JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 22, 34-40
ECLESALIA, 19/10/11.- En cierta ocasión los fariseos se reunieron en grupo y le hicieron a Jesús una pregunta que era motivo de discusión y debate entre los sectores más preocupados de cumplir escrupulosamente los seiscientos trece preceptos más importantes sobre el sábado, la pureza ritual, los diezmos y otras cuestiones: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?». La respuesta de Jesús es muy conocida entre los cristianos: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser». Este es el más importante. Luego añadió: «El segundo es semejante a éste: amarás a tu prójimo como a ti mismo». Y concluyó con esta afirmación: «Estos dos mandamientos sostienen la Ley y los profetas». Nos interesa mucho escuchar bien las palabras de Jesús pues también en la Iglesia, como en el antiguo Israel, ha ido creciendo a lo largo de los siglos el número de preceptos, normas y prohibiciones para regular los diversos aspectos de la vida cristiana. ¿Qué es lo primero y más importante?. ¿Qué es lo esencial para vivir como seguidores de Jesús?. Jesús deja claro que no todo es igualmente importante. Es un error dar mucha importancia a cuestiones secundarias de carácter litúrgico o disciplinar descuidando lo esencial. No hemos de olvidar nunca que sólo el amor sincero a Dios y al prójimo es el criterio principal y primero de nuestro seguimiento a Jesús.Según él, ese amor es la actitud de fondo, la fuerza clave e insustituible que pone verdad y sentido a nuestra relación religiosa con Dios y a nuestro comportamiento con las personas.
¿Qué es la religión cristiana sin amor?. ¿A qué queda reducida nuestra vida en el interior de la Iglesia y en medio de la sociedad sin amor?. El amor libera nuestro corazón del riesgo de vivir empobrecidos, empequeñecidos o paralizados por la atención insana a toda clase de normas y ritos. ¿Qué es la vida de un practicante sin amor vivo a Dios?. ¿Qué verdad hay en nuestra vida cristiana sin amor práctico al prójimo necesitado?. El amor se opone a dos actitudes bastantes difundidas. En primer lugar, la indiferencia entendida como insensibilidad, rigidez de mente, falta de corazón. En segundo lugar, el egocentrismo y desinterés por los demás. En estos tiempos tan críticos nada hay más importante que cuidar humildemente lo esencial: el amor sincero a Dios alimentado en celebraciones sentidas y vividas desde dentro; el amor al prójimo fortaleciendo el trato amistoso entre los creyentes e impulsando el compromiso con los necesitados. Contamos con el aliento de Jesús.
Es un espacio web que nace con la intención de servir de cauce para la promoción de la JUSTICIA y SOLIDARIDAD y ofrecer signos de esperanza: acercándonos a los valores del Reino de Dios.
miércoles, 19 de octubre de 2011
sábado, 15 de octubre de 2011
Empeñados en hacer un mundo al revés
Se podrá capear la realidad todo lo que se quiera, pero no hasta el extremo de borrarla o ignorarla. La realidad habla por sí misma y dice que la pobreza no es efecto de la escasez de recursos. El hecho de que el Norte tenga seis veces más que el Sur, no es fruto de la escasez; el hecho de que el Norte (1/4 parte de la humanidad) consuma el 75 % de los recursos terrestres, no es fruto de la escasez; ni el hecho de que tenga el 80 % del comercio y el 93 % de la industria no es fruto de la escasez; el hecho de que el PNB per capita sea de 3, 60 dólares al año en el Sur de Asia, o de 8 en Africa y de 206 en Norteamérica, no es fruto de la escasez; el hecho de que en Africa haya un médico por cada 50.000 habitantes y en los países industrializados uno por cada 450 habitantes, no es fruto de la escasez; el hecho de que Estados Unidos y otros países industrializados dediquen miles de millones de dólares (y aquí uno renuncia a dar cifras) al armamentismo y nimios porcentajes a resolver las necesidades básicas de la humanidad, no es fruto de la escasez.
La realidad sigue hablando:
“Si miramos la historia de más de un siglo, nos damos cuenta de que el Occidente como un todo, y particularmente los Estados Unidos han humillado a los países musulmanes del Medio Oriente. Controlaron sus gobiernos, tomaron su petróleo y montaron inmensas bases militares. Dejaron tras de sí mucha amargura y rabia, caldo cultural para la venganza y el terrorismo.Lo terrible del terrorismo es que ocupa las mentes. En las guerras y las guerrillas se necesita ocupar el espacio físico para triunfar efectivamente. En el terror, no. Basta ocupar las mentes, distorsionar el imaginario e introyectar miedo. Los estadounidenses ocuparon físicamente el Afganistán de los talibanes e Irak, pero los talibanes ocuparon psicológicamente las mentes de los estadounidenses. Se realizó desgraciadamente la profecía que hizo Bin Laden el 8 de octubre de 2002: «Estados Unidos nunca más se sentirá seguro, nunca más tendrá paz». Hoy es un país rehén del miedo que se ha difundido” (Leonardo Boff)
La realidad sigue hablando: en Carta a Billl Clinton (National Cattholic Reporter, 2 de octubre de 1998), el obispo norteamericano Robert Bowman, ( que antes de ser obispo había sido piloto de cazas militares y realizó 101 misiones de combate en la guerra de Vietnam) le escribe: «Usted ha dicho que somos blanco de ataques porque defendemos la democracia, la libertad, los derechos humanos. ¡Eso es absurdo! Somos blanco de terroristas porque, en buena parte del mundo, nuestro gobierno defiende la dictadura, la esclavitud y la explotación humana. Somos blanco de terroristas porque nos odian. Y nos odian porque nuestro gobierno hace cosas odiosas. ¡En cuántos países agentes de nuestro gobierno han destituido a líderes escogidos por el pueblo cambiándolos por dictaduras militares fantoches que querían vender su pueblo a sociedades multinacionales norteamericanas! Hemos hecho eso en Irán, en Chile y en Vietnam, en Nicaragua, y en el resto de las «repúblicas bananeras» de América Latina. País tras país, nuestro gobierno se opuso a la democracia, sofocó la libertad y violó los derechos del ser humano. Esta es la causa por la cual nos odian en todo el mundo. Por esta razón somos blancos de los terroristas. En vez de enviar a nuestros hijos e hijas por el mundo a matar árabes y obtener así el petróleo que hay bajo su tierra, deberíamos enviarlos a reconstruir sus infraestructuras, beneficiarlos con agua potable, alimentar a los niños en peligro de morir de hambre. Esta es la verdad, señor Presidente. Esto es lo que el pueblo norteamericano debe comprender».
La realidad habla y da para aventar los sofismas y espejismos de cuantos, esclavos del poder, de la codicia y del racismo, nos creen párvulos y consideran que pueden embarullarnos con las disquisiciones hipócritas o diplomáticas de su arrogancia y crueldad.
Vamos, que dejen de llamar democracia , derechos humanos, intervención humanitaria, etc. a lo que es lisa y llanamente derecho de robo y explotación. Que dejen de querer salvarnos salvándose a sí mismos con un nivel de vida escandalosamente desigual amasado a base del trabajo, despojo, lágrimas y humillaciones de los pobres ( personas y pueblos). Que dejen de considerarnos serviles incensadores de su imperio, esperando a que nos sirvan las migajas que a ellos les sobran.
La realidad habla: Estados Unidos es maestro en imponer el mecanismo de la deuda externa como instrumento de dominación. Afronta hoy la deuda más grande del mundo: 16,4 billones de dólares, cifra que supera en unos dos billones al PIB de dicho país. Y, sin embargo, dentro mismo, existen 54 millones de estadounidenses que tienen que hacer frente a la pobreza, el hambre y el desempleo, viendo cómo se abonan 650 millones de dólares a instituciones bancarias y empresariales. Estados Unidos viene gastando cada tres meses 50.000 millones de dólares en Irak. Y, con 146 entidades financieras de 16 países, han invertido y prestado servicios financieros por valor de 43.000 millones de dólares para fabricar bombas de racimo entre 2007 y 2009.
Un misil Trident DII5 cuesta 30,9 millones de dólares. Un Avión Apache AH-64 cuesta 56 millones de dólares. Un porta-aviones NIMITZ cuesta 4.000 millones de dólares. El presupuesto militar de Estados Unidos para este año 2011 es de 700.000 millones de dólares.
La realidad habla: este mundo es así porque los poderosos de turno, siempre de una y otra parte, se empeñan en construirlo así, desoyendo las alternativas reales de una humanidad unida solidariamente bajo los imperativos de la igualdad, la justicia y la paz. Una parte no más de ese monstruoso presupuesto militar haría que ninguna persona y pueblo quedaran sin ver satisfechas sus necesidades de hospitales, escuelas, viviendas, empleo, etc. etc.
El teólogo Ignacio Ellacuría, asesinado por los amos del capital en El Salvador, habló con clarividencia respetando la voz de la realidad. Chocaba a diario con el dato aplastante de la pobreza tal como la están viviendo hoy mayorías populares de muchos países y ese dato le hacía concluir que es dentro de la estructura económica neoliberal donde encontramos la clave que explique su funcionamiento y resultados, positivos para unos y negativos para otros.
