viernes, 3 de febrero de 2012

¿Por qué estoy a favor de “Educación para la Ciudadanía”?.

Soy profesor de Religión en una diócesis en la que se trabaja mucho y muy bien a favor de la educación integral del alumnado desde su Delegación de Enseñanza. Como muchos otros compañeros y compañeras, que ejercemos nuestra labor en la enseñanza pública; desde el primer instante he tratado de conquistar mi puesto y el prestigio de la asignatura que imparto a base de actualización constante en lo pedagógico y normativo, formación y construcción de la programación de cada curso atendiendo a la realidad del alumnado, a las demandas de las familias y a las directrices marcadas por la Conferencia Episcopal Española, la LOE, Ministerio de Educación, Consejería de Educación y Proyecto Educativo del Centro en el que ejerzo,… tratando en todo lo posible de hacer equipo con todas mis compañeras y compañeros de claustro buscando la complementariedad, colaboración y disponibilidad para ayudar en cualquier dificultad que en el devenir diario se vaya produciendo.
Escuché recientemente en las noticias de la televisión lo que ya se venía mascando en el ambiente desde hace años, casi desde que la asignatura de “Educación para la Ciudadanía” (EpC) echó a andar. Quieren hacerla desaparecer o, al menos, cambiarla por otra con un nombre que, a mi juicio, cuando menos es en exceso restrictivo.
Puedo comprender la postura de no pocos padres y madres a quienes no les gustara el enfoque dado a la asignatura de EpC (de hecho nació mal: sin consenso e impuesta, tanto en su contenido como en su forma), pero esto, que en principio no era bueno y ha sido la causa de esta defenestración de la misma a la postre, no ha demostrado ser de facto determinante ya que “dependiendo de las editoriales que le han dado forma y también conforme el profesorado la haya trabajado con su alumnado, esta asignatura podía –y de hecho ha dado- ocasión de abordar multitud de campos en los que siempre se ha entrado, desde cualquier área incluso, con todo el profesorado,… pero era necesario hacerlo de forma expresa PARA TODOS y de una forma sistemática”.
Educación para la Ciudadanía y Religión.
Quienes saben lo que es la asignatura de Religión en la escuela y lo que debe ser y ya viene siendo desde hace décadas –aunque algunos parecen no haberse enterado todavía a juzgar por los juicios que emiten sobre ella- sabrán que esta materia es OPTATIVA, es libre, sólo la elige quien la quiere para sus hijos, por lo tanto a nadie perjudica su existencia; pero aparte de esto también sabrá que es un área que además del hecho religioso aborda con gran amplitud y profundidad todo el terreno de los VALORES HUMANOS –este tecleador piensa que “cuanto más humanos, más cristianos”- puesto que tienen una consustancial relación con el mensaje cristiano que todos nuestros niños y niñas y jóvenes tienen derecho a conocer.
No pocos alumnos del centro docente en el que trabajo me dicen cuando toman contacto con EpC:
  • “Profe, es “Religión-II”, trabajamos muchos temas que son como los que tratamos aquí en clase contigo”.
Su entusiasmo es más que elocuente, ¿por qué?... pues porque observaban que EpC aportaba una visión muy positiva del ser humano (incompleta si se quiere, algo sesgada,… vale, de acuerdo,… pero llena también de muchos elementos integradores, una gran reflexión sobre la necesidad de trabajar la inclusión social, aprender a vivir desde la tolerancia a la diversidad, etc…).
No en vano, por supuesto, trabajo mi asignatura siempre en relación con todos los demás saberes y hay comunicación entre el profesorado en todo lo relacionado con lo educativo-formativo.
En mi centro docente hay un porcentaje del 95% de alumnado apuntado en Religión pero me consta que en otros colegios ese porcentaje es algo más bajo (la media nacional ronda el 75% en Infantil y Primaria) y… aquí es donde hallo yo el quid de la cuestión y que motiva mi protesta por la decisión de dar punto y final a EpC.

Educación para la Ciudadanía y Educación Cívica y Constitucional.

