Oscar Arnulfo Romero, reconocido por su lucha por la justicia en
defensa de los pobres, los derechos humanos y su oposición a la dictadura
militar de extrema derecha en el Salvador, asesinado por los escuadrones de la
muerte en 1980 cuando celebraba la Eucaristía, será proclamado santo por
el Papa Francisco el día 14 de octubre en el Vaticano.
Querido hermano Oscar Romero: Antes de que la Iglesia oficial te declare
santo, ya lo hizo el pueblo de América y por eso hace ya mucho tiempo que te
llama “San Romero de América”, porque supiste estar al lado de los pobres,
defenderlos, dar la cara por ellos y denunciar a sus opresores hasta el punto
de ser asesinado por tu compromiso con los empobrecidos de El Salvador, como lo
fue Jesús de Nazaret en quien tu creías.
Por eso tuvo que venir el hermano Francisco, un Papa del pueblo, un Papa de
los pobres, para reconocer pública y oficialmente que tu eres un verdadero
santo. Pasado mañana lo va a hacer. Solo una Iglesia de los pobres y
para los pobres es una Iglesia verdadera, porque una iglesia desviada de
los empobrecidos, rica y adherida a los ricos y poderosos es una iglesia
pervertida, podrida, anticristiana. La pederastia que la invade es el resultado
de tan grande desvarío: ojalá le sirva para retornar a la coherencia con el
Evangelio y a ser camino, verdad y vida para los seres humanos, especialmente
para los pobres y oprimidos, como tu lo fuiste siguiendo el mensaje de Jesús de
Nazaret.
El camino de un Iglesia verdadera pasa por proclamar la justicia, la
igualdad, la fraternidad, la solidaridad, la opción por los empobrecidos del
mudo, la defensa de la Madre Tierra, la denuncia de las injusticias y de los
injustos, de los corruptos y corruptores, de los depredadores de la dignidad
del hombre y de la naturaleza, empezando por si misma.
Tu lo has hecho, hermano Oscar Romero, cuando decías:
“Este es el pensamiento fundamental de mi predicación:
nada me importa tanto como la vida humana".
“Es inconcebible que se diga a alguien 'cristiano' y
no tome, como Cristo, una opción preferencial por los pobres”.
“Mi voz desparecerá, pero mi palabra que es Cristo
quedará en los corazones que la hayan querido acoger”.
“Si denuncio y condeno la injusticia es porque es mi
obligación como pastor de un pueblo oprimido y humillado”.
"La persecución es algo necesario en la Iglesia
¿Saben por qué?. Porque la verdad siempre es perseguida".
“Les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios:
¡cese la represión!"
"El profeta tiene que ser molesto a la sociedad,
cuando la sociedad no está con Dios".
“No me consideren juez o enemigo. Soy simplemente el
pastor, el hermano, el amigo de este pueblo”.
“El ateísmo más cercano y más peligroso…
es el ateísmo del capitalismo, cuando los bienes materiales se erigen en ídolos
y sustituyen a Dios"
“El cristianismo no es un conjunto de verdades que hay
que creer, de leyes que hay que cumplir, de prohibiciones. Así resulta muy
repugnante… El cristianismo es Cristo”.
"Si me matan resucitare en el pueblo
salvadoreño"
“Ningún hombre se conoce mientras no se haya
encontrado con Dios"
Junto contigo traemos a la memoria a
Rutilio Grande García, a Octavio Ortiz Luna, a Alirio Napoleón Macías, al
vasco Ignacio Ellacuría y sus compañeros de la UCA y trabajadoras de la
casa, todos ellos víctimas de la opción preferencial y comprometida con los
empobrecidos, con un recuerdo especial para el asturiano Gaspar García Laviana,
que decía desde Nicaragua: “tengo que dar la vida por este pueblo”.
El Papa Francisco con tu
Canonización, hermano Oscar Romero, nos manda un mensaje muy claro: La
Iglesia necesaria es la Iglesia de los empobrecidos, maltratados y oprimidos de
este mundo; es la Iglesia del Cuidado de la Creación; es la Iglesia de la lucha
contra el neoliberalismo capitalista, explotador implacable del hombre y la
Madre Tierra; es la Iglesia popular que anima a los pueblos a luchar por su
liberación integral de todo lo que oprime, mata, envilece, esclaviza, maltrata
al Hombre y a la Creación.
Vamos a soñar, hermano Oscar, con que,
siguiendo a Francisco, muchos obispos y sacerdotes nos convirtamos al Evangelio
y nos incorporemos a esta Iglesia Popular y liberadora de todo mal, de toda
injusticia, de toda opresión, en busca de la libertad gloriosa de todos los
seres humanos y toda la Creación, para que nadie sea oprimido ni opresor y
todos vivamos cada vez más la plenitud de la liberación, para la cual Jesús de
Nazaret ha muerto asesinado y ha resucitado.
Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino
Del Foro de Cristianos GASPAR GARCIA LAVIANA
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