domingo, 15 de septiembre de 2013

¡Otra vez cargando contra el profesorado de Religión!

Català despide o reduce las horas al 12 % de profesores de Religión de Primaria y ESO.
USO denuncia que la Conselleria de Educación ha suprimido las horas de patio y tutorías a estos docentes, al contrario que a los de otras de materias.

06.09.2013 | 23:57
S. Pitarch Valencia
 La Consellería de Educación ha despedido a 29 profesores de Religión con contrato laboral indefinido y ha reducido las horas a la mitad a más de un centenar, según denunciaron ayer desde el sindicato USOCV. A estos damnificados hay que sumar otros 34 contratos rescindidos el pasado curso, lo que supone el 12 % de los 1.300 docentes de esta materia en las clases de Primaria y Secundaria de la Comunitat Valenciana.
Desde USOCV explicaron que el departamento que dirige María José Català ha modificado el modo de asignación de puestos y no les contabiliza las horas de patio y las tutorías, que sí se tienen en cuenta en otras asignaturas. Así, según denunciaron, con sólo las horas de docencia un profesor tiene muchas dificultades para completar una jornada y debe dar clases en varios colegios e institutos. "Más de la mitad de docentes de Religión tiene asignados más de dos centros", criticaron. Esta recomposición de horarios provoca que sobren plazas y se despida a los profesores.
Los titulares de Religión no tienen una oposición y trabajan para la Conselleria de Educación con contratos laborales indefinidos. También de manera interina. Según defendieron desde USO, la asignatura de Religión "es una materia opcional para los padres y alumnos que pueden elegir cada año en la formación académica y que la administración educativa está obligada a ofrecer".
El sindicato denunció que "las políticas de la Consellería de Educación dificultan la estabilidad de esta asignatura, con cambios continuos del destino de los docentes y de ajuste de hora a hora de la plantilla, como no se hace con ningún otro docente de las otras materias". Desde el sindicato USOCV recordaron que "la enseñanza de la asignatura de religión es mayoritaria en Primaria, puesto que es elegida por más del 62% de los alumnos de enseñanza pública".
USOCV censuró que, "una vez más, el curso ha comenzado y los profesores de religión todavía no conocen su destino definitivo en la mayoría de los casos" y que no se les trate como a los demás.
(Artículo compartido por Isabel Major Roda)

Mi reflexión al respecto.
¿A quién sorprende esto?. Nada sucede por casualidad; sucede por dejación e incompetencia de responsabilidades, falta de ética profesional, de sentido común y de justicia, no sólo de las administraciones públicas sino también de los sindicatos (de algunos sindicatos).
En este país hay pocos sindicatos: USO, ANPE, CSI,... que han defendido y siguen defendiendo a este colectivo de profesionales de la enseñanza, maestras y maestros titulados y bien formados como el que más (aunque no trabajen mediante una oposición), especialistas, además, en Religión merced a sus estudios en Teología y demás cuestiones relacionadas con el hecho religioso.
Para el resto de sindicatos, entre ellos CC.OO., U.G.T., S.T.E., etc... este profesorado parece no existir siquiera, les niegan sus derechos que como trabajadores de la enseñanza les corresponden y no sólo permanecen pasivos ante todos los atropellos que este colectivo sufre sino que además los denigran y maltratan a través de su oposición constante a que exista la Religión en la escuela (si no hay asignatura de Religión... no hay profesores de Religión, así que no digan que "sólo están en contra de la asignatura pero no de su profesorado" porque al afirmar eso o nos toman a los demás por idiotas o sencillamente entran en un absurdo más); con ello están dejando muy claro que "están en contra del derecho que tienen las familias -reconocido en el Art. 27.3 de nuestra Carta Magna- a poder ofrecer a sus hijos "formación en el hecho religioso" en la escuela" y, por lo tanto, en igualdad con el resto de saberes y en constante diálogo fe-cultura con el resto de los conocimientos académicos. Eso de que todo el mundo pueda elegir libremente esto... parece que les sienta mal y la asignatura de Religión en la escuela ha sido y es optativa, sólo la  tiene quien la elige,  ¿para qué pues tanto palo contra ella?).
Lo que está sucediendo en el País Valenciano lleva años produciéndose ya en otras comunidades autónomas con la total impunidad, casi desamparo y con el menosprecio de esos otros sindicatos que se autoproclaman, sin serlo, "defensores de los derechos de todos los trabajadores".
Nada sucede por casualidad; cada año hay una nueva vuelta de tuerca, cada curso hay un nuevo estacazo,... y siempre recae con más fuerza sobre los más desprotegidos.
Se pueden hacer las cosas de otra manera.
Un profesor o profesora de Religión en Educación Infantil o Primaria es un docente que estudió y aprobó Magisterio como cualquier otro docente de estas etapas educativas, exactamente igual, sólo que ADEMÁS de esto ha cursado estudios teológicos, ha obtenido la D.E.C.A. que le cualifica para poder dar, además de las materias de su especialidad elegida en Magisterio, la asignatura de Religión.
Lo mismo en el caso del profesorado que da esta materia en Educación Secundaria, sólo que en su caso tienen una Licenciatura -de la especialidad que fuere- pero también tienen que tener estudios teológicos.
Unos y otros, además, cuentan con una constante, fuerte y amplia formación permanente que desarrollan cada curso a través de muy diversas dinámicas formativas, no sólo relacionadas con su asignatura sino también con el resto de saberes académicos.
Están, por lo tanto, cualificados sobradamente para poder responder en cualquier centro docente a todas las exigencias que como docentes les puedan competer y no hay razón objetiva alguna para arremeter contra ellos de esta manera tan absurda y denigrante tanto de su materia como de ellos mismos como personas y trabajadores sólo por razones ideológicas (porque eso es lo que hay de fondo realmente: puros criterios ideológicos que ciertos partidos políticos tratan de inculcar a toda la sociedad española por todos los medios).
Si al profesorado de Religión se le niega el participar en los claustros, actividades formativas, recreos, actividades de apoyo al alumnado, reuniones de coordinación y tareas comunes o propias de cualquier docente en un centro escolar ¿en algo va a mejorar el funcionamiento del centro escolar?, ¿no será precisamente al contrario?.

