jueves, 12 de junio de 2025

¿Es necesario creer en la Santísima Trinidad?

 

Santísima Trinidad – C (Juan 16,12-15)
Evangelio del 15 / Jun / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-la-santisima-trinidad-3_2025-06-15/?occurrence=2025-06-15&nskip=56275

¿Es necesario creer en la Trinidad?, ¿se puede?, ¿sirve para algo?, ¿no es una construcción intelectual innecesaria?, ¿cambia en algo nuestra fe si no creemos en el Dios trinitario?. Hace dos siglos, el célebre filósofo Immanuel Kant escribía estas palabras: «Desde el punto de vista práctico, la doctrina de la Trinidad es perfectamente inútil».

Nada más lejos de la realidad. La fe en la Trinidad cambia no sólo nuestra visión de Dios, sino también nuestra manera de entender la vida. Confesar la Trinidad de Dios es creer que Dios es un misterio de comunión y de amor. No un ser cerrado e impenetrable, inmóvil e indiferente. Su intimidad misteriosa es sólo amor y comunicación. Consecuencia: en el fondo último de la realidad, dando sentido y existencia a todo, no hay sino Amor. Todo lo que existe viene del Amor. 

El Padre es Amor originario, la fuente de todo amor. Él empieza el amor. «Sólo él empieza a amar sin motivos; es más, es él quien desde siempre ha empezado a amar» (Eberhard Jüngel). El Padre ama desde siempre y para siempre, sin ser obligado ni motivado desde fuera. Es el «eterno Amante». Ama y seguirá amando siempre. Nunca nos retirará su amor y fidelidad. De él solo brota amor. Consecuencia: creados a su imagen, estamos hechos para amar. Solo amando acertamos en la existencia. 

El ser del Hijo consiste en recibir el amor del Padre. Él es el «Amado eternamente», antes de la creación del mundo. El Hijo es el Amor que acoge, la respuesta eterna al amor del Padre. El misterio de Dios consiste, pues, en dar y también en recibir amor. En Dios, dejarse amar no es menos que amar. ¡Recibir amor es también divino! Consecuencia: creados a imagen de ese Dios, estamos hechos no solo para amar, sino para ser amados.

El Espíritu Santo es la comunión del Padre y del Hijo. Él es el Amor eterno entre el Padre amante y el Hijo amado, el que revela que el amor divino no es posesión celosa del Padre ni acaparamiento egoísta del Hijo. El amor verdadero es siempre apertura, don, comunicación desbordante. Por eso, el Amor de Dios no se queda en sí mismo, sino que se comunica y se extiende hasta sus criaturas. «El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado» (Romanos 5,5). Consecuencia: creados a imagen de ese Dios, estamos hechos para amarnos, sin acaparar y sin encerrarnos en amores ficticios y egoístas. 

José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/santisima-trinidad-c-juan-1612-15-2/

jueves, 5 de junio de 2025

El arte de vivir desde el Espíritu de Dios

Pentecostés – C (Juan 20,19-23)
Evangelio del 8 / Jun / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-domingo-de-pentecostes_2025-06-08/?occurrence=2025-06-08&nskip=56268

Nunca los cristianos se han sentido huérfanos. El vacío dejado por la muerte de Jesús ha sido llenado por la presencia viva del Espíritu del Resucitado. Este Espíritu del Señor llena la vida del creyente. El Espíritu de la verdad que vive con nosotros está en nosotros y nos enseña el arte de vivir en la verdad.

Lo que configura la vida de un verdadero creyente no es el ansia de bienestar ni la lucha por el éxito, ni siquiera la obediencia a un ideal, sino la búsqueda gozosa de la verdad de Dios bajo el impulso del Espíritu.

El verdadero creyente no cae ni en el legalismo ni en la anarquía, sino que busca con el corazón limpio la verdad. Su vida no está programada por prohibiciones, sino que viene animada e impulsada positivamente por el Espíritu.

Cuando vive esta experiencia del Espíritu, el creyente descubre que ser cristiano no es un peso que oprime y atormenta la conciencia, sino que es dejarnos guiar por el amor creador del Espíritu que vive en nosotros y nos hace vivir con una espontaneidad que nace, no de nuestro egoísmo, sino del amor. Una espontaneidad en la que uno renuncia a sus intereses egoístas y se confía al gozo del Espíritu. Una espontaneidad que es regeneración, renacimiento y reorientación continua hacia la verdad de Dios.

Esta vida nueva en el Espíritu no significa únicamente vida interior de piedad y oración. La verdad de Dios genera en nosotros un estilo de vida nuevo, enfrentado al estilo de vida que brota de la mentira y el egoísmo. Vivimos en una sociedad donde a la mentira se le llama diplomacia; a la explotación, negocio; a la irresponsabilidad, tolerancia; a la injusticia, orden establecido; al sexo; amor; a la arbitrariedad, libertad; a la falta de respeto, sinceridad.

Difícilmente puede esta sociedad entender o aceptar una vida acuñada por el Espíritu. Pero es este Espíritu el que defiende al creyente y le hace caminar hacia la verdad, liberándolo de la mentira social, la farsa y la intolerancia de nuestros egoísmos.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/pentecostes-c-juan-2019-23-2/

jueves, 29 de mayo de 2025

Bendecir

Ascensión del Señor – C (Lucas 24,46-53)
Evangelio del 1 / Jun / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-la-ascension-del-senor-3_2025-06-01/?occurrence=2025-06-01&nskip=56261

Según el sugestivo relato de Lucas, Jesús vuelve a su Padre «bendiciendo» a sus discípulos. Es su último gesto. Jesús deja tras de sí su bendición. Los discípulos responden al gesto de Jesús marchando al templo llenos de alegría. Y estaban allí «bendiciendo» a Dios.