La pobreza, para él, es simplemente una realidad dialéctica y política. Dialéctica porque en nuestra situación hay pobres porque hay ricos, hay una mayoría de pobres porque hay una minoría de ricos. Una pobreza fruto de escasos recursos no nos permitiría hablar propiamente de pobres. La verdad es que los ricos se han hecho tales desposeyendo a los pobres de lo que era suyo, de su salario, de sus tierras, de su trabajo, etc. Por eso, si los ricos son los empobrecedores, los pobres son los empobrecidos; si los ricos son los desposeedores, los pobres son los desposeídos; si lo ricos son los opresores y represores, los pobres son los oprimidos y reprimidos.
La realidad del ser humano es como es, tiene una dignidad, derechos y obligaciones inalienables. Y, a la postre, o se la reconoce y respeta en todo lugar, o todo intento de dominarla será vano y acabará en fracaso. Lo dice la historia.
Benjamín Forcano
miércoles, 12 de octubre de 2011
Víctimas
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 22, 15-21
ECLESALIA, 12/10/11.- La pregunta que hacen a Jesús algunos sectores fariseos, confabulados con partidarios de Antipas, es una trampa preparada con astucia para ir preparando un clima propicio para eliminarlo: «¿Es lícito pagar impuesto al César o no?».Si dice que es lícito, Jesús quedará desprestigiado ante el pueblo y perderá su apoyo: así será más fácil actuar contra él. Si dice que no es lícito, podrá ser acusado de agitador subversivo ante los romanos que, en las fiestas de Pascua ya próximas, suben a Jerusalén para ahogar cualquier conato de rebelión contra el César.
Antes que nada, Jesús les pide que le muestren «la moneda del impuesto» y que le digan de quién es la imagen y la inscripción. Los adversarios reconocen que la imagen es del César como dice la inscripción: Tiberio César, Hijo augusto del Divino Augusto. Pontífice Máximo. Con su gesto, Jesús ha situado la pregunta en un contexto inesperado.
Saca entonces una primera conclusión. Si la imagen de la moneda pertenece al César, «dad al César lo que es del César». Devolvedle lo que es suyo: esa moneda idolátrica, acuñada con símbolos de poder religioso. Si la estáis utilizando en vuestros negocios, estáis ya reconociendo su soberanía. Cumplid con vuestras obligaciones.
Pero Jesús que no vive al servicio del emperador de Roma, sino "buscando el reino de Dios y su justicia" añade una grave advertencia sobre algo que nadie le ha preguntado: «A Dios dadle lo que es de Dios». La moneda lleva la "imagen" de Tiberio, pero el ser humano es "imagen" de Dios: le pertenece sólo a él. Nunca sacrifiquéis las personas a ningún poder. Defendedlas.

La crisis económica que estamos viviendo en los países occidentales no tiene fácil solución. Más que una crisis financiera es una crisis de humanidad. Obsesionados sólo por un bienestar material siempre mayor, hemos terminado viviendo un estilo de vida insostenible incluso económicamente.
No va a bastar con proponer soluciones técnicas. Es necesaria una conversión de nuestro estilo de vida, una transformación de las conciencias: pasar de la lógica de la competición a la de la cooperación: poner límites a la voracidad de los mercados; aprender una nueva ética de la renuncia.
La crisis va a ser larga. Nos esperan años difíciles. Los seguidores de Jesús hemos de encontrar en el Evangelio la inspiración y el aliento para vivirla de manera solidaria. De Jesús escuchamos la invitación a estar cerca de las víctimas más vulnerables: los que están siendo sacrificados injustamente a las estrategias de los mercados más poderosos.
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 22, 15-21
ECLESALIA, 12/10/11.- La pregunta que hacen a Jesús algunos sectores fariseos, confabulados con partidarios de Antipas, es una trampa preparada con astucia para ir preparando un clima propicio para eliminarlo: «¿Es lícito pagar impuesto al César o no?».Si dice que es lícito, Jesús quedará desprestigiado ante el pueblo y perderá su apoyo: así será más fácil actuar contra él. Si dice que no es lícito, podrá ser acusado de agitador subversivo ante los romanos que, en las fiestas de Pascua ya próximas, suben a Jerusalén para ahogar cualquier conato de rebelión contra el César.
Antes que nada, Jesús les pide que le muestren «la moneda del impuesto» y que le digan de quién es la imagen y la inscripción. Los adversarios reconocen que la imagen es del César como dice la inscripción: Tiberio César, Hijo augusto del Divino Augusto. Pontífice Máximo. Con su gesto, Jesús ha situado la pregunta en un contexto inesperado.
Saca entonces una primera conclusión. Si la imagen de la moneda pertenece al César, «dad al César lo que es del César». Devolvedle lo que es suyo: esa moneda idolátrica, acuñada con símbolos de poder religioso. Si la estáis utilizando en vuestros negocios, estáis ya reconociendo su soberanía. Cumplid con vuestras obligaciones.
Pero Jesús que no vive al servicio del emperador de Roma, sino "buscando el reino de Dios y su justicia" añade una grave advertencia sobre algo que nadie le ha preguntado: «A Dios dadle lo que es de Dios». La moneda lleva la "imagen" de Tiberio, pero el ser humano es "imagen" de Dios: le pertenece sólo a él. Nunca sacrifiquéis las personas a ningún poder. Defendedlas.

La crisis económica que estamos viviendo en los países occidentales no tiene fácil solución. Más que una crisis financiera es una crisis de humanidad. Obsesionados sólo por un bienestar material siempre mayor, hemos terminado viviendo un estilo de vida insostenible incluso económicamente.
No va a bastar con proponer soluciones técnicas. Es necesaria una conversión de nuestro estilo de vida, una transformación de las conciencias: pasar de la lógica de la competición a la de la cooperación: poner límites a la voracidad de los mercados; aprender una nueva ética de la renuncia.
La crisis va a ser larga. Nos esperan años difíciles. Los seguidores de Jesús hemos de encontrar en el Evangelio la inspiración y el aliento para vivirla de manera solidaria. De Jesús escuchamos la invitación a estar cerca de las víctimas más vulnerables: los que están siendo sacrificados injustamente a las estrategias de los mercados más poderosos.
miércoles, 5 de octubre de 2011
Invitación
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net San Sebastióan (GUIPUZCOA). Mateo 22, 1-14
ECLESALIA, 05/10/11.- A través de sus parábolas Jesús va descubriendo a sus seguidores cómo experimenta a Dios, cómo interpreta la vida desde sus raíces más profundas y cómo responde a los enigmas más recónditos de la condición humana.Quien entra en contacto vivo con sus parábolas comienza a cambiar. Algo "sucede" en nosotros. Dios no es como lo imaginamos. La vida es más grande y misteriosa que nuestra rutina convencional de cada día. Es posible vivir con un horizonte nuevo. Escuchemos el punto de partida de la parábola llamada «Invitación al Banquete».Según el relato, Dios está preparando una fiesta final para todos sus hijos e hijas, pues a todos quiere ver sentados junto a él, en torno a una misma mesa, disfrutando para siempre de una vida plena. Esta imagen es una de las más queridas por Jesús para sugerir el final último de la historia humana.Frente a tantas imágenes mezquinas de un Dios controlador y justiciero que impide a no pocos saborear la fe y disfrutar de la vida, Jesús introduce en el mundo la experiencia de un Dios que nos está invitando a compartir con él una fiesta fraterna en la que culminará lo mejor de nuestros esfuerzos, anhelos y aspiraciones.Jesús dedica su vida entera a difundir la gran invitación de Dios: «El banquete está preparado. Venid». Este mensaje configura su modo de anunciar a Dios. Jesús no predica doctrina, despierta el deseo de Dios. No impone ni presiona. Invita y llama. Libera de miedos y enciende la confianza en Dios. En su nombre, acoge a su mesa a pecadores e indeseables. A todos ha de llegar su invitación.

Los hombres y mujeres de hoy necesitan descubrir el Misterio de Dios como Buena Noticia. Los cristianos hemos de aprender a hablar de él con un lenguaje más inspirado en Jesús, para deshacer malentendidos, aclarar prejuicios y eliminar miedos introducidos por un discurso religioso lamentable que ha alejado a muchos de ese Dios que nos está esperando con todo preparado para la fiesta final.En estos tiempos en los que el descrédito de la religión está impidiendo a muchos escuchar la invitación de Dios, hemos de hablar de su Misterio de Amor con humildad y con respeto a todos, sin forzar las conciencias, sin ahogar la vida, despertando el deseo de verdad y de luz que sigue vivo en lo más íntimo del ser humano.Es cierto que la llamada religiosa encuentra hoy el rechazo de muchos, pero la invitación de Dios no se ha apagado. La pueden escuchar todos los que en el fondo de sus conciencias escuchan la llamada del bien, del amor y de la justicia.
ECLESALIA, 05/10/11.- A través de sus parábolas Jesús va descubriendo a sus seguidores cómo experimenta a Dios, cómo interpreta la vida desde sus raíces más profundas y cómo responde a los enigmas más recónditos de la condición humana.Quien entra en contacto vivo con sus parábolas comienza a cambiar. Algo "sucede" en nosotros. Dios no es como lo imaginamos. La vida es más grande y misteriosa que nuestra rutina convencional de cada día. Es posible vivir con un horizonte nuevo. Escuchemos el punto de partida de la parábola llamada «Invitación al Banquete».Según el relato, Dios está preparando una fiesta final para todos sus hijos e hijas, pues a todos quiere ver sentados junto a él, en torno a una misma mesa, disfrutando para siempre de una vida plena. Esta imagen es una de las más queridas por Jesús para sugerir el final último de la historia humana.Frente a tantas imágenes mezquinas de un Dios controlador y justiciero que impide a no pocos saborear la fe y disfrutar de la vida, Jesús introduce en el mundo la experiencia de un Dios que nos está invitando a compartir con él una fiesta fraterna en la que culminará lo mejor de nuestros esfuerzos, anhelos y aspiraciones.Jesús dedica su vida entera a difundir la gran invitación de Dios: «El banquete está preparado. Venid». Este mensaje configura su modo de anunciar a Dios. Jesús no predica doctrina, despierta el deseo de Dios. No impone ni presiona. Invita y llama. Libera de miedos y enciende la confianza en Dios. En su nombre, acoge a su mesa a pecadores e indeseables. A todos ha de llegar su invitación.

