jueves, 28 de febrero de 2019

Detenernos

8 Tiempo ordinario – C (Lc 6,39-45)
Evangelio del 03 / Mar / 2019

Nuestros pueblos y ciudades ofrecen hoy un clima poco propicio a quien quiera buscar un poco de silencio y paz para encontrarse consigo mismo y con Dios. No es fácil liberarnos del ruido permanente y del asedio constante de todo tipo de llamadas y mensajes. Por otra parte, las preocupaciones, problemas y prisas de cada día nos llevan de una parte a otra, sin apenas permitirnos ser dueños de nosotros mismos.

jueves, 21 de febrero de 2019

Sin esperar nada


7 Tiempo ordinario – C (Lc 6,27-38)
Evangelio del 24 / Feb / 2019  

¿Por qué tanta gente vive secretamente insatisfecha?. ¿Por qué tantos hombres y mujeres encuentran la vida monótona, trivial, insípida?. ¿Por qué se aburren en medio de su bienestar?. ¿Qué les falta para encontrar de nuevo la alegría de vivir?.

Quizás, la existencia de muchos cambiaría y adquiriría otro color y otra vida, sencillamente si aprendieran a amar gratis a alguien. Lo quiera o no, el ser humano está llamado a amar desinteresadamente; y, si no lo hace, en su vida se abre un vacío que nada ni nadie puede llenar. No es una ingenuidad escuchar las palabras de Jesús: «Haced el bien… sin esperar nada». Puede ser el secreto de la vida. Lo que puede devolvernos la alegría de vivir.

jueves, 14 de febrero de 2019

Felicidad

6 Tiempo ordinario – C (Lc 6,17.20-26)
Evangelio del 17 / Feb / 2019  

Uno puede leer y escuchar cada vez con más frecuencia noticias optimistas sobre la superación de la crisis y la recuperación progresiva de la economía.

Se nos dice que estamos asistiendo ya a un crecimiento económico, pero ¿crecimiento de qué?. ¿crecimiento para quién?. Apenas se nos informa de toda la verdad de lo que está sucediendo.

jueves, 7 de febrero de 2019

La fuerza del Evangelio


5 Tiempo ordinario – C (Lc 5,1-11)
Evangelio del 10 / Feb / 2019 

El episodio de una pesca sorprendente e inesperada en el lago de Galilea ha sido redactado por el evangelista Lucas para infundir aliento a la Iglesia cuando experimenta que todos sus esfuerzos por comunicar su mensaje fracasan. Lo que se nos dice es muy claro: hemos de poner nuestra esperanza en la fuerza y el atractivo del Evangelio.