La bendición es una práctica arraigada en casi todas las culturas como el mejor deseo que podemos despertar hacia otros. El judaísmo, el islam y el cristianismo le han dado siempre gran importancia. Y, aunque en nuestros días ha quedado reducida a un ritual casi en desuso, no son pocos los que subrayan su hondo contenido y la necesidad de recuperarla.

Bendecir es, antes que nada, desear el bien a las personas que vamos encontrando en nuestro camino. Querer el bien de manera incondicional y sin reservas. Querer la salud, el bienestar, la alegría… todo lo que puede ayudarles a vivir con dignidad. Cuanto más deseamos el bien para todos, más posible es su manifestación.

Bendecir es aprender a vivir desde una actitud básica de amor a la vida y a las personas. El que bendice vacía su corazón de otras actitudes poco sanas como la agresividad, el miedo, la hostilidad o la indiferencia. No es posible bendecir y al mismo tiempo vivir condenando, rechazando, odiando.

Bendecir es desearle a alguien el bien desde lo más hondo de nuestro ser, aunque no somos nosotros la fuente de la bendición, sino solo sus testigos y portadores. El que bendice no hace sino evocar, desear y pedir la presencia bondadosa del Creador, fuente de todo bien. Por eso solo se puede bendecir en actitud agradecida a Dios.

La bendición hace bien al que la recibe y al que la practica. Quien bendice a otros se bendice a sí mismo. La bendición queda resonando en su interior como plegaria silenciosa que va transformando su corazón, haciéndolo más bueno y noble. Nadie puede sentirse bien consigo mismo mientras siga maldiciendo a otro en el fondo de su ser. Los seguidores de Jesús somos portadores y testigos de la bendición de Jesús al mundo.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/ascension-del-senor-c-lucas-2446-53-3/

jueves, 22 de mayo de 2025

No da lo mismo

6 Pascua – C (Juan 14,23-29)
Evangelio del 25 / May / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-vi-domingo-de-pascua-3_2025-05-25/?occurrence=2025-05-25&nskip=56254

El pluralismo es un hecho innegable. Se puede incluso afirmar que es uno de los rasgos más característicos de la sociedad moderna. Se ha fraccionado en mil pedazos aquel mundo monolítico de hace unos años. Hoy conviven entre nosotros toda clase de posicionamientos, ideas o valores.

Este pluralismo no es solo un dato. Es uno de los pocos dogmas de nuestra cultura. Hoy todo puede ser discutido. Todo menos el derecho de cada uno a pensar como le parezca y a ser respetado en lo que piensa. Ciertamente, este pluralismo nos puede estimular a la búsqueda responsable, al diálogo y a la confrontación de posturas. Pero nos puede llevar también a graves retrocesos.

De hecho, no pocos están cayendo en un relativismo total. Todo da lo mismo. Como dice el sociólogo francés G. Lipovetsky, «vivimos en la hora de los feelings». Ya no existe verdad ni mentira, belleza ni fealdad. Nada es bueno ni malo. Se vive de impresiones, y cada uno piensa lo que quiere y hace lo que le apetece.

En este clima de relativismo se está llegando a situaciones realmente decadentes. Se defienden las creencias más peregrinas sin el mínimo rigor. Se pretende resolver con cuatro tópicos las cuestiones más vitales del ser humano. Algo quiere decir A. Finkielkraut cuando afirma que «la barbarie se está apoderando de la cultura».

La pregunta es inevitable. ¿Se puede llamar «progreso» a todo esto?. ¿Es bueno para la persona y para la humanidad poblar la mente de cualquier idea o llenar el corazón de cualquier creencia, renunciando a una búsqueda honesta de mayor verdad, bondad y sentido de la existencia?.

El cristiano está llamado hoy a vivir su fe en actitud de búsqueda responsable y compartida. No da igual pensar cualquier cosa de la vida. Hemos de seguir buscando la verdad última del ser humano, que está muy lejos de quedar explicada satisfactoriamente a partir de teorías científicas, sistemas sicológicos o visiones ideológicas.

El cristiano está llamado también a vivir sanando esta cultura. No es lo mismo ganar dinero sin escrúpulo alguno que desempeñar honradamente un servicio público, ni es igual dar gritos a favor del terrorismo que defender los derechos de cada persona. No da lo mismo abortar que acoger la vida, ni es igual «hacer el amor» de cualquier manera que amar de verdad al otro. No es lo mismo ignorar a los necesitados o trabajar por sus derechos. Lo primero es malo y daña al ser humano. Lo segundo está cargado de esperanza y promesa.

También en medio del actual pluralismo siguen resonando las palabras de Jesús: «El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará».


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/6-pascua-c-juan-1423-29-3/

jueves, 15 de mayo de 2025

Comunidad de amistad

5 Pascua – C (Juan 13,31-33a.34-35)
Evangelio del 18 / May / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-v-domingo-de-pascua-3_2025-05-18/?occurrence=2025-05-18&nskip=56247

Jesús comparte con sus discípulos los últimos momentos antes de volver al misterio del Padre. El relato de Juan recoge cuidadosamente su testamento: lo que Jesús quiere dejar grabado para siempre en sus corazones: «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado».

El evangelista Juan tiene su atención puesta en la comunidad cristiana. No está pensando en los de fuera. Cuando falte Jesús, en su comunidad se tendrán que querer como «amigos», porque así los ha querido Jesús: «Vosotros sois mis amigos»; «ya no os llamo siervos, a vosotros os he llamado amigos». La comunidad de Jesús será una comunidad de amistad.

Esta imagen de la comunidad cristiana como «comunidad de amigos» quedó pronto olvidada. Durante muchos siglos, los cristianos se han visto a sí mismos como una «familia» donde algunos son «padres» (el papa, los obispos, los sacerdotes, los abades…); otros son «hijos» fieles, y todos han de vivir como «hermanos».