Más inteligencia demostraríamos si:

  1. Se respetara de una vez por todas la libertad de las familias a poder elegir la Religión en la escuela para sus hijos. La escuela puede ser laica, por supuesto que sí, pero no necesariamente laicista -que no es lo mismo pero es lo que de hecho están pretendiendo algunos. Para ello es necesario que se aplique y desarrolle el Art. 27.2 y 3 con amplitud y coherencia plena y con independencia de cualquier corriente ideológica partidista.
  2. Se creara un estatuto del profesorado de Religión, tener su propio convenio colectivo en el que se contemplaran todos sus derechos y forma de interactuar en los centros docentes tanto públicos como privados en paridad con el resto del profesorado de otras especialidades, aunque puedan o no estar allí por oposición.
  3. Contáramos en los centros docentes plenamente con este profesorado que en nada tiene que envidiar su formación y capacitación al resto del profesorado y, así lo dice la experiencia, aporta a los centros una gran versatilidad para la ejecución de cualquier actividad.
  4. Los sindicatos, todos, dejaran de excluirle -como hacen CC.OO., UGT y algunos más- y entiendan de una vez que una maestra o maestro especialista en Religión es un trabajador como otro cualquiera, con derechos y deberes, digno de respeto y de estar reconocido como tal en el Estatuto de los Trabajadores y tener regularizada su situación laboral como cualquier otro operario de la enseñanza.
  5. ...
De otra manera nos iría.
Este profesorado tiene derecho a poder trabajar en paz, poder desarrollar su labor en la que sólo pretende servir, ayudar a la sociedad en el crecimiento armónico de la personalidad, propiciar el constante diálogo fe-cultura que no debe faltar en espacio alguno, fomentar el conocimiento del hecho religioso, la educación en valores y el desarrollo de una sociedad más humana y humanizadora.
Ser profesor o profesora de Religión en España, hoy, es una profesión de alto riesgo; muchos se juegan su salud atreviéndose a vivir esta vocación (ya es toda una vocación). Ser profesor de Religión en España es mentalizarse a recibir palo tras palo, vivir en la constante incertidumbre, experimentar el desprecio de algunos que esgrimen sus ideologías como único argumento contra ellos pero de manera constante y por todos los medios y es también la evidencia de que "a igual trabajo cobrar la mitad del resto... " -porque también en lo económico sufren una absurda discriminación (hay sobradas sentencias del Tribunal Supremo en las que repetidamente ha habido un pronunciamiento a su favor,... pero así siguen las cosas)-... y aún así... mantener el ánimo, la sonrisa y el buen hacer de siempre.
¿Quién va a poner remedio a esto?, ¿a quién le compete echarle mano a esta situación y devolver la dignidad que estas personas, seres humanos como el resto, trabajadores como el que más,... merecen?. ¿No es hora ya de plantarle cara a este problema que hemos creado maltratando de estas maneras a este colectivo?.
Ya está bien, por favor, ya está bien.

2 comentarios:

  1. Soy militante de CC.OO. y... aunque me duela... he de reconocer que esto es bien cierto. Contra este colectivo sólo escucho burlas, insultos, desprecios,... y nunca he visto que nadie levante la voz por defender a estos trabajadores.
    Lo último que se dijo en mi sede al respecto cuando pregunté por esta situación que conocí por la prensa fue: "¡Qué te van a importar esos fachas de mierda, son todos unos meapilas!. Si estuviéramos en la República estarían ya todos muertos, no dejaríamos ni uno!".
    Desde mi anonimato quiero animarles a no desistir de este esfuerzo y felicito a quien firma este artículo por su valentía a la hora de de defenderles.

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    1. Yo lo fui, militante de CC.OO.
      Lo que observo amigo "anónimo" es que hay demasiados sofismas, "dogmas ideológicos" que se transmiten de unos a otros que no permiten discusión, por muy falsos que sean. En un ambiente así, tan enrarecido y disociado de la realidad, es imposible que se pueda establecer diálogo abierto y sincero.
      No estoy justificando a ciertos sindicatos que actúan de esa manera, estoy sencillamente constatando que eso es una gran dificultad para poder afrontar la realidad sin pre-juicios.
      De todos modos, soy optimista y considero que la solución es seguir debatiendo, seguir intentando el diálogo y reconsiderar posturas; a nadie le hace bien esta situación -salvo a quienes manejan el sistema tan injusto que estamos padeciendo.
      Es un absurdo y una incoherencia como un castillo que ciertos sindicatos se autoproclamen "defensores de los trabajadores" y luego anden marginando a algunos sólo por razones ideológicas; eso es muy fuerte... pero algunos lo hacen, como éste de CC.OO., UGT, STEc y alguno más. Y así nos va a todos, menudo capote le estamos echando al sistema: más contentos no pueden estar.
      Gracias por tu aportación.

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