miércoles, 30 de marzo de 2011

Caminos hacia la fe

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net San Sebastián (GUIPUZCOA).
Juan 9, 1-41 ECLESALIA, 30/03/11.-
El relato es inolvidable. Se le llama tradicionalmente "La curación del ciego de nacimiento", pero es mucho más, pues el evangelista nos describe el recorrido interior que va haciendo un hombre perdido en tinieblas hasta encontrarse con Jesús, «Luz del mundo».
No conocemos su nombre. Sólo sabemos que es un mendigo, ciego de nacimiento, que pide limosna en las afueras del templo. No conoce la luz. No la ha visto nunca. No puede caminar ni orientarse por sí mismo. Su vida transcurre en tinieblas. Nunca podrá conocer una vida digna.
Un día Jesús pasa por su vida. El ciego está tan necesitado que deja que le trabaje sus ojos. No sabe quién es, pero confía en su fuerza curadora. Siguiendo sus indicaciones, limpia su mirada en la piscina de Siloé y, por primera vez, comienza a ver. El encuentro con Jesús va a cambiar su vida.
Los vecinos lo ven transformado. Es el mismo pero les parece otro. El hombre les explica su experiencia: «un hombre que se llama Jesús» lo ha curado. No sabe más. Ignora quién es y dónde está, pero le ha abierto los ojos. Jesús hace bien incluso a aquellos que sólo lo reconocen como hombre.
Los fariseos, entendidos en religión, le piden toda clase de explicaciones sobre Jesús. El les habla de su experiencia: «sólo sé una cosa: que era ciego y ahora veo». Le preguntan qué piensa de Jesús y él les dice lo que siente: «que es un profeta». Lo que ha recibido de Él es tan bueno que ese hombre tiene que venir de Dios. Así vive mucha gente sencilla su fe en Jesús. No saben teología, pero sienten que ese hombre viene de Dios.
Poco a poco, el mendigo se va quedando solo. Sus padres no lo defienden. Los dirigentes religiosos lo echan de la sinagoga. Pero Jesús no abandona a quien lo ama y lo busca. «Cuando oyó que lo habían expulsado, fue a buscarlo». Jesús tiene sus caminos para encontrarse con quienes lo buscan. Nadie se lo puede impedir.

Cuando Jesús se encuentra con aquel hombre a quien nadie parece entender, sólo le hace una pregunta: «¿Crees en el Hijo del Hombre?» ¿Crees en el Hombre Nuevo, el Hombre plenamente humano precisamente por ser expresión y encarnación del misterio insondable de Dios? El mendigo está dispuesto a creer, pero se encuentra más ciego que nunca: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?»Jesús le dice: «Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es». Al ciego se le abren ahora los ojos del alma. Se postra ante Jesús y le dice: «Creo, Señor». Sólo escuchando a Jesús y dejándonos conducir interiormente por él, vamos caminando hacia una fe más plena y también más humilde.

miércoles, 23 de marzo de 2011

La religión de Jesús

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net
San Sebastián (GUIPUZCOA).
Juan 4, 5-42
ECLESALIA, 23/03/11.- Cansado del camino, Jesús se sienta junto al manantial de Jacob, en las cercanías de la aldea de Sicar. Pronto llega una mujer samaritana a apagar su sed. Espontáneamente, Jesús comienza a hablar con ella de lo que lleva en su corazón.
En un momento de la conversación, la mujer le plantea los conflictos que enfrentan a judíos y samaritanos. Los judíos peregrinan a Jerusalén para adorar a Dios. Los samaritanos suben al monte Garizim cuya cumbre se divisa desde el pozo de Jacob. ¿Dónde hay que adorar a Dios? ¿Cuál es la verdadera religión?. ¿Qué piensa el profeta de Galilea?.
Jesús comienza por aclarar que el verdadero culto no depende de un lugar determinado, por muy venerable que pueda ser. El Padre del cielo no está atado a ningún lugar, no es propiedad de ninguna religión. No pertenece a ningún pueblo concreto.
No lo hemos de olvidar. Para encontrarnos con Dios, no es necesario ir a Roma o peregrinar a Jerusalén. No hace falta entrar en una capilla o visitar una catedral. Desde la cárcel más secreta, desde la sala de cuidados intensivos de un hospital, desde cualquier cocina o lugar de trabajo podemos elevar nuestro corazón hacia Dios.
Jesús no habla a la samaritana de «adorar a Dios». Su lenguaje es nuevo. Hasta por tres veces le habla de «adorar al Padre». Por eso, no es necesario subir a una montaña para acercarnos un poco a un Dios lejano, desentendido de nuestros problemas, indiferente a nuestros sufrimientos. El verdadero culto empieza por reconocer a Dios como Padre querido que nos acompaña de cerca a lo largo de nuestra vida.