Entender así la comunidad cristiana estimula la fraternidad, pero tiene sus riesgos. En la «familia cristiana» se tiende a subrayar el lugar que le corresponde a cada uno. Se destaca lo que nos diferencia, no lo que nos une; se da mucha importancia a la autoridad, el orden, la unidad, la subordinación. Y se corre el riesgo de promover la dependencia, el infantilismo y la irresponsabilidad de muchos.

Una comunidad basada en la «amistad cristiana» enriquecería y transformaría hoy a la Iglesia de Jesús. La amistad promueve lo que nos une, no lo que nos diferencia. Entre amigos se cultiva la igualdad, la reciprocidad y el apoyo mutuo. Nadie está por encima de nadie. Ningún amigo es superior a otro. Se respetan las diferencias, pero se cuida la cercanía y la relación.

Entre amigos es más fácil sentirse responsable y colaborar. Y no es tan difícil estar abiertos a los extraños y diferentes, los que necesitan acogida y amistad. De una comunidad de amigos es difícil marcharse. De una comunidad fría, rutinaria e indiferente, la gente se va, y los que se quedan apenas lo sienten.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/5-pascua-c-juan-1331-33a-34-35-3/

jueves, 8 de mayo de 2025

Volver a Jesús

4 Pascua – C (Juan 10,27-30)
Evangelio del 11 / May / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-iv-domingo-de-pascua-3_2025-05-11/?occurrence=2025-05-11&nskip=56240

Se pueden hacer toda clase de estudios y diagnósticos. Lo cierto es que el mundo necesita hoy savia nueva para vivir. Las Iglesias andan buscando aliento y esperanza. Las muchedumbres pobres del planeta reclaman justicia y pan. Occidente ya no sabe cómo salir de esa tristeza mal disimulada que ningún bienestar logra ocultar.

El problema no es solo de cambios políticos ni de renovaciones teológicas, sino de vida. Estamos necesitados de algo parecido al «fuego» que prendió Jesús en su breve paso por la tierra: su mística, su lucidez, su pasión por el ser humano. Necesitamos personas como él, palabras como las suyas, esperanza y amor como los suyos. Necesitamos volver a Jesús.

Desde el inicio, los cristianos vieron que él podía guiar a los seres humanos. Con su conocido lenguaje, el cuarto evangelio lo presenta como el «pastor» capaz de liberar a las ovejas del aprisco donde se encuentran encerradas para «sacarlas afuera», a un país nuevo de vida y dignidad. Él marcha por delante marcando el camino a quienes lo quieren seguir.

Jesús no impone nada. No fuerza a nadie. Llama a cada uno «por su nombre». Para él no hay masas. Cada uno tiene nombre y rostro propios. Cada uno ha de escuchar su voz sin confundirla con la de extraños, que no son sino «ladrones» que quitan al pueblo luz y esperanza.

Esto es lo decisivo: no escuchar voces extrañas, huir de mensajes que no vienen de Galilea. Siempre que la Iglesia ha buscado renovarse se ha desencadenado una vuelta a Jesús para seguir de nuevo sus pasos. Como se ha recordado tantas veces, «sígueme» es la primera y la última palabra de Jesús a Pedro (Dietrich Bonhoeffer).

Pero volver a Jesús no es tarea exclusiva del papa ni de los obispos. Todos los creyentes somos responsables. Para volver a Jesús no hay que esperar ninguna orden. Francisco de Asís no esperó a que la Iglesia de su tiempo tomara no sé qué decisiones. Él mismo se convirtió al evangelio y comenzó la aventura de seguir a Jesús de verdad. ¿A qué tenemos que esperar para despertar entre nosotros una pasión nueva por el evangelio y por Jesús?.

José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/4-pascua-c-juan-1027-30-3/

jueves, 1 de mayo de 2025

Cualquiera no sirve

3 Pascua – C (Juan 21,1-19)
Evangelio del 4 / May / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-iii-domingo-de-pascua-3_2025-05-04/?occurrence=2025-05-04&nskip=56233

Después de comer con los suyos a la orilla del lago, Jesús inicia una conversación con Pedro. El diálogo ha sido trabajado cuidadosamente, pues tiene como objetivo recordar algo de gran importancia para la comunidad cristiana: entre los seguidores de Jesús, solo está capacitado para ser guía y pastor quien se distingue por su amor a él.

No ha habido ocasión en que Pedro no haya manifestado su adhesión absoluta a Jesús por encima de los demás. Sin embargo, en el momento de la verdad es el primero en negarlo. ¿Qué hay de verdad en su adhesión?. ¿Puede ser guía y pastor de los seguidores de Jesús?.

Antes de confiarle su «rebaño», Jesús le hace la pregunta fundamental: «¿Me amas más que estos?». No le pregunta: «¿Te sientes con fuerzas?. ¿Conoces bien mi doctrina?. ¿Te ves capacitado para gobernar a los míos?». No. Es el amor a Jesús lo que capacita para animar, orientar y alimentar a sus seguidores, como lo hacía él.

Pedro le responde con humildad y sin compararse con nadie: «Tú sabes que te quiero». Pero Jesús le repite dos veces más su pregunta, de manera cada vez más incisiva: «¿Me amas?. ¿Me quieres de verdad?». La inseguridad de Pedro va creciendo. Cada vez se atreve menos a proclamar su adhesión. Al final se llena de tristeza. Ya no sabe qué responder: «Tú lo sabes todo».

A medida que Pedro va tomando conciencia de la importancia del amor, Jesús le va confiando su rebaño para que cuide, alimente y comunique vida a sus seguidores, empezando por los más pequeños y necesitados: los «corderos».

Con frecuencia se relaciona a jerarcas y pastores solo con la capacidad de gobernar con autoridad o de predicar con garantía la verdad. Sin embargo, hay adhesiones a Cristo, firmes, seguras y absolutas, que, vacías de amor, no capacitan para cuidar y guiar a los seguidores de Jesús.

