No voy a transcribir aquí la carta sino que les voy a remitir a través de un enlace-web a la misma y que no tiene desperdicio, retoma la pasión por la denuncia profética, llama a las cosas por su nombre y nos invita a seguir el ejemplo de quienes realmente se adhirieron a Xto., lo siguen haciendo hoy día y lo harán siempre porque se encontraron con Él.
Ese encuentro es el que les transformó y en ello adquirieron la capacidad transformadora que nuestro mundo necesita, especialmente los crucificados, los principales destinatarios del Evangelio, de la Buena Noticia en y para la que todos estamos llamados a ser discípulos y misioneros.
Sin más dilación, aquí les dejo con esa carta:
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