Jesús le dice algo más. El Padre está buscando «verdaderos adoradores». No está esperando de sus hijos grandes ceremonias, celebraciones solemnes, inciensos y procesiones. Lo que desea es corazones sencillos que le adoren «en espíritu y en verdad».
«Adorar al Padre en espíritu» es seguir los pasos de Jesús y dejarnos conducir como él por el Espíritu del Padre que lo envía siempre hacia los últimos. Aprender a ser compasivos como es el Padre. Lo dice Jesús de manera clara: «Dios es espíritu, y quienes le adoran deben hacerlo en espíritu». Dios es amor, perdón, ternura, aliento vivificador..., y quienes lo adoran deben parecerse a él.
«Adorar al Padre en verdad» es vivir en la verdad. Volver una y otra vez a la verdad del Evangelio. Ser fieles a la verdad de Jesús sin encerrarnos en nuestras propias mentiras. Después de veinte siglos de cristianismo, ¿hemos aprendido a dar culto verdadero a Dios? ¿Somos los verdaderos adoradores que busca el Padre?.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Dinero y conciencia: ¿A quién sirve mi dinero?



Para enriquecer el tema pueden visitarse estos enlaces:
Y un certero vídeo que explica de forma muy sencilla pero eficaz "cómo es posible transformar la DEUDA PRIVADA en DEUDA PÚBLICA"; por supuesto con la total complicidad de los diferentes partidos políticos, sean del signo ideológico que sea: todos sirven al mismo interés:

Miedo a Jesús

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net San Sebastián (GUIPUZCOA). Mateo 17, 1-9

ECLESALIA, 16/03/11.- La escena conocida como "la transfiguración de Jesús" concluye de una manera inesperada. Una voz venida de lo alto sobrecoge a los discípulos: «Este es mi Hijo amado»: el que tiene el rostro transfigurado. «Escuchadle a él». No a Moisés, el legislador. No a Elías, el profeta. Escuchad a Jesús. Sólo a él.
«Al oír esto, los discípulos caen de bruces, llenos de espanto». Les aterra la presencia cercana del misterio de Dios, pero también el miedo a vivir en adelante escuchando sólo a Jesús. La escena es insólita: los discípulos preferidos de Jesús caídos por tierra, llenos de miedo, sin atreverse a reaccionar ante la voz de Dios.
La actuación de Jesús es conmovedora: «Se acerca» para que sientan su presencia amistosa. «Los toca» para infundirles fuerza y confianza. Y les dice unas palabras inolvidables: «Levantaos. No temáis». Poneos de pie y seguidme. No tengáis miedo a vivir escuchándome a mí.
Es difícil ya ocultarlo. En la Iglesia tenemos miedo a escuchar a Jesús. Un miedo soterrado que nos está paralizando hasta impedirnos vivir hoy con paz, confianza y audacia tras los pasos de Jesús, nuestro único Señor.
Tenemos miedo a la innovación, pero no al inmovilismo que nos está alejando cada vez más de los hombres y mujeres de hoy. Se diría que lo único que hemos de hacer en estos tiempos de profundos cambios es conservar y repetir el pasado. ¿Qué hay detrás de este miedo?. ¿Fidelidad a Jesús o miedo a poner en "odres nuevos" el "vino nuevo" del Evangelio?.