Pocos factores son más decisivos para la conversión de la Iglesia que la conversión de los jerarcas, obispos, sacerdotes y dirigentes religiosos al amor a Jesús. Somos nosotros los primeros que hemos de escuchar su pregunta: «¿Me amas más que estos?. ¿Amas a mis corderos y a mis ovejas?».


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/3-pascua-c-juan-211-19-3/

jueves, 24 de abril de 2025

Abrir las puertas

2 Pascua – C (Juan 20,19-32)
Evangelio del 27 / Abr / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-ii-domingo-de-pascua-o-de-la-divina-misericordia-3_2025-04-27/?occurrence=2025-04-27&nskip=56226

El evangelio de Juan describe con trazos oscuros la situación de la comunidad cristiana cuando en su centro falta Cristo resucitado. Sin su presencia viva, la Iglesia se convierte en un grupo de hombres y mujeres que viven «en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos».

Con las «puertas cerradas» no se puede escuchar lo que sucede fuera. No es posible captar la acción del Espíritu en el mundo. No se abren espacios de encuentro y diálogo con nadie. Se apaga la confianza en el ser humano y crecen los recelos y prejuicios. Pero una Iglesia sin capacidad de dialogar es una tragedia, pues los seguidores de Jesús estamos llamados a actualizar hoy el eterno diálogo de Dios con el ser humano.

El «miedo» puede paralizar la evangelización y bloquear nuestras mejores energías. El miedo nos lleva a rechazar y condenar. Con miedo no es posible amar al mundo. Pero, si no lo amamos, no lo estamos mirando como lo mira Dios. Y, si no lo miramos con los ojos de Dios, ¿cómo comunicaremos su Buena Noticia?.

Si vivimos con las puertas cerradas, ¿quién dejará el redil para buscar las ovejas perdidas?. ¿Quién se atreverá a tocar a algún leproso excluido?. ¿Quién se sentará a la mesa con pecadores o prostitutas?. ¿Quién se acercará a los olvidados por la religión?. Los que quieran buscar al Dios de Jesús nos encontrarán con las puertas cerradas.

Nuestra primera tarea es dejar entrar al Resucitado a través de tantas barreras que levantamos para defendernos del miedo. Que Jesús ocupe el centro de nuestras iglesias, grupos y comunidades. Que solo él sea fuente de vida, de alegría y de paz. Que nadie ocupe su lugar. Que nadie se apropie de su mensaje. Que nadie imponga un estilo diferente al suyo.

Ya no tenemos el poder de otros tiempos. Sentimos la hostilidad y el rechazo en nuestro entorno. Somos frágiles. Necesitamos más que nunca abrirnos al aliento del Resucitado para acoger su Espíritu Santo.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/2-pascua-c-juan-2019-32/

jueves, 17 de abril de 2025

Las cicatrices del resucitado

Pascua de Resurrección – C (Juan 20,1-9)
Evangelio del 20 / Abr / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-domingo-de-pascua-de-la-resurreccion-del-senor-2_2025-04-20/?occurrence=2025-04-20&pskip=56221

«Vosotros lo matasteis, pero Dios lo resucitó». Esto es lo que predican con fe los discípulos de Jesús por las calles de Jerusalén a los pocos días de su ejecución. Para ellos, la resurrección es la respuesta de Dios a la acción injusta y criminal de quienes han querido callar para siempre su voz y anular de raíz su proyecto de un mundo más justo.

No lo hemos de olvidar. En el corazón de nuestra fe hay un Crucificado al que Dios le ha dado la razón. En el centro mismo de la Iglesia hay una víctima a la que Dios ha hecho justicia. Una vida «crucificada», pero vivida con el espíritu de Jesús, no terminará en fracaso, sino en resurrección.

Esto cambia totalmente el sentido de nuestros esfuerzos, penas, trabajos y sufrimientos por un mundo más humano y una vida más dichosa para todos. Vivir pensando en los que sufren, estar cerca de los más desvalidos, echar una mano a los indefensos… seguir los pasos de Jesús, no es algo absurdo. Es caminar hacia el Misterio de un Dios, que resucitará para siempre nuestras vidas.

Los pequeños abusos que podamos padecer, las injusticias, rechazos o incomprensiones que podamos sufrir, son heridas que un día cicatrizarán para siempre. Hemos de aprender a mirar con más fe las cicatrices del Resucitado. Así serán un día nuestras heridas de hoy. Cicatrices curadas por Dios para siempre.

Esta fe nos sostiene por dentro y nos hace más fuertes para seguir corriendo riesgos. Poco a poco hemos de ir aprendiendo a no quejarnos tanto, a no vivir siempre lamentándonos del mal que hay en el mundo y en la Iglesia, a no sentirnos siempre víctimas de los demás. ¿Por qué no podemos vivir como Jesús, diciendo: «Nadie me quita la vida, sino que soy yo quien la doy»?.

Seguir al Crucificado hasta compartir con él la resurrección es, en definitiva, aprender a «dar la vida», el tiempo, nuestras fuerzas y, tal vez, nuestra salud por amor. No nos faltarán heridas, cansancio y fatigas. Una esperanza nos sostiene: un día, «Dios enjugará las lágrimas de nuestros ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque todo este mundo viejo habrá pasado».


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/pascua-de-resurreccion-c-juan-201-9-2/

jueves, 10 de abril de 2025

Con los crucificados

Domingo de Ramos – C (Lucas 19,28-40 / Lucas 22,14-25,36)
Evangelio del 13 / Abr / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-domingo-de-ramos-en-la-pasion-del-senor-3_2025-04-13/?occurrence=2025-04-13&nskip=56212

El mundo está lleno de iglesias cristianas presididas por la imagen del Crucificado, y está lleno también de personas que sufren, crucificadas por la desgracia, las injusticias y el olvido: enfermos privados de cuidado, mujeres maltratadas, ancianos ignorados, niños y niñas violados, emigrantes sin papeles ni futuro. Y gente, mucha gente hundida en el hambre y la miseria en el mundo entero.