Los hombres y mujeres de hoy necesitan descubrir el Misterio de Dios como Buena Noticia. Los cristianos hemos de aprender a hablar de él con un lenguaje más inspirado en Jesús, para deshacer malentendidos, aclarar prejuicios y eliminar miedos introducidos por un discurso religioso lamentable que ha alejado a muchos de ese Dios que nos está esperando con todo preparado para la fiesta final.En estos tiempos en los que el descrédito de la religión está impidiendo a muchos escuchar la invitación de Dios, hemos de hablar de su Misterio de Amor con humildad y con respeto a todos, sin forzar las conciencias, sin ahogar la vida, despertando el deseo de verdad y de luz que sigue vivo en lo más íntimo del ser humano.Es cierto que la llamada religiosa encuentra hoy el rechazo de muchos, pero la invitación de Dios no se ha apagado. La pueden escuchar todos los que en el fondo de sus conciencias escuchan la llamada del bien, del amor y de la justicia.
miércoles, 28 de septiembre de 2011
¿Estamos decepcionando a Dios?
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 21,33-43
ECLESALIA, 28/09/11.- Jesús se encuentra en el recinto del Templo, rodeado de un grupo de altos dirigentes religiosos. Nunca los ha tenido tan cerca. Por eso, con audacia increíble, va a pronunciar una parábola dirigida directamente a ellos. Sin duda, la más dura que ha salido de sus labios.
Cuando Jesús comienza a hablarles de un señor que plantó una viña y la cuidó con solicitud y cariño especial, se crea un clima de expectación. La «viña» es el pueblo de Israel. Todos conocen el canto del profeta Isaías que habla del amor de Dios por su pueblo con esa bella imagen. Ellos son los responsables de esa "viña" tan querida por Dios.
Lo que nadie se espera es la grave acusación que les va a lanzar Jesús: Dios está decepcionado. Han ido pasando los siglos y no ha logrado recoger de ese pueblo querido los frutos de justicia, de solidaridad y de paz que esperaba.
Una y otra vez ha ido enviando a sus servidores, los profetas, pero los responsables de la viña los han maltratado sin piedad hasta darles muerte. ¿Qué más puede hacer Dios por su viña? Según el relato, el señor de la viña les manda a su propio hijo pensando: «A mi hijo le tendrán respeto». Pero los viñadores lo matan para quedarse con su herencia.
La parábola es transparente. Los dirigentes del Templo se ven obligados a reconocer que el señor ha de confiar su viña a otros viñadores más fieles. Jesús les aplica rápidamente la parábola: «Yo os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos».
Desbordados por una crisis a la que ya no es posible responder con pequeñas reformas, distraídos por discusiones que nos impiden ver lo esencial, sin coraje para escuchar la llamada de Dios a una conversión radical al Evangelio, la parábola nos obliga a hacernos graves preguntas.
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 21,33-43
ECLESALIA, 28/09/11.- Jesús se encuentra en el recinto del Templo, rodeado de un grupo de altos dirigentes religiosos. Nunca los ha tenido tan cerca. Por eso, con audacia increíble, va a pronunciar una parábola dirigida directamente a ellos. Sin duda, la más dura que ha salido de sus labios.
Cuando Jesús comienza a hablarles de un señor que plantó una viña y la cuidó con solicitud y cariño especial, se crea un clima de expectación. La «viña» es el pueblo de Israel. Todos conocen el canto del profeta Isaías que habla del amor de Dios por su pueblo con esa bella imagen. Ellos son los responsables de esa "viña" tan querida por Dios.
Lo que nadie se espera es la grave acusación que les va a lanzar Jesús: Dios está decepcionado. Han ido pasando los siglos y no ha logrado recoger de ese pueblo querido los frutos de justicia, de solidaridad y de paz que esperaba.
Una y otra vez ha ido enviando a sus servidores, los profetas, pero los responsables de la viña los han maltratado sin piedad hasta darles muerte. ¿Qué más puede hacer Dios por su viña? Según el relato, el señor de la viña les manda a su propio hijo pensando: «A mi hijo le tendrán respeto». Pero los viñadores lo matan para quedarse con su herencia.
La parábola es transparente. Los dirigentes del Templo se ven obligados a reconocer que el señor ha de confiar su viña a otros viñadores más fieles. Jesús les aplica rápidamente la parábola: «Yo os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos».
Desbordados por una crisis a la que ya no es posible responder con pequeñas reformas, distraídos por discusiones que nos impiden ver lo esencial, sin coraje para escuchar la llamada de Dios a una conversión radical al Evangelio, la parábola nos obliga a hacernos graves preguntas.

¿Respetamos al Hijo que Dios nos ha enviado o lo echamos de muchas formas "fuera de la viña"?. ¿Estamos acogiendo la tarea que Jesús nos ha confiado de humanizar la vida o vivimos distraídos por otros intereses religiosos más secundarios?.
¿Qué hacemos con los hombres y mujeres que Dios nos envía también hoy para recordarnos su amor y su justicia?. ¿Ya no hay entre nosotros profetas de Dios ni testigos de Jesús?. ¿Ya no los reconocemos?.
jueves, 22 de septiembre de 2011
El peligro de la religión
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 21, 28-32
ECLESALIA, 21/09/11.- Jesús lleva unos días en Jerusalén moviéndose en los alrededores del templo. No encuentra por las calles la acogida amistosa de las aldeas de Galilea. Los dirigentes religiosos que se cruzan en su camino tratan de desautorizarlo ante la gente sencilla de la capital. No descansarán hasta enviarlo a la cruz. Jesús no pierde la paz. Con paciencia incansable sigue llamándolos a la conversión. Les cuenta una anécdota sencilla que se le acaba de ocurrir al verlos: la conversación de un padre que pide a sus dos hijos que vayan a trabajar a la viña de la familia. El primero rechaza al padre con una negativa tajante: «No quiero». No le da explicación alguna. Sencillamente no le da la gana. Sin embargo, más tarde reflexiona, se da cuenta de que está rechazando a su padre y, arrepentido, marcha a la viña.El segundo atiende amablemente la petición de su padre: «Voy, señor». Parece dispuesto a cumplir sus deseos, pero pronto se olvida de lo que ha dicho. No vuelve a pensar en su padre. Todo queda en palabras. No marcha a la viña. Por si no han entendido su mensaje, Jesús dirigiéndose a «los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo», les aplica de manera directa y provocativa la parábola: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios».
Quiere que reconozcan su resistencia a entrar en el proyecto del Padre. Ellos son los "profesionales" de la religión: los que han dicho un gran "sí" al Dios del templo, los especialistas del culto, los guardianes de la ley. No sienten necesidad de convertirse. Por eso, cuando ha venido el profeta Juan a preparar los caminos a Dios, le han dicho "no"; cuando ha llegado Jesús invitándolos a entrar en su reino, siguen diciendo "no".Por el contrario, los publicanos y las prostitutas son los "profesionales del pecado": los que han dicho un gran "no" al Dios de la religión; los que se han colocado fuera de la ley y del culto santo. Sin embargo, su corazón se ha mantenido abierto a la conversión. Cuando ha venido Juan han creído en él; al llegar Jesús lo han acogido. La religión no siempre conduce a hacer la voluntad del Padre. Nos podemos sentir seguros en el cumplimiento de nuestros deberes religiosos y acostumbrarnos a pensar que nosotros no necesitamos convertirnos ni cambiar. Son los alejados de la religión los que han de hacerlo. Por eso es tan peligroso sustituir la escucha del Evangelio por la piedad religiosa. Lo dijo Jesús: "No todo el que me diga "Señor", "Señor" entrará en el reino de Dios, sino el que haga la voluntad de mi Padre del cielo".
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 21, 28-32
ECLESALIA, 21/09/11.- Jesús lleva unos días en Jerusalén moviéndose en los alrededores del templo. No encuentra por las calles la acogida amistosa de las aldeas de Galilea. Los dirigentes religiosos que se cruzan en su camino tratan de desautorizarlo ante la gente sencilla de la capital. No descansarán hasta enviarlo a la cruz. Jesús no pierde la paz. Con paciencia incansable sigue llamándolos a la conversión. Les cuenta una anécdota sencilla que se le acaba de ocurrir al verlos: la conversación de un padre que pide a sus dos hijos que vayan a trabajar a la viña de la familia. El primero rechaza al padre con una negativa tajante: «No quiero». No le da explicación alguna. Sencillamente no le da la gana. Sin embargo, más tarde reflexiona, se da cuenta de que está rechazando a su padre y, arrepentido, marcha a la viña.El segundo atiende amablemente la petición de su padre: «Voy, señor». Parece dispuesto a cumplir sus deseos, pero pronto se olvida de lo que ha dicho. No vuelve a pensar en su padre. Todo queda en palabras. No marcha a la viña. Por si no han entendido su mensaje, Jesús dirigiéndose a «los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo», les aplica de manera directa y provocativa la parábola: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios».