Tenemos miedo a unas celebraciones más vivas, creativas y expresivas de la fe de los creyentes de hoy, pero nos preocupa menos el aburrimiento generalizado de tantos cristianos buenos que no pueden sintonizar ni vibrar con lo que allí se está celebrando. ¿Somos más fieles a Jesús urgiendo minuciosamente las normas litúrgicas, o nos da miedo "hacer memoria" de él celebrando nuestra fe con más verdad y creatividad?.
Tenemos miedo a la libertad de los creyentes. Nos inquieta que el pueblo de Dios recupere la palabra y diga en voz alta sus aspiraciones, o que los laicos asuman su responsabilidad escuchando la voz de su conciencia. En algunos crece el recelo ante religiosos y religiosas que buscan ser fieles al carisma profético que han recibido de Dios. ¿Tenemos miedo a escuchar lo que el Espíritu puede estar diciendo a nuestras iglesias? ¿No tememos apagar el Espíritu en el pueblo de Dios?.
En medio de su Iglesia Jesús sigue vivo, pero necesitamos sentir con más fe su presencia y escuchar con menos miedo sus palabras: «Levantaos. No tengáis miedo».

lunes, 14 de marzo de 2011

¿Es "ayunar" un privilegio?

SEBASTIÁN GARCÍA scj, sebastiangarciascj@gmail.com
Buenos Aires (ARGENTINA).

ECLESALIA, 14/03/11.- La Cuaresma parece ser un tiempo para incrementar nuestra oración personal, favorable para examinar, confesar nuestros pecados y tener una linda reconciliación con el Padre. La Iglesia nos enseña que una de las mejores maneras de vivir este tiempo de cuaresma en su dimensión más profunda es hacer ayuno.
Pero creo que en este mundo ayunar es un privilegio. No un privilegio para algunas personas que tienen un alma muy fuerte como para no tomar una de las grandes comidas. Ese no es el asunto.
La cuestión es esta: solamente quien no pasa hambre, puede hacer ayuno. Las demás personas en el mundo que tienen hambre no pueden ayunar. Sólo ayunan todos aquellos que tienen en sus mesas el pan cotidiano.

He visto en India los diferentes rostros del hambre. Los vi en Argentina también. Son similares a los de Brasil, Paraguay, México o Costa de Marfil. Lo que sucede es que el hambre tiene un rostro similar en todo el mundo. Nosotros podemos darnos cuenta muy rápidamente. Porque nosotros, -yo escribiendo y ustedes leyendo-, no tenemos hambre. Mucha gente en este bendito mundo pasa hambre. Mucha más de la que podemos imaginar. Y ellos, en su hambre habitual, no pueden ayunar. Porque no lo pueden elegir. Para ellos, el hambre es el pan cotidiano; todos los días están haciendo ayuno.
Pero nosotros podemos ayunar. Porque no tenemos hambre. Y este puede ser el significado secreto de nuestras privaciones de cuaresma: no tomar algunos alimentos en las comidas, ofreciendo este pequeño sacrificio por esta pobre gente. Nosotros podemos ayunar. Ellos no. Entonces podemos hacer ayuno por ellos.