Es difícil imaginar un símbolo más cargado de esperanza que esa cruz plantada por los cristianos en todas partes: «memoria» conmovedora de un Dios crucificado y recuerdo permanente de su identificación con todos los inocentes que sufren de manera injusta en nuestro mundo.

Esa cruz, levantada entre nuestras cruces, nos recuerda que Dios sufre con nosotros. A Dios le duele el hambre de los niños de Calcuta, sufre con los asesinados y torturados de Iraq, llora con las mujeres maltratadas día a día en su hogar. No sabemos explicarnos la raíz última de tanto mal. Y, aunque lo supiéramos, no nos serviría de mucho. Solo sabemos que Dios sufre con nosotros. No estamos solos.

Pero los símbolos más sublimes pueden quedar pervertidos si no recuperamos una y otra vez su verdadero contenido. ¿Qué significa la imagen del Crucificado, tan presente entre nosotros, si no vemos marcados en su rostro el sufrimiento, la soledad, la tortura y desolación de tantos hijos e hijas de Dios?.

¿Qué sentido tiene llevar una cruz sobre nuestro pecho si no sabemos cargar con la más pequeña cruz de tantas personas que sufren junto a nosotros?. ¿Qué significan nuestros besos al Crucificado si no despiertan en nosotros el cariño, la acogida y el acercamiento a quienes viven crucificados?.

El Crucificado desenmascara como nadie nuestras mentiras y cobardías. Desde el silencio de la cruz, él es el juez más firme y manso del aburguesamiento de nuestra fe, de nuestra acomodación al bienestar y nuestra indiferencia ante los que sufren. Para adorar el misterio de un «Dios crucificado» no basta celebrar la Semana Santa; es necesario además acercarnos más a los crucificados, semana tras semana.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/domingo-de-ramos-c-lucas-1928-40-lucas-2214-2536/

jueves, 3 de abril de 2025

Amigo de la mujer

5 Cuaresma – C (Juan 8,1-11)
Evangelio del 6 / Abr / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-v-domingo-de-cuaresma-3_2025-04-06/?occurrence=2025-04-06&nskip=56205

Sorprende ver a Jesús rodeado de tantas mujeres: amigas entrañables como María Magdalena o las hermanas Marta y María de Betania. Seguidoras fieles como Salomé, madre de una familia de pescadores. Mujeres enfermas, prostitutas de aldea… De ningún profeta se dice algo parecido.

¿Qué encontraban en él las mujeres?, ¿por qué las atraía tanto?. La respuesta que ofrecen los relatos evangélicos es clara. Jesús las mira con ojos diferentes. Las trata con una ternura desconocida, defiende su dignidad, las acoge como discípulas. Nadie las había tratado así.

La gente las veía como fuente de impureza ritual. Rompiendo tabúes y prejuicios, Jesús se acerca a ellas sin temor alguno, las acepta en su mesa y hasta se deja acariciar por una prostituta agradecida.

La sociedad las consideraba como ocasión y fuente de pecado; desde niños se les advertía a los varones para no caer en sus artes de seducción. Jesús, sin embargo, pone el acento en la responsabilidad de los varones: «Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio en su corazón».

Se entiende su reacción cuando le presentan a una mujer sorprendida en adulterio, con intención de lapidarla. Nadie habla del varón. Es lo que ocurría siempre en aquella sociedad machista. Se condena a la mujer porque ha deshonrado a la familia y se disculpa con facilidad al varón.

Jesús no soporta esta hipocresía social construida por el dominio de los varones. Con sencillez y valentía admirables, pone verdad, justicia y compasión: «El que esté sin pecado, que arroje la primera piedra». Los acusadores se retiran avergonzados. Saben que ellos son los más responsables de los adulterios que se cometen en aquella sociedad.

Jesús se dirige a aquella mujer humillada con ternura y respeto: «Tampoco yo te condeno». Vete, sigue caminando en tu vida y, «en adelante, no peques más». Jesús confía en ella, le desea lo mejor y le anima a no pecar. Pero de sus labios no saldrá condena alguna.

¿Quién nos enseñará a mirar hoy a la mujer con los ojos de Jesús?, ¿quién introducirá en la Iglesia y en la sociedad la verdad, la justicia y la defensa de la mujer al estilo de Jesús?. 


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/5-cuaresma-c-juan-81-11-2/

jueves, 27 de marzo de 2025

Cómo experimenta Jesús a Dios

4 Cuaresma – C (Lucas 15,1-3.11-32)
Evangelio del 30 / Mar / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-iv-domingo-de-cuaresma-laetare-3_2025-03-30/?occurrence=2025-03-30&nskip=56198

No quería Jesús que las gentes de Galilea sintieran a Dios como un rey, un señor o un juez. Él lo experimentaba como un padre increíblemente bueno. En la parábola del «padre bueno» les hizo ver cómo imaginaba él a Dios.

Dios es como un padre que no piensa en su propia herencia. Respeta las decisiones de sus hijos. No se ofende cuando uno de ellos le da por «muerto» y le pide su parte de la herencia.

Lo ve partir de casa con tristeza, pero nunca lo olvida. Aquel hijo siempre podrá volver a casa sin temor alguno. Cuando un día lo ve venir hambriento y humillado, el padre «se conmueve», pierde el control y corre al encuentro de su hijo.

Se olvida de su dignidad de «señor» de la familia, y lo abraza y besa efusivamente como una madre. Interrumpe su confesión para ahorrarle más humillaciones. Ya ha sufrido bastante. No necesita explicaciones para acogerlo como hijo. No le impone castigo alguno. No le exige un ritual de purificación. No parece sentir siquiera la necesidad de manifestarle su perdón. No hace falta. Nunca ha dejado de amarlo. Siempre ha buscado para él lo mejor.