¿Garantizará la “Educación Cívica y Constitucional” los contenidos y educación en valores que aunque de forma mejorable ya se apuntaban con claridad en EpC?. Si ello no fuera así ¿qué pasa con el alumnado que “no está en Religión” y que tiene derecho a recibir “educación en valores” desde el ámbito docente?, ¿deberá renunciar a ese bien?.
Quisiera pensar que esta asignatura que reemplazará a EpC suplirá sus deficiencias y contentará a todos, no sólo a una parte de nuestra sociedad… pero tal como observo y escucho en esta sociedad… quizás no sea así debido al tan manido argumento de que “educar educan los padres y la escuela está únicamente para instruir”; con reservas y muchos y sustanciales matices -en los que no voy a entrar- puedo decir que comparto este argumento, al menos en parte, pero… más preguntas: ¿qué pasa con ese alumnado que en vez de educación en valores u otra educación lo que recibe en sus casas es la antítesis de ello?, ¿dónde van a encontrar la oportunidad de crecer en los fundamentos de su personalidad?, ¿es suficiente sólo con llenar su cabecita de conocimientos empíricos?,… o ¿acaso no será primordial apoyarle en su edificación, en primer lugar, de su persona y luego ayudarla con todo lo demás?.
Por desgracia, además, este asunto se ha politizado demasiado; lamentablemente se utilizó desde el principio la asignatura EpC como arma ideológica que sólo fue capaz de mostrar algunos puntos de vista y despreció el diálogo y construcción conjunta entre las diversas perspectivas existentes en este país, pero también –aprovechándose de ese grave error de fondo- se le utilizó por otros para arremeter contra quienes la impulsaron y la implantaron en el sistema educativo: poco les importaba a unos y otros en el fondo dicha asignatura, así lo pienso y así lo digo con toda claridad.
Entre unos y otros… se la cargaron, y quienes la hemos conocido desde la aplicación concreta y real en las aulas… -aunque efectivamente hemos constatado sus carencias, limitaciones ¿acaso hay algo hecho por nosotros que sea perfecto?- sin embargo hemos visto en ella una gran oportunidad, la misma que reivindicamos no pocos, incluído este profesor de Religión, por supuesto, porque nos toca de cerca y estamos por la labor de sumar y no de restar.

Reconstruir.
Es fácil criticar, aporrear un teclado o escribir mil papeles sobre lo que se quiera: eso lo aguanta todo, pero de lo que se trata es de “ver cómo echamos esto p’delante de manera que sirva, que sea realmente un servicio a toda la sociedad y no a unos o a otros únicamente, sino para todos”.
¿Qué propongo?.
  1. De entrada, crear una “mesa de diálogo y gestora del nuevo proyecto” entre todos los agentes relacionados directamente con el asunto educativo: Representantes de Asociaciones de padres y madres, de centros docentes públicos y privados y otras entidades que trabajen directamente en el terreno de la educación. (Aquí no incluyo ni a partidos políticos ni a sindicatos, para nada).
  2. Generar foros de diálogo y debate en partidos políticos, sindicatos, asociaciones de vecinos, Gobierno, etc… que sirvan para ofrecer toda la pluralidad de perspectivas existentes en nuestra sociedad y puedan ser tenidas en cuenta por la “mesa de diálogo y gestora del nuevo proyecto”.
  3. Determinar juntos un tiempo suficiente para llegar al final a unas conclusiones lo más consensuadas posible entre todos los agentes de la “mesa de diálogo y gestora del nuevo proyecto”, de manera que la opción finalmente aprobada no haga depender su validez del color del partido gobernante de turno y demuestre el respeto y valor que esta materia, se llame después como se llame, merece y necesita.

A todos nos conviene dejar aparcadas las respectivas ideologías ya de una vez y mirar en primer lugar a las personas. El futuro de la humanidad está no en ideología alguna, en ningún sistema económico, sino en la toma de conciencia de que “el ser humano es parte de la humanidad entera, entender que esta humanidad es plural, inmensamente diversa y en esa diversidad hemos de ser capaces de construir mundo, hacer de la Tierra casa de y para todos en armonía con toda la naturaleza en todas sus formas”.
No escondo el rejo, por supuesto, ni hallo motivo alguno para amagarlo, así que no tengo remilgo alguno en añadir que “ésa es la vocación que late en el fondo de nuestros corazones: somos hijos de Dios y, por lo tanto, hermanos unos de otros y estamos en este mundo para hacer de él casa, hogar de todos y para todos,… no para expoliarlo cada cual a su gusto o según su ideología”.
Desde esta base seremos capaces de construir todo y reconstruir todo lo maltrecho. Sólo es cuestión de sentarse, dejar en la puerta nuestras banderitas y allá fuera nuestras respectivas trincheras -todas inconexas, por cierto- entre unos y otros, sin armas arrojadizas pero sí con ganas de entendernos.