¿Pero como es esto posible? ¿Cómo pueden algunas personas hacer ayuno en este mundo con hambre? ¿Este ayuno no podría ser hasta un insulto para el hambre de estas personas?. Ciertamente, Dios, el Dios Vivo y Verdadero no necesita de nuestros sacrificios. Nuestro ayuno no va a incrementar su gloria eterna. Y más ayuno en nuestras vidas no nos va a poner más cerca de Dios. Hacer ayuno es para nosotros como un aprendizaje. ¿Ayunar nos ayuda a disciplinar nuestros cuerpos?. Alguno puede pensar que sí. A mí me suena a desfasado.
La secreta razón de este tipo de privación no es el esfuerzo personal de conquistar nuestra voluntad salvaje, sino acercarnos a toda esa gente que en este momento están sintiendo el hambre en sus entrañas. No porque tenemos una voluntad de hierro y una sed de volvernos perfectos a nosotros mismos, podemos hacer nuestro ayuno. No porque nuestro Dios, el Padre de nuestro hermano mayor Jesús, necesite de nuestro sacrificio y privaciones. Podemos ayunar, ofreciendo nuestro ayuno por la gente hambrienta a lo largo de todo el mundo, que no puede ayunar. Este es el primer paso, El segundo podría ser invitarlos a nuestra mesa. Dice Dios por el profeta: “el ayuno que yo quiero es compartir el pan con el hambriento” (Is. 58, 7).