Quiere que reconozcan su resistencia a entrar en el proyecto del Padre. Ellos son los "profesionales" de la religión: los que han dicho un gran "sí" al Dios del templo, los especialistas del culto, los guardianes de la ley. No sienten necesidad de convertirse. Por eso, cuando ha venido el profeta Juan a preparar los caminos a Dios, le han dicho "no"; cuando ha llegado Jesús invitándolos a entrar en su reino, siguen diciendo "no".Por el contrario, los publicanos y las prostitutas son los "profesionales del pecado": los que han dicho un gran "no" al Dios de la religión; los que se han colocado fuera de la ley y del culto santo. Sin embargo, su corazón se ha mantenido abierto a la conversión. Cuando ha venido Juan han creído en él; al llegar Jesús lo han acogido. La religión no siempre conduce a hacer la voluntad del Padre. Nos podemos sentir seguros en el cumplimiento de nuestros deberes religiosos y acostumbrarnos a pensar que nosotros no necesitamos convertirnos ni cambiar. Son los alejados de la religión los que han de hacerlo. Por eso es tan peligroso sustituir la escucha del Evangelio por la piedad religiosa. Lo dijo Jesús: "No todo el que me diga "Señor", "Señor" entrará en el reino de Dios, sino el que haga la voluntad de mi Padre del cielo".
viernes, 16 de septiembre de 2011
Mirada enferma
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 20,1-16
ECLESALIA, 14/09/11.- Jesús había hablado a sus discípulos con claridad: "Buscad el reino de Dios y su justicia". Para él esto era lo esencial. Sin embargo, no le veían buscar esa justicia de Dios cumpliendo las leyes y tradiciones de Israel como otros maestros. Incluso en cierta ocasión les hizo una grave advertencia: "Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de Dios". ¿Cómo entendía Jesús la justicia de Dios?.
La parábola que les contó los dejó desconcertados. El dueño de una viña salió repetidamente a la plaza del pueblo a contratar obreros. No quería ver a nadie sin trabajo. El primer grupo trabajó duramente doce horas. Los últimos en llegar sólo trabajaron sesenta minutos.
Sin embargo, al final de la jornada, el dueño ordena que todos reciban un denario: ninguna familia se quedará sin cenar esa noche. La decisión sorprende a todos. ¿Cómo calificar la actuación de este señor que ofrece una recompensa igual por un trabajo tan desigual?. ¿No es razonable la protesta de quienes han trabajado durante toda la jornada?.
Estos obreros reciben el denario estipulado, pero al ver el trato tan generoso que han recibido los últimos, se sienten con derecho a exigir más. No aceptan la igualdad. Esta es su queja: «los has tratado igual que a nosotros». El dueño de la viña responde con estas palabras al portavoz del grupo: «¿Va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?». Esta frase recoge la enseñanza principal de la parábola.
Según Jesús, hay una mirada mala, enferma y dañosa, que nos impide captar la bondad de Dios y alegrarnos con su misericordia infinita hacia todos. Nos resistimos a creer que la justicia de Dios consiste precisamente en tratarnos con un amor que está por encima de todos nuestros cálculos.
Esta es la Gran Noticia revelada por Jesús, lo que nunca hubiéramos sospechado y lo que tanto necesitábamos oír. Que nadie se presente ante Dios con méritos o derechos adquiridos. Todos somos acogidos y salvados, no por nuestros esfuerzos sino por su misericordia insondable.
A Jesús le preocupaba que sus discípulos vivieran con una mirada incapaz de creer en esa Bondad. En cierta ocasión les dijo así: "Si tu ojo es malo, toda tu persona estará a oscuras. Y si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!". Los cristianos lo hemos olvidado. ¡Qué luz penetraría en la Iglesia si nos atreviéramos a creer en la Bondad de Dios sin recortarla con nuestra mirada enferma!. ¡Qué alegría inundaría los corazones creyentes!. ¡Con qué fuerza seguiríamos a Jesús!.
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 20,1-16
ECLESALIA, 14/09/11.- Jesús había hablado a sus discípulos con claridad: "Buscad el reino de Dios y su justicia". Para él esto era lo esencial. Sin embargo, no le veían buscar esa justicia de Dios cumpliendo las leyes y tradiciones de Israel como otros maestros. Incluso en cierta ocasión les hizo una grave advertencia: "Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de Dios". ¿Cómo entendía Jesús la justicia de Dios?.
La parábola que les contó los dejó desconcertados. El dueño de una viña salió repetidamente a la plaza del pueblo a contratar obreros. No quería ver a nadie sin trabajo. El primer grupo trabajó duramente doce horas. Los últimos en llegar sólo trabajaron sesenta minutos.
Sin embargo, al final de la jornada, el dueño ordena que todos reciban un denario: ninguna familia se quedará sin cenar esa noche. La decisión sorprende a todos. ¿Cómo calificar la actuación de este señor que ofrece una recompensa igual por un trabajo tan desigual?. ¿No es razonable la protesta de quienes han trabajado durante toda la jornada?.
Estos obreros reciben el denario estipulado, pero al ver el trato tan generoso que han recibido los últimos, se sienten con derecho a exigir más. No aceptan la igualdad. Esta es su queja: «los has tratado igual que a nosotros». El dueño de la viña responde con estas palabras al portavoz del grupo: «¿Va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?». Esta frase recoge la enseñanza principal de la parábola.
Según Jesús, hay una mirada mala, enferma y dañosa, que nos impide captar la bondad de Dios y alegrarnos con su misericordia infinita hacia todos. Nos resistimos a creer que la justicia de Dios consiste precisamente en tratarnos con un amor que está por encima de todos nuestros cálculos.
Esta es la Gran Noticia revelada por Jesús, lo que nunca hubiéramos sospechado y lo que tanto necesitábamos oír. Que nadie se presente ante Dios con méritos o derechos adquiridos. Todos somos acogidos y salvados, no por nuestros esfuerzos sino por su misericordia insondable.
A Jesús le preocupaba que sus discípulos vivieran con una mirada incapaz de creer en esa Bondad. En cierta ocasión les dijo así: "Si tu ojo es malo, toda tu persona estará a oscuras. Y si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!". Los cristianos lo hemos olvidado. ¡Qué luz penetraría en la Iglesia si nos atreviéramos a creer en la Bondad de Dios sin recortarla con nuestra mirada enferma!. ¡Qué alegría inundaría los corazones creyentes!. ¡Con qué fuerza seguiríamos a Jesús!.
miércoles, 7 de septiembre de 2011
Vivir perdonando
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 18, 21-35
ECLESALIA, 07/09/11.- Los discípulos le han oído a Jesús decir cosas increíbles sobre el amor a los enemigos, la oración al Padre por los que nos persiguen, el perdón a quien nos hace daño. Seguramente les parece un mensaje extraordinario pero poco realista y muy problemático.
Pedro se acerca ahora a Jesús con un planteamiento más práctico y concreto que les permita, al menos, resolver los problemas que surgen entre ellos: recelos, envidias, enfrentamientos, conflictos y rencillas. ¿Cómo tienen que actuar en aquella familia de seguidores que caminan tras sus pasos. En concreto: «Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar?».
Antes que Jesús le responda, el impetuoso Pedro se le adelanta a hacerle su propia sugerencia: «¿Hasta siete veces?». Su propuesta es de una generosidad muy superior al clima justiciero que se respira en la sociedad judía. Va más allá incluso de lo que se practica entre los rabinos y los grupos esenios que hablan como máximo de perdonar hasta cuatro veces.
Sin embargo Pedro se sigue moviendo en el plano de la casuística judía donde se prescribe el perdón como arreglo amistoso y reglamentado para garantizar el funcionamiento ordenado de la convivencia entre quienes pertenecen al mismo grupo.
La respuesta de Jesús exige ponerse en otro registro. En el perdón no hay límites: «No te digo hasta siete veces sino hasta setenta veces siete». No tiene sentido llevar cuentas del perdón. El que se pone a contar cuántas veces está perdonando al hermano se adentra por un camino absurdo que arruina el espíritu que ha de reinar entre sus seguidores.
Entre los judíos era conocido un "Canto de venganza" de Lámek, un legendario héroe del desierto, que decía así: "Caín será vengado siete veces, pero Lámek será vengado setenta veces siete". Frente a esta cultura de la venganza sin límites, Jesús canta el perdón sin límites entre sus seguidores.
En muy pocos años el malestar ha ido creciendo en el interior de la Iglesia provocando conflictos y enfrentamientos cada vez más desgarradores y dolorosos. La falta de respeto mutuo, los insultos y las calumnias son cada vez más frecuentes. Sin que nadie los desautorice, sectores que se dicen cristianos se sirven de internet para sembrar agresividad y odio destruyendo sin piedad el nombre y la trayectoria de otros creyentes.
Necesitamos urgentemente testigos de Jesús, que anuncien con palabra firme su Evangelio y que contagien con corazón humilde su paz. Creyentes que vivan perdonando y curando esta obcecación enfermiza que ha penetrado en su Iglesia.
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 18, 21-35
ECLESALIA, 07/09/11.- Los discípulos le han oído a Jesús decir cosas increíbles sobre el amor a los enemigos, la oración al Padre por los que nos persiguen, el perdón a quien nos hace daño. Seguramente les parece un mensaje extraordinario pero poco realista y muy problemático.