Paz y bien.
Un cristiano de a pie.
Santiago D. Catalán Olaria     santi257@gmail.com

14 comentarios:

  1. Pues yo me alegro de que desaparezca epc. Soy padre de familia y aunque nunca objeté como otros hicieron sobre ella, me pareció una intromisión en lo que es mi deber como padre que se pusieran a moralizar y dar a esa moralina carácter firme como el que se le da a cualquier materia escolar.
    Lo único que espero es que la nueva asignatura que se prevé para el próximo curso no incurra en ese mismo error.

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo con Wilfred e incluso iría más lejos. Quien firma el artículo asegura que EpC incluía "educación en valores", vale, no lo voy a negar, pero ¿desde qué perspectiva?; él mismo reconoce que EpC tenía y sigue teniendo -es vigente todavía al menos hasta que no acabe este curso- carencias y no es fruto de consenso alguno, hecha desde ekl prisma de un determinado partido o cierta ideología que siempre ha tenido en España un interés casi obsesivo por instrumentalizar la Educación y la televisión como auténticos elementos propagandísticos y manipuladores de las mentes, no al servicio de la sociedad general sino de sus criterios sometidos a su ideología.
    Supongo que el autor del artículo tiene otra perspectiva y trata de mirar todo desde la positividad... pero no debe olvidarse de lo que hay detrás de estas cosas y que se ve también muy claramente sin necesidad de andar rebuscando nada.

    ResponderEliminar
  3. ¿Hay algo hecho por nosotros que sea perfecto?, si nosotros mismos no lo somos... no podemos pretender que lo sea la obra de nuestras manos.
    EpC, efectivamente, tenía carencias, sufría limitaciones (las de la ideología que le hizo tomar cuerpo)... pero llegada al aula y traducida al alumnado por el profesorado y por las editoriales (en eso sí ha habido claras diferencias) esta asignatura aportó lo que ninguna asignatura obligatoria había aportado hasta la fecha.
    Había una gran oportunidad en ella que, como dije en el artículo malograron unos por tratar de manejarla a su antojo y otros por rechazarla sólo por el hecho de haber sido los anteriores en impulsarla; al final, la política mal entendida, la ideologización de cualquier propuesta y desde algunas perspectivas han hecho que esta gran oportunidad se perdiera, pero eso no es culpa de la asignatura como tal sino de los diferentes enfoques que no han querido o no han podido confrontarse para llegar al necesario consenso que debiera haber existido.
    Ahí está la razón de fondo por la cual proponía al final del artículo que "la nueva oportunidad se vaya construyendo no desde estamentos políticos sino desde los exclusivamente EDUCATIVOS".
    No defiendo, pues, EpC por lo que unos u otros hayan hecho al respecto sino por lo que ella representa y los frutos que muchos profesores profesoras han sabido obtener de una buena gestión de la misma. Ellos, los maestros y maestras, debieran ser los primeros y los principales protagonistas de una materia como ésa y no la clase política.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Educar en valores lo hace muy bien la asignatura de Religión, usted mismo lo menciona en su artículo y sé que es verdad porque a mis dos hijas las tengo apuntadas en Religión. No necesito que venga alguien, a quien no he llamado, a que le dé a mis hijas criterios de actuación que yo no le he pedido que dé.

      Eliminar
    2. De acuerdo en todo, Wilfred, nada que objetar a este comentario pero he de hacer alguna puntualización:
      La asignatura de RELIGIÓN sólo existe para el que la elige; todos los centros la deben ofrecer y mencionarla expresamente a los padres y madres cuando éstos van a matricular a sus hijos en esos centros docentes para que ellos opten por elegirla para sus hijos o no, hay plena libertad para ello, es optativa, es libre, NO ES OBLIGATORIA; por lo tanto, insisto en lo que ya decía en el artículo: "Si la asignatura de Religión es optativa... obviamente habrá quien no la elija y por lo tanto sus hijos queden privados de ella -como así ocurre- ¿qué pasa con estos alumnos?, ¿qué asignatura podrá darles lo que el alumnado que sí está en Religión sí puede obtener?".
      EpC sí era y es OBLIGATORIA -se tiene SÍ o SÍ, no hay más- pero eso tiene la ventaja de que al menos "quienes no están en Religión tienen acceso a esa formación en valores".
      Usted dice, acertadamente, que "educar a sus hijos en valores lo hacen los padres o bien colaborará con ustedes aquella persona en quien hayan confiado, pero no consideran legítimo que lo haga alguien a quien ustedes no hayan elegido para ello ni le hayan llamado a desarrollar esa labor". Totalmente de acuerdo y le felicito por esa claridad en la decisión tomada porque ¡ójala! todos lo entendiéramos así y fuéramos, además de progenitores, también auténticos EDUCADORES de nuestros hijos.
      La pregunta es: ¿Tienen esa conciencia y esa posibilidad también todos los padres y madres de familia?. En quienes pienso, también, es en esos padres y madres que por diversas circunstancias personales o sociales o de otro tipo no pueden o no aciertan en la manera de "educar en valores" a sus hijos y hayan decidido no apuntarlos en Religión por las razones que sean.
      Gracias, no obstante, por el comentario de reconocimiento hacia la asignatura de Religión, por la parte que me toca; es agradable saber que lo que vamos haciendo efectivamente produce sus frutos.