viernes, 11 de marzo de 2011

Democracia y participación ciudadana

            “Ya está aquí la campaña electoral… ¡¡OTRA VEZ!!”.
            Es un grito casi de desesperación de cada vez más gente que ya no encuentra sentido a tanto discurso de nuestra “partidocracia” –que no democracia- (así he oído llamar abrumadoramente lo que pasa en nuestro país).
            Esto no sucede por casualidad, no es cosa de cuatro descontentos o rebeldes sin causa, tiene unas causas muy claras y es fiel a la realidad. Me explico:
            CAUSAS.
1.    Supuestamente los partidos políticos deben representar de forma justa a la ciudadanía que los  vota. ¿Existe esa justicia?. Según la ley que regula esa representación parlamentaria y concede los escaños correspondientes… la respuesta es NO. (Siempre se acaba primando a los partidos más votados, aunque el margen real de votos no sea tan abultado). Consulten la “Ley D’Hondt” que es la que rige en España, por ejemplo.
2.    Hasta la fecha, los partidos “ganadores” han interpretado su mayoría casi como un “cheque al portador en blanco” que se puede cobrar sin límite de cuantía. ¿Cuántas decisiones se toman, ya aposentados en el poder, de gran trascendencia sin contar con la voz mayoritaria de la sociedad?. La respuesta es DEMASIADAS y GRAVES. (Ganar unas elecciones generales no significa que esa representación parlamentaria equivalga a los votos reales: subsiste como base el problema anterior; además de ello hay cuestiones que nunca se especificaron en las campañas electorales, no se concretaron… pero luego se llevan a la práctica “amparándose en su mayoría parlamentaria” con el exclusivo criterio partidista gobernante).
3.    Democracia significa “gobierno del pueblo” y se dice, además, que todo ciudadano es libre de pensar, opinar y actuar en igualdad de condiciones al resto –siempre y cuando lo haga desde las reglas democráticas por todos aceptadas- y se ofrecen cauces cotidianos para esa participación: los propios partidos políticos, sindicatos, asociaciones de vecinos, culturales,… a través de cuyas plataformas la ciudadanía puede contribuir al crecimiento y desarrollo de la sociedad democrática. Mas ¿qué ocurre de facto?, ¿realmente esto garantiza esa libertad e independencia de la ciudadanía libre de manipulaciones u obstrucciones?,… pues NO, la respuesta es NO. (No hay más que recordar lo que pasó inmediatamente pasadas las elecciones del 14 de marzo de 2002: se acabaron de cuajo las manifestaciones a favor de la PAZ y en contra de la  GUERRA ¿es que ya se había logrado esa paz y se habían acabado todas las guerras en las que España estaba?; todos sabemos que no, pero los sindicatos y partidos que antes animaban a patrullar las calles día tras día… dijeron y mandaron que “no era momento ni ocasión oportuna”. A eso se le llama traición e incoherencia con sus propios postulados. Y como este ejemplo a cientos podrían contarse).
4.    Podemos votar cada cuatro años y pronunciarnos a favor de unas tesis u otras, pero ¿qué tesis?. Cuando acudes a varios mítines (de distintos colores), te lees varios programas electorales, escuchas no  pocos debates de radio o alocuciones de representantes de diversas fuerzas políticas y lo comparas todo… parece muy clarito todo. Podrías votar a cualquiera: todos son maravillosos (por supuesto que hay cosillas que hacen fruncir el ceño pero… en el contexto en que se dice lo que se dice… eso parece nada). Mas… ¿qué carajo pasa en cuanto tal fuerza política llega al poder ganadas esas elecciones?, ¿es fiel a todo cuanto dijo y además lo hace sin demagogias?,… pues nuevamente la respuesta es un NO contundente. (Se realizan cosas que tratan de aparentar actividad pero se dejan siempre de lado los problemas fundamentales, más bien se ahonda en ellos y luego se trata de ir capeando y distrayendo al personal para que piense lo menos posible en lo que pasa realmente).
5.    Supuestamente los medios de comunicación públicos son PÚBLICOS, es decir, puesto que los  paga TODA la ciudadanía con los impuestos que el Estado nos cobra si ó sí… esos Mass Media pertenecen a todo el pueblo, tanto a quienes votaron al partido ganador como a los que votaron a otras fuerzas políticas, incluso a los que se abstuvieron o votaron en blanco. Pero ¿qué hace el partido ganador?, ¿permite esa independencia de ese poder mediático?. Ya saben ustedes la respuesta: PARA NADA, más bien se los apropia y los  emplea como un auténtico catecismo adoctrinador de la sociedad, tratando de utilizarlos para el autobombo, justificación de sus errores e instrumento manipulador de toda información que llegue a sus manos. (Echen un vistazo a lo que han hecho todos los partidos  políticos que han llegado al poder en este país).
6.    Llegadas las “campañas electorales” resulta que se enzarzan todos en insultarse unos a otros, sacar acusaciones mil mutuas y montando un espectáculo de feria, pero de feria de tres al cuarto, que es más que vergonzante, es… vomitivo. Quien está en el poder habla como si no le hubieran dejado hacer nada de lo que quería hacer –cuando lo tuvo todo, hasta el apoyo de la  banca- y echa la culpa de todos los males “a los otros”; quien está deseando que el otro se quite para ponerse él habla como si nada de lo que hizo quien está en el poder hubiera hecho nada bueno por el país. Y todo eso con un chorro de dinero enorme que paga toda la ciudadanía a cambio de… eso y con esa calidad. ¿No es esto una burda manera de reírse de todos, de hacer la pelota a toda la ciudadanía, mintiéndola descaradamente, denigrando al otro en tal de auparse a costa de la humillación del rival pero no con argumentos serios?. La respuesta esta vez no es No sino un SÍ rotundo. (Vean si no lo que ya está pasando).

7.    A colación de esto mismo: Supuestamente la clase política -y más la parlamentaria y aquélla que ocupa ya sus correspondientes cargos  políticos en autonomías, ayuntamientos, etc…- debiera ser el primer grupo en dar ejemplo de aquello que exige al resto  de la ciudadanía, pero ¿sucede eso en realidad?. Pues… va a ser que NO, y con absoluta rotundidad. (Échenle un vistazo a los sueldos, privilegios y demás que sus señorías se autoadjudican sin contar con nadie, sin que nadie pueda echar mano de tal abuso de poder, latrocinio por… (iba a decir “su trabajo” pero cabe preguntarse: ¿qué “trabajo”?, ¿a eso que hacen y como lo hacen se le puede llamar “trabajo”?; si un albañil hace mal un muro… o lo rehace de nuevo o lo despiden; cuando un político cobra lo que cobra y se autoimpone lo que ya todos vamos sabiendo –y no está a la vista de todos todo todavía-… aquí no pasa nada aunque envíen al país al más gediondo de los estercoleros). Han estado dictando normas para “que sea el  pueblo llano quien sí doble el lomo… mientras ellos se burlan del resto en sus poltronas”; a esto hay que llamarlo por su nombre: tiranía, abuso de poder, latrocinio y estafa al pueblo.