Él mismo se preocupa de que su hijo se sienta de nuevo bien. Le regala el anillo de la casa y el mejor vestido. Ofrece una fiesta a todo el pueblo. Habrá banquete, música y baile. El hijo ha de conocer junto al padre la fiesta buena de la vida, no la diversión falsa que buscaba entre prostitutas paganas.

Así sentía Jesús a Dios y así lo repetiría también hoy a quienes viven lejos de él y comienzan a verse como «perdidos» en medio de la vida. Cualquier teología, predicación o catequesis que olvida esta parábola central de Jesús e impide experimentar a Dios como un Padre respetuoso y bueno, que acoge a sus hijos e hijas perdidos ofreciéndoles su perdón gratuito e incondicional, no proviene de Jesús ni transmite su Buena Noticia de Dios.

José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/4-cuaresma-c-lucas-151-3-11-32-3/

jueves, 20 de marzo de 2025

¿Para qué una higuera estéril?

3 Cuaresma – C (Lucas 13,1-9)
Evangelio del 23 / Mar / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-iii-domingo-de-cuaresma-3_2025-03-23/?occurrence=2025-03-23&nskip=56191

Jesús se esforzaba de muchas maneras en despertar en la gente la conversión a Dios. Era su verdadera pasión: ha llegado el momento de buscar el reino de Dios y su justicia, la hora de dedicarnos a construir una vida más justa y humana, tal como la quiere él.

Según el evangelio de Lucas, Jesús pronunció en cierta ocasión una pequeña parábola sobre una «higuera estéril». Quería desbloquear la actitud indiferente de quienes le escuchaban, sin responder prácticamente a su llamada. El relato es breve y claro.

Un propietario tiene plantada en medio de su viña una higuera. Durante mucho tiempo ha venido a buscar fruto en ella. Sin embargo, años tras año, la higuera viene defraudando sus expectativas. Allí sigue, estéril en medio de la viña.

El dueño toma la decisión más sensata. La higuera no produce fruto y está absorbiendo inútilmente las energías del terreno. Lo más razonable es cortarla. «¿Para qué va a ocupar un terreno en balde?».

Contra toda sensatez, el viñador propone hacer todo lo posible para salvarla. Cavará la tierra alrededor de la higuera, para que pueda contar con la humedad necesaria, y le echará estiércol, para que se alimente. Sostenida por el amor, la confianza y la solicitud de su cuidador, la higuera queda invitada a dar fruto. ¿Sabrá responder?.

La parábola ha sido contada para provocar nuestra reacción. ¿Para qué una higuera sin higos?. ¿Para qué una vida estéril y sin creatividad?. ¿Para qué un cristianismo sin seguimiento práctico a Jesús?. ¿Para qué una Iglesia sin dedicación al reino de Dios?.

¿Para qué una religión que no cambia nuestros corazones?. ¿Para qué un culto sin conversión y una práctica que nos tranquiliza y confirma en nuestro bienestar?. ¿Para qué preocuparnos tanto de «ocupar» un lugar importante en la sociedad si no introducimos fuerza transformadora con nuestras vidas?. ¿Para qué hablar de las «raíces cristianas» de Europa si no es posible ver los «frutos cristianos» de los seguidores de Jesús?.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/3-cuaresma-c-lucas-131-9-3/

sábado, 15 de marzo de 2025

SÍ a la diplomacia, NO al rearme

Ante la propuesta de rearme de la UE son más necesarias que nunca la diplomacia y la adhesión al Tratado de Prohibición de Armas Nucleares.


Acabamos de compartir la visita a España de una delegación de hibakusha de Hiroshima y Nagasaki, a mediados de enero de este año, acompañados por el copresidente de Nihon Hidankyo, Mr. Shigemitsu Tanaka quien, en nombre de la organización, recibió el Premio Nobel de la Paz 2024.

Una visita que recorrió algunas ciudades de nuestro país y que ha permitido compartir la preocupación por la presencia de armas nucleares, el dolor que causan, las consecuencias tan prolongadas en el tiempo para los pueblos y las personas que lo sufren. Junto con esta delegación hemos renovado el llamamiento al Gobierno de la adhesión al Tratado de Prohibición de Armas Nucleares (TPAN), al desarme, y a la prohibición y desmantelamiento de todos los arsenales de armas nucleares, bajo el principio de que la mayor garantía de no poder utilizarlas es no tenerlas. Una visita que estuvo marcada por un mensaje de paz y seguridad, de respeto a la vida humana y al desarrollo integral de la humanidad, desde el ejercicio del diálogo, la diplomacia y el activismo noviolento.

Han sido encuentros muy significativos y de gran empatía, hermandad y solidaridad, organizados y acompañados por la Alianza para el Desarme Nuclear, de la que la Comisión General de Justicia y Paz (CGJP) forma parte, compartiendo con entidades educativas de todos los niveles, así como con entidades culturales, políticas, religiosas, medios de comunicación social, ONG y sociedad civil. Han participado personas desde los 8 a los 90 años en los diferentes escenarios. La visita ha recordado además que este año se conmemora el 80º aniversario del inicio de la amenaza nuclear con el lanzamiento de las bombas atómicas sobre la ciudadanía de Hiroshima y Nagasaki, con consecuencias devastadoras y cuyo impacto y expansión siguen activas aún hoy día. Una llamada a recordar la historia, aprender de ella y no repetir los errores y fracasos.

No al paraguas nuclear franco-británico europeo.