Pedro se acerca ahora a Jesús con un planteamiento más práctico y concreto que les permita, al menos, resolver los problemas que surgen entre ellos: recelos, envidias, enfrentamientos, conflictos y rencillas. ¿Cómo tienen que actuar en aquella familia de seguidores que caminan tras sus pasos. En concreto: «Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar?».
Antes que Jesús le responda, el impetuoso Pedro se le adelanta a hacerle su propia sugerencia: «¿Hasta siete veces?». Su propuesta es de una generosidad muy superior al clima justiciero que se respira en la sociedad judía. Va más allá incluso de lo que se practica entre los rabinos y los grupos esenios que hablan como máximo de perdonar hasta cuatro veces.
Sin embargo Pedro se sigue moviendo en el plano de la casuística judía donde se prescribe el perdón como arreglo amistoso y reglamentado para garantizar el funcionamiento ordenado de la convivencia entre quienes pertenecen al mismo grupo.
La respuesta de Jesús exige ponerse en otro registro. En el perdón no hay límites: «No te digo hasta siete veces sino hasta setenta veces siete». No tiene sentido llevar cuentas del perdón. El que se pone a contar cuántas veces está perdonando al hermano se adentra por un camino absurdo que arruina el espíritu que ha de reinar entre sus seguidores.

Entre los judíos era conocido un "Canto de venganza" de Lámek, un legendario héroe del desierto, que decía así: "Caín será vengado siete veces, pero Lámek será vengado setenta veces siete". Frente a esta cultura de la venganza sin límites, Jesús canta el perdón sin límites entre sus seguidores.
En muy pocos años el malestar ha ido creciendo en el interior de la Iglesia provocando conflictos y enfrentamientos cada vez más desgarradores y dolorosos. La falta de respeto mutuo, los insultos y las calumnias son cada vez más frecuentes. Sin que nadie los desautorice, sectores que se dicen cristianos se sirven de internet para sembrar agresividad y odio destruyendo sin piedad el nombre y la trayectoria de otros creyentes.
Necesitamos urgentemente testigos de Jesús, que anuncien con palabra firme su Evangelio y que contagien con corazón humilde su paz. Creyentes que vivan perdonando y curando esta obcecación enfermiza que ha penetrado en su Iglesia.
sábado, 16 de julio de 2011
Mininotas
MN [103] (15/07/11)
1. Un millón de niños desnutridos en Somalia a punto de morir / 3.000 somalíes huyen cada día a los países vecinos / La ONU ha pedido 14 millones de euros para afrontar la hambruna. Sin respuesta // El Gobierno español destinó 9.000 millones de euros al saneamiento de la caja de ahorros de Castilla-La Mancha. La petrolera Exxon-Mobil tuvo en 2010 beneficios de 30.460 millones.
2. Todos los países están endeudados. ¿A quién deben? No hay que perder de vista que, globalmente, la riqueza crece. La riqueza, en cuanto incremento de la productividad, se ha duplicado en los últimos 30 años. ¿A dónde ha ido a parar tal riqueza? Pues a la población más rica, que ha triplicado sus rentas en estos 30 años /Aumenta el número de milmillonarios (con patrimonio promedio de 3.500 millones de dólares); la mayoría son de USA aunque donde más aumentan es en los países pobres. En estos, examinando la ruta de sus fortunas, resulta que la ruta más seguida es la de estar cerca del Gobierno. El Estado produce multimillonarios.
3. Ahora que ya es evidente la capacidad destructiva del capitalismo, volvemos nuestro rostro al “buen vivir” de los pueblos indígenas — Claro que los países industrializados dicen que buscan un desarrollo sostenible o armónico, pero eso tiene un fallo: seguir persiguiendo “desarrollo”, en vez de Bien vivir / “Desarrollo” es igual a más mercado, lógica occidental de beneficio en detrimento de la vida de la Tierra, de sus individuos y comunidades /“Bien vivir” es convertirse : (1) de pensar en lucro a pensar en armonía; (2) de considerar la Tierra como fuente de materias primas, y tratarla como mercancía, a sentirla como madre (no se privatiza ni se alquila ni se vende a una madre); (3) de derrochar las fuentes de energía fósil a renunciar al desarrollo industrial ilimitado y a educarnos en el vivir mejor con menos; (4) del pensar que la Tierra nos pertenece, a pensar-sentir que nos pertenecemos mutuamente. Bien vivir es acoger los Derechos de la Madre Tierra : su derecho a existir enteramente, con todos sus seres. Su derecho a la regeneración de su biocapacidad (no consumir más de lo que la Tierra es capaz de reponer). Su derecho a una existencia limpia, sin contaminación / Bien vivir es cultura de la paciencia, de la sencillez sin lujos, del traspasar las penas para vivir con fortaleza. Bien vivir es encontrar semillas de vida en las arrugas de nuestros mayores antes de que mueran.![]()
1. Un millón de niños desnutridos en Somalia a punto de morir / 3.000 somalíes huyen cada día a los países vecinos / La ONU ha pedido 14 millones de euros para afrontar la hambruna. Sin respuesta // El Gobierno español destinó 9.000 millones de euros al saneamiento de la caja de ahorros de Castilla-La Mancha. La petrolera Exxon-Mobil tuvo en 2010 beneficios de 30.460 millones.
2. Todos los países están endeudados. ¿A quién deben? No hay que perder de vista que, globalmente, la riqueza crece. La riqueza, en cuanto incremento de la productividad, se ha duplicado en los últimos 30 años. ¿A dónde ha ido a parar tal riqueza? Pues a la población más rica, que ha triplicado sus rentas en estos 30 años /Aumenta el número de milmillonarios (con patrimonio promedio de 3.500 millones de dólares); la mayoría son de USA aunque donde más aumentan es en los países pobres. En estos, examinando la ruta de sus fortunas, resulta que la ruta más seguida es la de estar cerca del Gobierno. El Estado produce multimillonarios.
3. Ahora que ya es evidente la capacidad destructiva del capitalismo, volvemos nuestro rostro al “buen vivir” de los pueblos indígenas — Claro que los países industrializados dicen que buscan un desarrollo sostenible o armónico, pero eso tiene un fallo: seguir persiguiendo “desarrollo”, en vez de Bien vivir / “Desarrollo” es igual a más mercado, lógica occidental de beneficio en detrimento de la vida de la Tierra, de sus individuos y comunidades /“Bien vivir” es convertirse : (1) de pensar en lucro a pensar en armonía; (2) de considerar la Tierra como fuente de materias primas, y tratarla como mercancía, a sentirla como madre (no se privatiza ni se alquila ni se vende a una madre); (3) de derrochar las fuentes de energía fósil a renunciar al desarrollo industrial ilimitado y a educarnos en el vivir mejor con menos; (4) del pensar que la Tierra nos pertenece, a pensar-sentir que nos pertenecemos mutuamente. Bien vivir es acoger los Derechos de la Madre Tierra : su derecho a existir enteramente, con todos sus seres. Su derecho a la regeneración de su biocapacidad (no consumir más de lo que la Tierra es capaz de reponer). Su derecho a una existencia limpia, sin contaminación / Bien vivir es cultura de la paciencia, de la sencillez sin lujos, del traspasar las penas para vivir con fortaleza. Bien vivir es encontrar semillas de vida en las arrugas de nuestros mayores antes de que mueran.
4. Dice un joven emprendedor que nos hace falta topalantismo, término proveniente de la expresión coloquial to palante. Expresa el empeño en la creatividad para inventar soluciones y en la constancia para superar obstáculos. Es trabajar ideas, enamorarse de ellas y decidir llevarlas palante. Y cuando no se llega, es convertir ese provisional fracaso en valor para seguir palante.
5. Mataron a Facundo Cabral, el que nos animaba a “juntar los sueños para vencer el miedo” / A los 9 años escapó de casa y se convirtió en un marginal alcohólico. En la cárcel, a los 14 años, un jesuita le enseñó a leer y escribir y le puso en contacto con la literatura universal. Facundo resucitó y recorrió 159 países cantando / En su último concierto (Guatemala o5/07/2011) sus últimas palabras al público fueron: “Ya le di las gracias a ustedes… después que sea lo que Dios quiera” / “Que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan la vida”.
6. Sancho aterrizaba: "No son gigantes, sino molinos de viento. Eche usted los pies a tierra, mi señor" / Pero al final, cuando Don Alonso Quijano el Bueno perdió los sueños y dejó entrar a la muerte, Sancho no tomó la lanza sino la palabra y fue de plaza en plaza diciendo a malandrines, mendigos, sastres, zapateros, braceros, escribanos: "¡Combatidlos, que no son gigantes!. No les tengáis miedo, que no son gigantes, que ellos sin nosotros no son nada salvo miseria humana vestida con buen paño" (apd. M. González Sedano).
5. Mataron a Facundo Cabral, el que nos animaba a “juntar los sueños para vencer el miedo” / A los 9 años escapó de casa y se convirtió en un marginal alcohólico. En la cárcel, a los 14 años, un jesuita le enseñó a leer y escribir y le puso en contacto con la literatura universal. Facundo resucitó y recorrió 159 países cantando / En su último concierto (Guatemala o5/07/2011) sus últimas palabras al público fueron: “Ya le di las gracias a ustedes… después que sea lo que Dios quiera” / “Que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan la vida”.
