sabios pueden entender; algo reservado a minorías selectas. Es un acontecimiento popular. Una alegría para todo el pueblo.

Más aún. Son unos pobres pastores, considerados en la sociedad judía como gente poco honrada, marginados por muchos como pecadores, los únicos que están despiertos para escuchar la noticia. También hoy es así, aunque, con frecuencia, los más pobres y marginados hayan quedado tan lejos de nuestra Iglesia.

Dios es gratuito. Por eso es acogido más fácilmente por el pueblo pobre que por aquellos que piensan poder adquirirlo todo con dinero. Dios es sencillo, y está más cerca del pueblo humilde que de aquellos que viven obsesionados por tener siempre más. Dios es bueno, y le entienden mejor los que saben quererse como hermanos que aquellos que viven egoístamente, encerrados en su bienestar.

Sigue siendo verdad lo que insinúa el relato de la primera Navidad. Los pobres tienen un corazón más abierto a Jesús que aquellos que viven satisfechos. Su corazón encierra una «sensibilidad hacia el Evangelio» que en los ricos ha quedado con frecuencia atrofiada. Tienen razón los místicos cuando dicen que para acoger a Dios es necesario «vaciarnos», «despojarnos» y «volvernos pobres».

Mientras vivamos buscando la satisfacción de nuestros deseos, ajenos al sufrimiento de los demás, conoceremos distintos grados de excitación, pero no la alegría que se anuncia a los pastores de Belén.

Mientras sigamos alimentando el deseo de posesión no se podrá cantar entre nosotros la paz que se entonó en Belén: «La idea de que se puede fomentar la paz mientras se alientan los esfuerzos de posesión y lucro es una ilusión» (Erich Fromm).

Tendremos cada vez más cosas para disfrutar, pero no llenarán nuestro vacío interior, nuestro aburrimiento y soledad. Alcanzaremos logros cada vez más notables, pero crecerá entre nosotros la rivalidad, el conflicto y la competencia despiadada.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/santa-maria-madre-de-dios-c-lucas-216-21-4/