Y en estos días, del 3 al 7 de marzo 2025, se acaba de celebrar en la sede de la ONU en Nueva York la Tercera Reunión de los Estados Parte del TPAN que ha congregado a gobiernos y sociedad civil de todo el mundo para seguir avanzando en la visión del tratado de eliminación total de las armas nucleares. Curiosamente, en los mismos días, dirigentes de Estado y de Gobierno de los países europeos y Canadá mantienen encuentros y reuniones a favor de extender el paraguas nuclear franco-británico y de aumentar los gastos militares y armamentísticos. En este contexto, las organizaciones europeas asociadas a la Campaña Internacional

Abolir las Armas Nucleares (ICAN), y presentes en esta 3ª Conferencia de Estados Parte del TPAN, expresan que “esta dinámica socava décadas de compromisos europeos con el desarme nuclear, la no proliferación y el derecho internacional, y expone una profunda hipocresía. Un día, estos Estados afirman defender la arquitectura de seguridad internacional, es decir, el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), y al siguiente debaten abiertamente sobre el armamento nuclear.
Sus esfuerzos por condenar las amenazas nucleares de otros suenan cada día más huecos. Huelga decir que, si los proyectos siguen adelante, reducirán la seguridad de los europeos y, de hecho, de todos los Estados”. Y continúan expresando que “la disuasión nuclear nunca puede ser una estrategia de seguridad responsable o sostenible. Nos resistimos a cualquier normalización de las armas nucleares que promueva la proliferación o ponga fin al tabú nuclear desde 1945. (…) Es condenable que cualquier Estado, pero especialmente aquellos que afirman defender y promover la democracia, hablen de poner en riesgo las vidas y los medios de vida de los civiles. (…) La normalización de las armas nucleares es un paso en la dirección equivocada, especialmente hoy, cuando el riesgo de una guerra nuclear es mayor que nunca”.

En este mismo espacio de la 3ª Reunión de Estados Parte, el observador permanente ante la ONU del Estado Vaticano, Mons. Gabriele Caccia, expresó su preocupación por el retorno de la "retórica basada en la disuasión" y el "peligroso espectro de las amenazas nucleares". Pidió un "cambio de prioridades" hacia la seguridad y el desarrollo humano integral, e hizo el llamamiento a que "es imperativo que tenga lugar una reevaluación de las prioridades actuales, con inversiones dirigidas hacia un paradigma de paz y seguridad definido por la fraternidad, en lugar de la disuasión y la escalada militar". En este contexto subrayó la responsabilidad de la comunidad internacional a la hora de garantizar un futuro seguro para las nuevas generaciones. En el mundo actual, donde las armas de destrucción son cada vez más poderosas, "ha llegado el momento de decir seriamente 'no' a la guerra, de afirmar que las guerras no son justas, sino que sólo la paz es justa: una paz estable y duradera, no construida sobre el peligroso equilibrio de la disuasión, sino sobre la fraternidad que nos une", afirmó Caccia.

Nos posicionamos contra la cultura de la guerra y las armas.


La CGJP, junto con estos actores presentes en la 3ª Reunión de Estados Parte del TPAN, en sinergia en el camino hacia la paz, y ante la propuesta de los gobiernos de los países europeos de aumentar la inversión en la industria armamentística y prepararse para la guerra se posiciona de manera enérgica y clara en la condena de la escalada del rearme y de la nueva carrera armamentística y especialmente del tabú de la disuasión nuclear. En este momento histórico clave, con un mayor riesgo nuclear, se espera que los Estados hagan frente a la amenaza que suponen las armas nucleares y a la urgencia del desarme nuclear. Pedimos, por tanto, que reflexionen y consideren corregir el camino equivocado hacia la escalada armamentística y nuclear y trabajen, por un desarrollo humano integral, por una paz justa y duradera, fruto del diálogo, la colaboración y la diplomacia, y no de la confrontación y la guerra.

Sí a la inversión en desarrollo integral.

Pensando en el Jubileo 2025 y la posible acción hacia la cancelación de la deuda al desarrollo nos indigna aún más que la UE apueste por la seguridad en defensa frente al resto de componentes de la seguridad humana. Como dice el papa Francisco: "La desigualdad social genera tarde o temprano una violencia que la carrera armamentista no resuelve ni resolverá jamás”, sino que “sólo sirve para tratar de engañar a quienes reclaman mayor seguridad, como si hoy no supiéramos que las armas y la represión violenta, en lugar de traer soluciones, crean nuevos y peores conflictos”, que necesitan enmendarse con financiación mejor empleada desde el primer momento en el desarrollo humano integral y de los pueblos.

Comisión General Justicia y Paz, 11 de marzo 2025.

jueves, 13 de marzo de 2025

Vivir ante el Misterio

2 Cuaresma – C (Lucas 9,28-36)
Evangelio del 16 / Mar / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-ii-domingo-de-cuaresma-ciclo-c_2025-03-16/?occurrence=2025-03-16&nskip=56184

El hombre moderno comienza a experimentar la insatisfacción que produce en su corazón el vacío interior, la trivialidad de lo cotidiano, la superficialidad de nuestra sociedad, la incomunicación con el Misterio.

Son bastantes los que, a veces de manera vaga y confusa, otras de manera clara y palpable, sienten una decepción y un desencanto inconfesable frente a una sociedad que despersonaliza a las personas, las vacía interiormente y las incapacita para abrirse al Trascendente.

La trayectoria seguida por la humanidad es fácil de describir: ha ido aprendiendo a utilizar con una eficacia cada vez mayor el instrumento de su razón; ha ido acumulando un número cada vez mayor de datos; ha sistematizado sus conocimientos en ciencias cada vez más complejas; ha transformado las ciencias en técnicas cada vez más poderosas para dominar el mundo y la vida.

Este caminar apasionante a lo largo de los siglos tiene un riesgo. Inconscientemente hemos terminado por creer que la razón nos llevará a la liberación total. No aceptamos el Misterio. Y, sin embargo, el Misterio está presente en lo más profundo de nuestra existencia.

