sábado, 13 de diciembre de 2014

Para el mundo obrero y del trabajo

«CON JESÚS SIEMPRE NACE Y RENACE LA ALEGRÍA» 
En su nacimiento Jesucristo se descentró, se fue a los márgenes; más aún, «siendo rico se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza» (2 Cor 8,9);
sí, «se despojó de sí mismo para tomar la condición de esclavo» (Flp 2,7).
 
Este es el divino camino de la verdadera espiritualidad.
 
Humilde artesano de Nazaret, Jesús Obrero,
nacido en un establo, en medio de campesinos y pastores:
a ti solo damos culto.
 
Fuera de los límites de esta sociedad pagana
salimos al encuentro de tus hermanos pequeños,
para realizar con ellos, «pecadores y publicanos,
prostitutas y enfermos, pobres»
, tu sueño comunitarista.
 
¡Bendito seas, Jesús, porque pobres y torturados de la historia
representan el lugar privilegiado para encontrarte
crucificado y resucitado!.
 
No pasaremos de largo, cargaremos en tu nombre
a los que la injusticia masacra cada día,
¡la inmensa muchedumbre de los trabajadores sin trabajo!
y realizaremos con ellos de nuevo el Éxodo
de «unos cielos nuevos y una tierra nueva donde habite la justicia».
 
Encontrarse con Cristo estremece con su impulso a una conversión definitiva,
con su exigencia a una radicalidad y una incondicionalidad escandalosa,
que solo superamos porque es Jesús quien primero se estremeció
hasta la cruz por nosotros.
 
Por él vamos a plantar nuestra tienda en el mundo obrero empobrecido,
hasta las últimas consecuencias, como Rovirosa.
 
Hay que ir hasta las raíces de la pobreza, la opresión y la exclusión, arriesgándose al rechazo y la persecución.
 
Hay que pagar el precio por la fidelidad a Cristo Obrero empobrecido.
 
¡Y qué alegría si fuéramos dignos de ello! .
Felices fiestas.
Àlvar Miralles

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