      Eliminar
  4. Ya había entrado otras veces en este blog (estoy suscrita por correo electrónico) y es la primera vez que hallo un artículo, aquí, tan comentado y debatido y... quiero dar mi punto de vista también -no porque lo hagan otros sino porque me atañe y porque los comentarios que he leído me parecen todos muy sensatos, basados en la realidad y eso me parece, como dicen en la tierra de mis padres, muy "chévere".
    Soy profesora de instituto y aunque siempre había dado mi voto a formaciones de "izquierdas" por otra parte me considero creyente y defensora de que a los jóvenes les pueda llegar desde la escuela el conocimiento del hecho religioso con un mínimo de profundidad (soy hija de una etapa en la que a lo máximo que aspirábamos era a tomar un día la 1ª Comunión y punto final, hasta el día de la boda o el funeral, por lo que la formación en lo religiso-espiritual era casi una pantomima, puro formalismo y de repetición de cuatro fórmulas incluso mal aprendidas y...con aquella educación en la fe un tanto infantil nos fuimos haciendo mayores pero sin crecer en esa formación religioso-espiritual).
    Para mi sorpresa, al llegar la LOE no se contemplaba en Secundaria ninguna materia como "alternativa" a la asignatura de Religión y, de hecho, siendo sincera, tengo que reconocer que el alumnado que no va a Religión, con la LOE, lo único que hace es perder el tiempo: el Ministerio de Educación del Gobierno Socialista no sólo no tenía nada previsto al respecto sino que en todo el desarrollo del debate anterior a la aprobación de la LOE se negó en rotundo a promover esa "alternativa" demandada por no pocos padres y madres de familia.
    ¿Qué se pretendía dejando ese vacío a pesar de las demandas sociales?; yo nunca lo entendí pero sí vi los efectos: "Unos cuantos alumnos que iban a Religión dejaban de seguir en esa asignatura viendo como otros que no iban a Religión se iban tranquilamente a jugar a las canchas o se quedaban jugando a barquitos,... mientras los de Religión laboraban lo que su profesorado les preparaba; otros, como coincidía a última hora del día,... en fin, un desastre.
    Siempre pregunté: ¿Es que el alumnado que no está en Religión no tiene derecho a una formación en las mismas condiciones que la Religión y que dé respuesta al mismo tiempo a sus interrogantes?, ¿es que las familias de los demás jovencitos, los que no van a Religión, no pagan impuestos y no tienen derecho por lo tanto a recibir el mismo servicio educativo que los que sí van a Religión?, ¿hay que dejarlos en "tierra de nadie" donde impera el aburrimiento, la ociosidad vacía o sencillamente la pérdida total de tiempo?.
    La solución a esto era y sigue siendo que "se dote de una "alternativa" a la Religión en Secundaria sobre todo (creo que en Infantil y Primaria ese problema está bien resuelto ya) porque urge.
    La respuesta que siempre recibí fue que: "La LOE no contempla esa posibilidad siquiera, más bien pretende que esa alternativa no exista jamás". Muy bien, pues... así nos va.
    Por lo tanto, concluyo: Comprendo perfectamente lo que Santiago D. Catalán plantea en el artículo que encabeza todo este diálogo y lo que le pediría es que se aborde en este blog más ampliamente el tema educativo-docente, apenas hay nada y es algo que a mí me apasiona. Coincido también con él en que "se nos debiera tomar más en consideración a los docentes y no tratarnos como mulas de carga a soportar los constantes vaivenes ideológicos en las leyes de Educación que ya nos tienen más que mareados y vapuleados.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Adela por este comentario. Ciertamente ilustra muy bien lo que realmente pasa en Secundaria en relación con la "alternativa" a la Religión (sencillamente no existe ni ha habido voluntad política tampoco de que existiera).
      No faltan opiniones que explican claramente el "porqué en la LOE no se contempla para nada la existencia de una alternativa a la asignatura de Religión"; a nadie se le escapa que ni al PSOE ni a IU les gusta que exista en la escuela la asignatura de Religión y puesto que sería muy impopular que dijesen abiertamente que "se oponen a la libertad de las familias para hacer uso del derecho expresado en el Art. 27.3 de la Constitución"... entonces lo que hacen es ir tratando de minar el ánimo del profesorado de Religión, restar en todo lo posible la presencia de alumnado en sus aulas y, por supuesto, utilizar los medios de comunicación públicos -en cuanto tienen ocasión- para tratar de desprestigiar en todo lo posible a la Iglesia y la presencia de la Religión en la escuela (cosa que a la larga lejos de hacer mal... se convierte en un bien porque lo que produce en la Iglesia -aparte de algunas reacciones impropias de ella- es un mayor análisis y más profundo de todo eso que se denuncia y tratar de mejorar, corregir y ofrecer a la postre un mejor servicio a la sociedad).
      De todos modos, Adela, de lo que se trata es de reivindicar lo positivo que en EpC el PSOE sí hizo y que no es acierto alguno dejarlo perder. Lo triste de este país es que "lo que hacen unos lo deshacen los otros, no porque esté tan mal sino simplemente... porque es cosa que pusieron en marcha los que ahora ya no están en el poder". Así hemos andado siempre, por desgracia, y ya va siendo hora de ir madurando y abandonar ya esta inmadurez política.
      Propones que abordemos en este blog más a menudo temas de contenido "educativo-docente" y me parece buena idea pero... hay ya en la red no pocos foros al respecto y muy buenos (no voy a detallar ninguno porque sería injusto mencionar unos y no citar otros que puedan ser tan buenos como los anteriores pero haberlos haylos), aunque eso no quiere decir que éste sea el último artículo que aborde esta cuestión, habrá más pero como dicen aquí... "deja ver".
      Saludos cordiales.