El ser humano quiere conocer y dominar todo. Pero no puede conocer y dominar ni su origen ni su destino último. Y lo más racional sería reconocer que estamos envueltos en algo que nos trasciende: hemos de movernos humildemente en un horizonte de Misterio.

En el mensaje de Jesús hay una invitación escandalosa para los oídos modernos: no todo se reduce a la razón. El ser humano ha de aprender a vivir ante el Misterio. Y el Misterio tiene un nombre: Dios, nuestro «Padre», que nos acoge y nos llama a vivir como hermanos.

Quizá nuestro mayor problema sea habernos incapacitado para orar y dialogar con un Padre. Estamos huérfanos y no acertamos a entendernos como hermanos. También hoy, en medio de nubes y oscuridad, se puede oír una voz que nos sigue llamando: «Este es mi hijo… Escuchadlo».


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/2-cuaresma-c-lucas-928-36-2/

jueves, 6 de marzo de 2025

Lucidez y felicidad

1 Cuaresma – C (Lucas 4,1-13)
Evangelio del 9 / Mar / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-i-domingo-de-cuaresma-3_2025-03-09/?occurrence=2025-03-09&nskip=56177

No le resultó fácil a Jesús mantenerse fiel a la misión recibida de su Padre sin desviarse de su voluntad. Los evangelios recuerdan su lucha interior y las pruebas que tuvo que superar, junto a sus discípulos, a lo largo de su vida.

Los maestros de la ley lo acosaban con preguntas capciosas para someterlo al orden establecido, olvidando al Espíritu, que lo impulsaba a curar incluso en sábado. Los fariseos le pedían que dejara de aliviar el sufrimiento de la gente y realizara algo más espectacular, «un signo del cielo», de proporciones cósmicas, con el que Dios lo confirmara ante todos.

Las tentaciones le venían incluso de sus discípulos más queridos. Santiago y Juan le pedían que se olvidara de los últimos y pensara más en reservarles a ellos los puestos de más honor y poder. Pedro le reprende porque pone en riesgo su vida y puede terminar ejecutado.

Sufría Jesús y sufrían también sus discípulos. Nada era fácil ni claro. Todos tenían que buscar la voluntad del Padre superando pruebas y tentaciones de diverso género. Pocas horas antes de ser detenido por las fuerzas de seguridad del templo, Jesús les dice así: «Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas» (Lucas 22,28).

El episodio conocido como las «tentaciones de Jesús» es un relato en el que se reagrupan y resumen las tentaciones que hubo de superar Jesús a lo largo de su vida. Aunque vive movido por el Espíritu recibido en el Jordán, nada le dispensa de sentirse atraído hacia formas falsas de mesianismo.

¿Ha de pensar en su propio interés o escuchar la voluntad del Padre?. ¿Ha de imponer su poder de Mesías o ponerse al servicio de quienes lo necesitan?. ¿Ha de buscar su propia gloria o manifestar la compasión de Dios hacia los que sufren?. ¿Ha de evitar riesgos y eludir la crucifixión o entregarse a su misión confiando en el Padre?.

El relato de las tentaciones de Jesús fue recogido en los evangelios para alertar a sus seguidores. Hemos de ser lúcidos. El Espíritu de Jesús está vivo en su Iglesia, pero los cristianos no estamos libres de falsear una y otra vez nuestra identidad cayendo en múltiples tentaciones.

Para seguir a Jesús con fidelidad hemos de identificar las tentaciones que tenemos los cristianos de hoy: la jerarquía y el pueblo; los dirigentes religiosos y los fieles. Una Iglesia que no es consciente de sus tentaciones pronto falseará su identidad y su misión. ¿No nos está sucediendo algo de esto?. ¿No necesitamos más lucidez y vigilancia para no caer en la infidelidad?. 


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/1-cuaresma-c-lucas-41-13-3/

jueves, 27 de febrero de 2025

La falta de verdad

8 Tiempo ordinario – C (Lucas 6,39-45)
Evangelio del 2 / Mar / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-viii-domingo-del-tiempo-ordinario_2025-03-02/?occurrence=2025-03-02&nskip=56170

La veracidad ha sido siempre una preocupación importante en la educación. Lo hemos conocido desde niños. Nuestros padres y educadores podían «entender» todas nuestras travesuras, pero nos pedían ser sinceros. Nos querían hacer ver que «decir la verdad» es muy importante.

Tenían razón. La verdad es uno de los pilares sobre los que se asienta la conciencia moral y la convivencia. Sin verdad no es posible vivir con dignidad. Sin verdad no es posible una convivencia justa. El ser humano se siente traicionado en una de sus exigencias más hondas.

Hoy se condena con fuerza toda clase de atropellos y abusos, pero no siempre se denuncia con la misma energía la mentira con que se intenta enmascararlos. Y, sin embargo, las injusticias se alimentan siempre a sí mismas con la mentira. Solo falseando la realidad fue posible hace unos años llevar a cabo una guerra tan injusta como fue la agresión a Iraq.

Sucede muchas veces. Los grupos de poder ponen en marcha múltiples mecanismos para dirigir la opinión pública y llevar a la sociedad hacia una determinada posición. Pero con frecuencia lo hacen ocultando la verdad y desfigurando los datos, de manera que las gentes llegan a vivir con una visión falseada de la realidad.

Las consecuencias son graves. Cuando se oculta la verdad existe el riesgo de que vayan desapareciendo los contornos del «bien» y del «mal». Ya no se puede distinguir con claridad lo «justo» de lo «injusto». La mentira no deja ver los abusos. Somos como «ciegos» que tratan de guiar a otros «ciegos».

Frente a tantos falseamientos interesados siempre hay personas que tienen la mirada limpia y ven la realidad tal como es. Son los que están atentos al sufrimiento de los inocentes. Ellos ponen verdad en medio de tanta mentira. Ponen luz en medio de tanta oscuridad.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/8-tiempo-ordinario-c-lucas-639-45-2/