6. Sancho aterrizaba: "No son gigantes, sino molinos de viento. Eche usted los pies a tierra, mi señor" / Pero al final, cuando Don Alonso Quijano el Bueno perdió los sueños y dejó entrar a la muerte, Sancho no tomó la lanza sino la palabra y fue de plaza en plaza diciendo a malandrines, mendigos, sastres, zapateros, braceros, escribanos: "¡Combatidlos, que no son gigantes!. No les tengáis miedo, que no son gigantes, que ellos sin nosotros no son nada salvo miseria humana vestida con buen paño" (apd. M. González Sedano).
miércoles, 13 de julio de 2011
Como fermento
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 13, 24-43
ECLESALIA, 13/07/11.- Con una audacia desconocida, Jesús sorprendió a todos proclamando lo que ningún profeta de Israel se había atrevido a decir: "Ya está aquí Dios con su fuerza creadora de justicia abriéndose camino en el mundo para hacer la vida de sus hijos más humana y dichosa". Es necesario cambiar. Hemos de aprender a vivir creyendo en esta Buena Noticia: el reino de Dios está llegando.
Jesús hablaba con pasión. Muchos se sentían atraídos por sus palabras. En otros surgían no pocas dudas. ¿No era todo una locura?. ¿Dónde se podía ver la fuerza de Dios transformando el mundo?. ¿Quién podía cambiar el poderoso imperio de Roma?.
Un día Jesús contó una parábola muy breve. Es tan pequeña y humilde que, muchas veces, ha pasado desapercibida para los cristianos. Dice así: «Con el reino de Dios sucede como con la levadura que tomó una mujer y la escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó fermentado».Aquella gente sencilla sabía de qué les estaba hablando Jesús. Todos habían visto a sus madres elaborar el pan en el patio de su casa. Sabían que la levadura queda "escondida", pero no permanece inactiva. De manera callada y oculta lo va fermentando todo desde dentro. Así está Dios actuando desde el interior de la vida.
Dios no se impone desde fuera, sino que transforma a las personas desde dentro. No domina con su poder, sino atrae con su amor hacia el bien. No fuerza la libertad de nadie sino que se ofrece para hacer más dichosa nuestra vida. Así hemos de actuar también nosotros si queremos abrir caminos a su reino.
Está comenzando un tiempo nuevo para la Iglesia. Los cristianos vamos a tener que aprender a vivir en minoría, dentro de una sociedad secularizada y plural. En muchos lugares, el futuro del cristianismo dependerá en buena parte del nacimiento de pequeños grupos de creyentes, atraídos por el evangelio y reunidos en torno a Jesús.
Poco a poco, aprenderemos a vivir la fe de manera humilde, sin hacer mucho ruido ni dar grandes espectáculos. Ya no cultivaremos tantos deseos de poder ni de prestigio. No gastaremos nuestras fuerzas en grandes operaciones de imagen. Buscaremos lo esencial. Caminaremos en la verdad de Jesús.
Siguiendo sus deseos, trataremos de vivir como "fermento" de vida sana en medio de la sociedad y como un poco de "sal" que se diluye humildemente para dar sabor evangélico a la vida moderna. Contagiaremos en nuestro entorno el estilo de vida de Jesús e irradiaremos la fuerza inspiradora y transformadora de su Evangelio. Pasaremos la vida haciendo el bien. Como Jesús.
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 13, 24-43
ECLESALIA, 13/07/11.- Con una audacia desconocida, Jesús sorprendió a todos proclamando lo que ningún profeta de Israel se había atrevido a decir: "Ya está aquí Dios con su fuerza creadora de justicia abriéndose camino en el mundo para hacer la vida de sus hijos más humana y dichosa". Es necesario cambiar. Hemos de aprender a vivir creyendo en esta Buena Noticia: el reino de Dios está llegando.
Jesús hablaba con pasión. Muchos se sentían atraídos por sus palabras. En otros surgían no pocas dudas. ¿No era todo una locura?. ¿Dónde se podía ver la fuerza de Dios transformando el mundo?. ¿Quién podía cambiar el poderoso imperio de Roma?.
Un día Jesús contó una parábola muy breve. Es tan pequeña y humilde que, muchas veces, ha pasado desapercibida para los cristianos. Dice así: «Con el reino de Dios sucede como con la levadura que tomó una mujer y la escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó fermentado».Aquella gente sencilla sabía de qué les estaba hablando Jesús. Todos habían visto a sus madres elaborar el pan en el patio de su casa. Sabían que la levadura queda "escondida", pero no permanece inactiva. De manera callada y oculta lo va fermentando todo desde dentro. Así está Dios actuando desde el interior de la vida.
Dios no se impone desde fuera, sino que transforma a las personas desde dentro. No domina con su poder, sino atrae con su amor hacia el bien. No fuerza la libertad de nadie sino que se ofrece para hacer más dichosa nuestra vida. Así hemos de actuar también nosotros si queremos abrir caminos a su reino.
Está comenzando un tiempo nuevo para la Iglesia. Los cristianos vamos a tener que aprender a vivir en minoría, dentro de una sociedad secularizada y plural. En muchos lugares, el futuro del cristianismo dependerá en buena parte del nacimiento de pequeños grupos de creyentes, atraídos por el evangelio y reunidos en torno a Jesús.
Poco a poco, aprenderemos a vivir la fe de manera humilde, sin hacer mucho ruido ni dar grandes espectáculos. Ya no cultivaremos tantos deseos de poder ni de prestigio. No gastaremos nuestras fuerzas en grandes operaciones de imagen. Buscaremos lo esencial. Caminaremos en la verdad de Jesús.
Siguiendo sus deseos, trataremos de vivir como "fermento" de vida sana en medio de la sociedad y como un poco de "sal" que se diluye humildemente para dar sabor evangélico a la vida moderna. Contagiaremos en nuestro entorno el estilo de vida de Jesús e irradiaremos la fuerza inspiradora y transformadora de su Evangelio. Pasaremos la vida haciendo el bien. Como Jesús.
martes, 12 de julio de 2011
Facundo Cabral, siempre en nuestros corazones
Acaba de morir asesinado en Guatemala.
Muchos habremos recibido por correo electrónico no pocos textos y canciones compuesta por él. Todos habremos podido descubrir en esos mensajes una profundidad y autenticidad de las que no andan muy sobrados los medios de comunicación y menos aún en quienes rigen los destinos de los pueblos... y tampoco, en menor medida incluso, en quienes creen solucionar algo sólo con la violencia.
Adjunto algunos enlaces-web que nos hablan de su sencillez y limpieza de corazón.
"Pueden callar nuestra voz, pueden hacer enmudecer nuestras bocas,...pero nunca lograrán amordazar nuestras conciencias".
GRACIAS, Facundo Cabral, por el regalo de tu presencia y cuanto en ella compartiste con nosotros: fuiste digno canal de la Gracia hasta el último segundo de esa vida compartida con nosotros desde aquí.
Muchos habremos recibido por correo electrónico no pocos textos y canciones compuesta por él. Todos habremos podido descubrir en esos mensajes una profundidad y autenticidad de las que no andan muy sobrados los medios de comunicación y menos aún en quienes rigen los destinos de los pueblos... y tampoco, en menor medida incluso, en quienes creen solucionar algo sólo con la violencia.
Adjunto algunos enlaces-web que nos hablan de su sencillez y limpieza de corazón.
"Pueden callar nuestra voz, pueden hacer enmudecer nuestras bocas,...pero nunca lograrán amordazar nuestras conciencias".
GRACIAS, Facundo Cabral, por el regalo de tu presencia y cuanto en ella compartiste con nosotros: fuiste digno canal de la Gracia hasta el último segundo de esa vida compartida con nosotros desde aquí.
miércoles, 6 de julio de 2011
Salir a sembrar
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 13,1-23
ECLESALIA, 06/07/11.- Antes de contar la parábola del sembrador que «salió a sembrar», el evangelista nos presenta a Jesús que «sale de casa» a encontrarse con la gente para «sentarse» sin prisas y dedicarse durante «mucho rato» a sembrar el Evangelio entre toda clase de gentes. Según Mateo, Jesús es el verdadero sembrador. De él tenemos que aprender también hoy a sembrar el Evangelio.
Lo primero es salir de nuestra casa. Es lo que pide siempre Jesús a sus discípulos: «Id por todo el mundo...», «Id y haced discípulos...». Para sembrar el Evangelio hemos de salir de nuestra seguridad y nuestros intereses. Evangelizar es "desplazarse", buscar el encuentro con la gente, comunicarnos con el hombre y la mujer de hoy, no vivir encerrados en nuestro pequeño mundo eclesial.
Esta "salida" hacia los demás no es proselitismo. No tiene nada de imposición o reconquista. Es ofrecer a las personas la oportunidad de encontrarse con Jesús y conocer una Buena Noticia que, si la acogen, les puede ayudar a vivir mejor y de manera más acertada y sana. Es lo esencial.
A sembrar no se puede salir sin llevar con nosotros la semilla. Antes de pensar en anunciar el Evangelio a otros, lo hemos de acoger dentro de la Iglesia, en nuestras comunidades y nuestras vidas. Es un error sentirnos depositarios de la tradición cristiana con la única tarea de transmitirla a otros. Una Iglesia que no vive el Evangelio, no puede contagiarlo. Una comunidad donde no se respira el deseo de vivir tras los pasos de Jesús, no puede invitar a nadie a seguirlo.
Las energías espirituales que hay en nuestras comunidades están quedando a veces sin explotar, bloqueadas por un clima generalizado de desaliento y desencanto. Nos estamos dedicando a "sobrevivir" más que a sembrar vida nueva. Hemos de despertar nuestra fe.