      Eliminar
  5. Querido amigo: he leido tu carta sobre Educacion para la Ciudadania. y estoy totalmente de acuerdo contigo. Ahora estoy de viaje, pero cuando llegue a mi casa te voy a remitir algunas cosas que he escrito sobre este asunto. En la revista ALANDAR he publicado en el último número un artículo sobre este asunto.. Y en www.Tendencias21.net de las religiones..
    Un cordial saludo. Leandro Sequeiros.

    ResponderEliminar
  6. Hola Santiago. Solamente quería agradecerte estas letras de claridad y sentido común. Tantas, de este estilo, nos hacen falta.

    Saludos y muchas gracias

    ResponderEliminar
  7. Juan José Mantero Martín11 de febrero de 2012, 22:34

    Si conoces varias editoriaes de esa materia, comprenderás los cientos de profesores que la impartirán unos contenidos muy desafortunados.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Conozco directamente y con detenimiento los libros de EpC editados por SM, Santillana y Anaya.
      Aparentemente todas las editoriales tratan lo mismo y, efectivamente, todas abordan los mismos temas, con un título u otro, pero el mismo temario (es por ley, no pueden zafarse de eso); las diferencias vienen en "la forma en que esos contenidos son abordados" y el "enfoque que les dan en la metodología a seguir".
      ¿Qué quiere decir esto?. Pues sencillamente que "hay una norma común" pero de hecho ha habido tolerancia en la diversidad en que esos temas se han abordado por las diferentes editoriales, incluso -como en el caso de SM que es la que he visto en mi colegio con los alumnos de 6º de Primaria- corrigiendo planteamientos claramente ideologizados y ahora transfromados, útiles y provechosos,... pero si el Ministerio les dio su VºBº... quiere decir que "también se podía plantear EpC de esa manera mucho más respetuosa con las conciencias, más abierta al diálogo y sin encorsetamientos ideológicos.
      Si a eso añadimos el talante de no pocos profesores/as que han dado EpC -con materiales como los de SM (que a mi juicio han sido los mejores)- también desde esa perspectiva... es fácil deducir que "el problema no estaba en la asignatura sino en los enfoques que cada cual haya querido darle". Ésa es la razón por la cual he abogado por ella y catalogarla como una "oportunidad" perdida, a causa de quienes la promovieron tratando de convertirla en un arma ideologizante como por aquéllos que no tuvieron en cuenta las posibilidades que había en ella y sencillamente la rechazaron de plano desde el primer instante.
      Mis hijos estudian en un colegio privado-concertado confesional cristiano católico y dos de ellos ya la trabajaron; mis alumnos de Religión en 6º también la conocen y lejos de ser un problema... me resulta de mucha utilidad que esa materia haya existido (no porque me chafe el terreno -que no lo hace,másbien complementa- sino por los matices que enriquecen y fomentan el debate al respecto en el aula de Religión); yo he visto más ventajas que inconvenientes y lo que pretendía con mi comentario era "reivindicar el lado positivo de esta materia" y buscar la manera de que la nueva asignatura que le sustituirá no renuncie del todo a esa "educación en valores" que sirva especialmente a ese alumnado que "no estará en Religión" ni "tampoco está recibiendo esa formación en sus casas, por desgracia".
      Gracias por su comentario.
      Saludos cordiales.