La crisis que estamos viviendo nos está conduciendo a la muerte de un cierto cristianismo, pero también al comienzo de una fe renovada, más fiel a Jesús y más evangélica. El Evangelio tiene fuerza para engendrar en cada época la fe en Cristo de manera nueva. También en nuestros días.
Pero hemos de aprender a sembrarlo con fe, con realismo y con verdad. Evangelizar no es transmitir una herencia, sino hacer posible el nacimiento de una fe que brote, no como "clonación" del pasado, sino como respuesta nueva al Evangelio escuchado desde las preguntas, los sufrimientos, los gozos y las esperanzas de nuestro tiempo .No es el momento de distraer a la gente con cualquier cosa. Es la hora de sembrar en los corazones lo esencial del Evangelio.
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 13,1-23
ECLESALIA, 06/07/11.- Antes de contar la parábola del sembrador que «salió a sembrar», el evangelista nos presenta a Jesús que «sale de casa» a encontrarse con la gente para «sentarse» sin prisas y dedicarse durante «mucho rato» a sembrar el Evangelio entre toda clase de gentes. Según Mateo, Jesús es el verdadero sembrador. De él tenemos que aprender también hoy a sembrar el Evangelio.
Lo primero es salir de nuestra casa. Es lo que pide siempre Jesús a sus discípulos: «Id por todo el mundo...», «Id y haced discípulos...». Para sembrar el Evangelio hemos de salir de nuestra seguridad y nuestros intereses. Evangelizar es "desplazarse", buscar el encuentro con la gente, comunicarnos con el hombre y la mujer de hoy, no vivir encerrados en nuestro pequeño mundo eclesial.
Esta "salida" hacia los demás no es proselitismo. No tiene nada de imposición o reconquista. Es ofrecer a las personas la oportunidad de encontrarse con Jesús y conocer una Buena Noticia que, si la acogen, les puede ayudar a vivir mejor y de manera más acertada y sana. Es lo esencial.
A sembrar no se puede salir sin llevar con nosotros la semilla. Antes de pensar en anunciar el Evangelio a otros, lo hemos de acoger dentro de la Iglesia, en nuestras comunidades y nuestras vidas. Es un error sentirnos depositarios de la tradición cristiana con la única tarea de transmitirla a otros. Una Iglesia que no vive el Evangelio, no puede contagiarlo. Una comunidad donde no se respira el deseo de vivir tras los pasos de Jesús, no puede invitar a nadie a seguirlo.
Las energías espirituales que hay en nuestras comunidades están quedando a veces sin explotar, bloqueadas por un clima generalizado de desaliento y desencanto. Nos estamos dedicando a "sobrevivir" más que a sembrar vida nueva. Hemos de despertar nuestra fe.
La crisis que estamos viviendo nos está conduciendo a la muerte de un cierto cristianismo, pero también al comienzo de una fe renovada, más fiel a Jesús y más evangélica. El Evangelio tiene fuerza para engendrar en cada época la fe en Cristo de manera nueva. También en nuestros días.
Pero hemos de aprender a sembrarlo con fe, con realismo y con verdad. Evangelizar no es transmitir una herencia, sino hacer posible el nacimiento de una fe que brote, no como "clonación" del pasado, sino como respuesta nueva al Evangelio escuchado desde las preguntas, los sufrimientos, los gozos y las esperanzas de nuestro tiempo .No es el momento de distraer a la gente con cualquier cosa. Es la hora de sembrar en los corazones lo esencial del Evangelio.
viernes, 1 de julio de 2011
Migrantes, desafío del nuevo milenio
HERMANITAS DE LA ASUNCION, Equipe de Rédación, assomptionpetitessoeurs@yahoo.fr
PARÍS (FRANCIA).
ECLESALIA, 30/06/11.- Las Hermanitas de la Asunción vivimos y trabajamos en los diferentes continentes. Diariamente entramos en contacto con el sufrimiento insoportable de los migrantes y desplazados de toda edad y cultura. Los vemos llegar por tierra y por mar en condiciones terriblemente precarias, frecuentemente a precio de su vida. Siempre explotados por personas que se aprovechan de la urgencia de dejar el país de origen para acceder a necesidades básicas para ellos y sus familias.
Los encontramos sin casa, con hambre, sin dinero, indocumentados, sin posibilidades de comunicación en un país desconocido. Una experiencia traumática para el resto de su vida que les lleva a refugiarse en guetos con otras personas en situaciones semejantes.El sistema político local utiliza los medios de comunicación para describirlos como invasores que se apropian de los recursos del país al que llegan. Destacan sólo el coste público del financiamiento de programas para los inmigrantes y poco a poco reducen las ayudas.
Los países que acogen, aprueban leyes que no respetan las convenciones y los acuerdos internacionales para migrantes sin tener en cuenta los derechos humanos, hiriendo fuertemente su dignidad. Promueven políticas migratorias inaceptables, basadas en la percepción de los inmigrantes como criminales – terroristas de los que es necesario protegerse, de ahí la creación de lo Centros de Retención y expulsión. Son lugares de violencia y abusos, origen de revueltas sofocadas con más violencia. Esta situación es inaceptable en el siglo XXI. Se cierran las fronteras para las personas, mientras que se abren libremente para las finanzas, el comercio y la información. El racismo y la xenofobia están en aumento.
¿Por qué los inmigrantes dejan su país?.La población migrante se triplicó en los últimos cuarenta años y continuará aumentando. Las causas de este movimiento son muchas: guerra, violencia, desastres naturales y pobreza; todo ello resultado de un desarrollo injusto. Es hora de que nosotros/as y nuestros gobiernos reconozcamos que la gente deja su país porque no hay otra opción para sobrevivir. Las causas de la migración están en las decisiones que tomamos para organizar la vida y las relaciones en diferentes niveles.
En el Sínodo africano del 2009, Monseñor W Avenya, obispo de Makurdi Nigeria, dijo: “Los pueblos africanos van a seguir llegando a Europa, a riesgo de morir en el desierto o en el mar, hasta que no se tome en consideración el equilibrio económico y ambiental entre los dos continentes y el resto del mundo. La responsabilidad de reajustar este desequilibrio tiene que venir del Occidente.” De esto todos/as somos responsables.
No podemos mantener el silencio.
Estamos profundamente cuestionadas acerca de:- La reiterada violación de los derechos humanos fundamentales, los actos de violencia, el tráfico humano, la violencia sexual, la discriminación y las detenciones arbitrarias que se cobran víctimas entre los trabajadores migrantes, particularmente los africanos del Sub-Sahara
- Las intervenciones que detienen peligrosamente a los migrantes en el mar y en las fronteras al interior del país, especialmente los recientes naufragios de centenares de personas a lo largo de las costas del sur de Italia, incluyendo a muchas mujeres y niños que intentaban huir de la guerra en su país.
- La situación humanitaria de miles de trabajadores migrantes y sus familias que están hacinados en Centros de tránsito sin protección, sin acceso al agua, a una alimentación adecuada ni a servicios de salud.
Con un corazón compasivo y una actitud cooperativa
En el Sínodo africano del 2009, Monseñor W Avenya, obispo de Makurdi Nigeria, dijo: “Los pueblos africanos van a seguir llegando a Europa, a riesgo de morir en el desierto o en el mar, hasta que no se tome en consideración el equilibrio económico y ambiental entre los dos continentes y el resto del mundo. La responsabilidad de reajustar este desequilibrio tiene que venir del Occidente.” De esto todos/as somos responsables.
No podemos mantener el silencio.
Estamos profundamente cuestionadas acerca de:- La reiterada violación de los derechos humanos fundamentales, los actos de violencia, el tráfico humano, la violencia sexual, la discriminación y las detenciones arbitrarias que se cobran víctimas entre los trabajadores migrantes, particularmente los africanos del Sub-Sahara
- Las intervenciones que detienen peligrosamente a los migrantes en el mar y en las fronteras al interior del país, especialmente los recientes naufragios de centenares de personas a lo largo de las costas del sur de Italia, incluyendo a muchas mujeres y niños que intentaban huir de la guerra en su país.
- La situación humanitaria de miles de trabajadores migrantes y sus familias que están hacinados en Centros de tránsito sin protección, sin acceso al agua, a una alimentación adecuada ni a servicios de salud.
Con un corazón compasivo y una actitud cooperativa
Apoyamos:
- El establecimiento de políticas de desarrollo y comercio internacional que favorezcan una economía justa y sostenible en los países donde el flujo de migrantes es mayor. Una economía que proteja las riquezas naturales de los paises más empobrecidos de la avaricia del occidente rico. Esto permitiría reducir el número de personas llevadas a emigrar por la extrema pobreza.
- Una reforma integral de las políticas migratorias y la preocupación permanente por garantizar a los inmigrantes indocumentados pleno acceso a los derechos fundamentales.
- Reconocer su contribución a la economía del país al que llegan y crear recursos legales que rijan el mercado laboral y garanticen un flujo de migración seguro y económicamente sostenible.
- Facilitar la reagrupación familiar y la unidad de la familia migrante. Mantener los lazos familiares es esencial para llegar a ser plenamente humanos y lograr la estabilidad social.
Reunidas en Capítulo General, nos hacemos más conscientes de la complejidad del movimiento global de los migrantes en el mundo de hoy y del gran sufrimiento impuesto a millones de personas.
Renovamos nuestro compromiso con los migrantes, fortaleciendo nuestras acciones locales en una perspectiva global, trabajando en red con organizaciones internacionales.
Hermanitas de la Asunción- El establecimiento de políticas de desarrollo y comercio internacional que favorezcan una economía justa y sostenible en los países donde el flujo de migrantes es mayor. Una economía que proteja las riquezas naturales de los paises más empobrecidos de la avaricia del occidente rico. Esto permitiría reducir el número de personas llevadas a emigrar por la extrema pobreza.
- Una reforma integral de las políticas migratorias y la preocupación permanente por garantizar a los inmigrantes indocumentados pleno acceso a los derechos fundamentales.
- Reconocer su contribución a la economía del país al que llegan y crear recursos legales que rijan el mercado laboral y garanticen un flujo de migración seguro y económicamente sostenible.
- Facilitar la reagrupación familiar y la unidad de la familia migrante. Mantener los lazos familiares es esencial para llegar a ser plenamente humanos y lograr la estabilidad social.
Reunidas en Capítulo General, nos hacemos más conscientes de la complejidad del movimiento global de los migrantes en el mundo de hoy y del gran sufrimiento impuesto a millones de personas.
Renovamos nuestro compromiso con los migrantes, fortaleciendo nuestras acciones locales en una perspectiva global, trabajando en red con organizaciones internacionales.
Capítulo General Junio 2011 – París
Para más información: http://www.assomption-psa.org/
miércoles, 29 de junio de 2011
El pueblo sencillo
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 11, 25-30
ECLESALIA, 29/06/11.- Jesús no tuvo problemas con la gente sencilla. El pueblo sintonizaba fácilmente con él. Aquellas gentes humildes que vivían trabajando sus tierras para sacar adelante una familia, acogían con gozo su mensaje de un Dios Padre, preocupado de todos sus hijos, sobre todo, los más olvidados.
Los más desvalidos buscaban su bendición: junto a Jesús sentían a Dios más cercano. Muchos enfermos, contagiados por su fe en un Dios bueno, volvían a confiar en el Padre del cielo. Las mujeres intuían que Dios tiene que amar a sus hijos e hijas como decía Jesús, con entrañas de madre.
El pueblo sentía que Jesús, con su forma de hablar de Dios, con su manera de ser y con su modo de reaccionar ante los más pobres y necesitados, les estaba anunciando al Dios que ellos necesitaban. En Jesús experimentaban la cercanía salvadora de Padre.
La actitud de los <<entendidos» era diferente. Lo que al pueblo sencillo le llena de alegría a ellos les indigna. Los maestros de la ley no pueden entender que Jesús se preocupe tanto del sufrimiento y tan poco del cumplimiento del sábado. Los dirigentes religiosos de Jerusalén lo miran con recelo: el Dios Padre del que habla Jesús no es una Buena Noticia, sino un peligro para su religión.
Para Jesús, esta reacción tan diferente ante su mensaje no es algo casual. Al Padre le parece lo mejor. Por eso le da gracias delante de todos: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las has dado a conocer a los sencillos. Sí, Padre, así te ha parecido mejor».
También hoy el pueblo sencillo capta mejor que nadie el Evangelio. No tienen problemas para sintonizar con Jesús. A ellos se les revela el Padre mejor que a los “entendidos” en religión. Cuando oyen hablar de Jesús, confían en él de manera casi espontánea.Hoy, prácticamente, todo lo importante se piensa y se decide en la Iglesia, sin el pueblo sencillo y lejos de él. Sin embargo, difícilmente, se podrá hacer nada nuevo y bueno para el cristianismo del futuro sin contar con él. Es el pueblo sencillo el que nos arrastrará hacia una Iglesia más evangélica, no los teólogos ni los dirigentes religiosos.
Hemos de redescubrir el potencial evangélico que se encierra en el pueblo creyente. Muchos cristianos sencillos intuyen, desean y piden vivir su adhesión a Cristo de manera más evangélica, dentro de una Iglesia renovada por el Espíritu de Jesús. Nos están reclamando más evangelio y menos doctrina. Nos están pidiendo lo esencial, no frivolidades.
San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 11, 25-30
ECLESALIA, 29/06/11.- Jesús no tuvo problemas con la gente sencilla. El pueblo sintonizaba fácilmente con él. Aquellas gentes humildes que vivían trabajando sus tierras para sacar adelante una familia, acogían con gozo su mensaje de un Dios Padre, preocupado de todos sus hijos, sobre todo, los más olvidados.
Los más desvalidos buscaban su bendición: junto a Jesús sentían a Dios más cercano. Muchos enfermos, contagiados por su fe en un Dios bueno, volvían a confiar en el Padre del cielo. Las mujeres intuían que Dios tiene que amar a sus hijos e hijas como decía Jesús, con entrañas de madre.
El pueblo sentía que Jesús, con su forma de hablar de Dios, con su manera de ser y con su modo de reaccionar ante los más pobres y necesitados, les estaba anunciando al Dios que ellos necesitaban. En Jesús experimentaban la cercanía salvadora de Padre.
La actitud de los <<entendidos» era diferente. Lo que al pueblo sencillo le llena de alegría a ellos les indigna. Los maestros de la ley no pueden entender que Jesús se preocupe tanto del sufrimiento y tan poco del cumplimiento del sábado. Los dirigentes religiosos de Jerusalén lo miran con recelo: el Dios Padre del que habla Jesús no es una Buena Noticia, sino un peligro para su religión.
Para Jesús, esta reacción tan diferente ante su mensaje no es algo casual. Al Padre le parece lo mejor. Por eso le da gracias delante de todos: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las has dado a conocer a los sencillos. Sí, Padre, así te ha parecido mejor».
También hoy el pueblo sencillo capta mejor que nadie el Evangelio. No tienen problemas para sintonizar con Jesús. A ellos se les revela el Padre mejor que a los “entendidos” en religión. Cuando oyen hablar de Jesús, confían en él de manera casi espontánea.Hoy, prácticamente, todo lo importante se piensa y se decide en la Iglesia, sin el pueblo sencillo y lejos de él. Sin embargo, difícilmente, se podrá hacer nada nuevo y bueno para el cristianismo del futuro sin contar con él. Es el pueblo sencillo el que nos arrastrará hacia una Iglesia más evangélica, no los teólogos ni los dirigentes religiosos.
Hemos de redescubrir el potencial evangélico que se encierra en el pueblo creyente. Muchos cristianos sencillos intuyen, desean y piden vivir su adhesión a Cristo de manera más evangélica, dentro de una Iglesia renovada por el Espíritu de Jesús. Nos están reclamando más evangelio y menos doctrina. Nos están pidiendo lo esencial, no frivolidades.
lunes, 27 de junio de 2011
Petición de "UP y D" para la modificación de los privilegios y pensiones parlamentarias (España)
UPyD (Unión, Progreso y Democracia) propuso retirar las pensiones privilegiadas de los políticos y sustituirlas por un sistema donde cotizaran como cualquier otro ciudadano.
¿Saben ustedes cuantos votaron a favor?. Sólo UPyD y UPN... y es la 3ª vez que pasa.
Así entienden la democracia los grandes partidos políticos españoles (PSOE, PP, IU y unos cuantos partidos nacionalistas) y su forma de realizar el SERVICIO para el que han sido elegidos. Uno se pregunta "qué se puede esperar de plataformas políticas así" y si acaso no está ya más que justificada la enorme desconfianza que sigue creciendo en este país hacia la clase política.
Es necesaria una regeneración absoluta de todo este espectro político y redefinir lo que DEMOCRACIA significa y llevarlo al terreno de la práctica, nuevas prácticas, nuevo estilo, nueva justicia,... aunque tenga que ser lejos de esas estructuras ya caducas y corruptas (estén imputados o no algunos de sus miembros) y digo "corruptas" no porque sean corruptos todos sus miembros sino porque en su estructura de funcionamiento o modus operandi demuestran estar muy lejos de lo que sería realmente justo, honesto y honrado.
Prefiero pecar de idealista o utópico antes de caer en el servilismo y si he de optar con radicalidad... opto por la utopía, optaré siempre por ella; ella va de mano de la esperanza y sin ella sólo queda la resignación.
Pinchen sobre el siguiente enlace-web, no tiene desperdicio:
¿Saben ustedes cuantos votaron a favor?. Sólo UPyD y UPN... y es la 3ª vez que pasa.
Así entienden la democracia los grandes partidos políticos españoles (PSOE, PP, IU y unos cuantos partidos nacionalistas) y su forma de realizar el SERVICIO para el que han sido elegidos. Uno se pregunta "qué se puede esperar de plataformas políticas así" y si acaso no está ya más que justificada la enorme desconfianza que sigue creciendo en este país hacia la clase política.
Es necesaria una regeneración absoluta de todo este espectro político y redefinir lo que DEMOCRACIA significa y llevarlo al terreno de la práctica, nuevas prácticas, nuevo estilo, nueva justicia,... aunque tenga que ser lejos de esas estructuras ya caducas y corruptas (estén imputados o no algunos de sus miembros) y digo "corruptas" no porque sean corruptos todos sus miembros sino porque en su estructura de funcionamiento o modus operandi demuestran estar muy lejos de lo que sería realmente justo, honesto y honrado.
Prefiero pecar de idealista o utópico antes de caer en el servilismo y si he de optar con radicalidad... opto por la utopía, optaré siempre por ella; ella va de mano de la esperanza y sin ella sólo queda la resignación.
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