      Eliminar
  8. Gracias por el compartir, me hace bien lo que dices, no vivo en España, ni soy conservadora, por eso mismo aprecio el rescate que haces de valores centrales de la democracia, comprendo que no serà facil y menos en una realidad tan extrema, en la que el olor a franquismo aùn es persistente, pero confìo en un camino de la fe respetuosa, no impositiva.
    Genial tu propuesta

    lucrecia Aliaga
    Perù

    ResponderEliminar
  9. Mauricio Ruiz Berlanga13 de febrero de 2012, 16:55

    Estimado Santiago, he leído con sumo interés tu artículo en Eclesalia y no puedo por menos que enviarte mi opinión al respecto, agradeciéndote que facilites tu e-mail para que aquellos que no compartimos tu punto de vista te hagamos una pequeña reflexión con el objetivo no de criticarte, ni siquiera de convencerte, sino tan solo para hacerte ver que no coincidimos en tus planteamientos al respecto. Por ello solo decirte que “Educación para la Ciudadanía” es claramente una asignatura que busca el adoctrinamiento sectario de nuestros hijos……te podría poner muchos ejemplos que están literalmente volcados en los textos de esta asignatura…..pero como botón de muestra te diré que solo con este que te digo a continuación sería bastante para retirar la asignatura….se dice en esos textos que el socialismo nace como fruto de la Revolución Rusa….ejemplo de libertad y de salvación del proteliarado……cuando la realidad histórica nos dice que no ha habido una revolución mas nefasta para los obreros que la Rusa y un sistema más opresor que el Ruso….Tu te aferras a tu defensa de la signatura en que los chavales que no reciben educación religiosa al menos ahí reciben enseñanza de valores importantes para la convivencia …..y dices bien, pero esos chavales deben recibir esos valores junto con los que reciben educación religiosa en los temas transversales que deben tratar todo el resto de asignatura…..por lo que obligar a todos a recibir adoctrinamiento no es consecuente con el sistema educativo español…..la enseñanza y conocimiento de la Constitución que va a sustituir a esta asignatura me parece mucho más consecuente…..Gracias por tu aportación que no comparto…..Un saludo.

    Mauricio Ruiz Berlanga

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimado Mauricio, en primer lugar gracias por tu respuesta y opinión que aunque discordante conmigo y con otros comentaristas es como mínimo respetuosa con las personas y portadora de elementos de juicio que pueden servir para ilustrar tu punto de vista.
      En segundo lugar... te pido disculpas por responder "tan tarde" (hasta hoy no había vuelto a entrar en este artículo, lo hice hoy por curiosidad, por si había alguien más).
      Puede que la nueva asignatura que propone el PP sea tan buena omás que EpC, vale, vamos a pensar que la mejorará y eliminará todos los elementos que pudieran tratar de ideologizar o tergiversar la Historia,... pero no debiera renunciar a "educar en valores" por más que seamos los padres y madres quienes tengamos en eso la primera y principal responsabilidad. Escuela y Familia debiéramos andar mucho más unidos de como estamos y ¡ojalá esta educación en valores genere debate y lleve a que las familias se hagan más presentes en los centros escolares y hagamos tema de conversación al respecto con el profesorado!.¡Ojalá!.

      Eliminar