8.    ¿Alguien cree, a modo de punto final y el más importante además, que puede existir verdadera DEMOCRACIA si quien dirige todos los hilos es Doña Banca y sus estrategias financieras?, ¿De dónde ha salido si no lo que están sufriendo millones de españoles?. ¿Alguien piensa que tanto PSOE como PP,  como cualquier partido político  o sindicato no saben esto desde hace décadas sin cuento?. ¿Por qué pues mienten TODOS?, ¿por qué tratan de hacernos creer que están en ellos las claves para las mejoras sociales, el desarrollo de una sociedad mejor, más humana y humanizadora?. ¿Qué  hay detrás de ese decorado que aúpan TODOS por igual?. No hace falta ser ninguna lumbrera para ver el  juego que se traen entre manos: Es decir, se va viendo que “no se puede confiar en quienes no  tienen ni honradez, ni honestidad, ni lo que hay que tener para trabajar por el bien común”: los políticos dicen que “trabajan para el bien común” y los que se apoltronan en La Moncloa dicen que “quieren gobernar para todos los  españoles”. ¿Ustedes se lo creen?. Pues ya lo hemos visto: gobiernan para su bolsillo, haciéndole el juego a la banca, al mercantilismo puro y duro y despreciando sistemáticamente eso que se dice en llamar el “bien común” (y eso lo han hecho todos, de todos los colores: al  final todos se dan la manita en esto ¡qué casualidad!).
9.    Junto a todo esto hay también una gran cantidad de personas que militan en uno u otro partido político,  en sindicatos, etc… que tienen otras perspectivas, otras actitudes mucho más coherentes y son precisamente ellos la base y la explicación de que el electorado sigamos confiando en el juego democrático. Mas ¿qué pasa con ellos?, ¿por qué muchos acaban quedándose por el camino y no pocas veces “quemados”, profundamente decepcionados, con fuerte dolor de haber sido “utilizados” –porque se da la instrumentalización política, por supuesto- para luego dejarles de lado “cuando ya no interesan” sus planteamientos?. Hay que tener un temple casi de héroe para no claudicar jamás. 
¿Cómo no va a estar desencantada la ciudadanía?. ¿Han parado ustedes cuenta del porcentaje de la ciudadanía que sistemáticamente se abstiene o no va a votar o vota en blanco cada vez que hay elecciones?, ¿a nadie se le ocurre averiguar por qué sucede eso y por qué esa cifra va en aumento cada año a pesar de todas las facilidades que se dan para que todo el mundo pueda votar?. Hasta aquí el pataleo, o parte de él.
ALTERNATIVAS.
El pueblo es sabio y aparte de algunos arrebatos de rabia que pueden comprenderse muy bien aunque no los compartamos todos (me callo esas expresiones, algunas muy fuertes) sin embargo hay otras que son realmente ingeniosas y coherentes: “Yo los ponía a vivir durante un par de meses con el “Salario Mínimo Interprofesional” –ellos dicen que se puede vivir con eso-, o bien los ponía a vivir en la calle sólo un mes, como los Sin Techo,… o en las listas del paro sin dinero en el banco ni prestación por desempleo,… a ver cómo pensaban entonces y hacían después”.
Algo más de sentido común sí ganarían, mayor sentido de la justicia también además de algunos cambios en sus escalas de valores, casi seguro –salvo que sean tan sumamente inconscientes que no hayan sido capaces de aprender nada, que… también es posible-. Fuera ya de imaginaciones, a partir de lo que uno observa y escucha y lo que cree, me atrevo a apuntar algunas opciones frente a esta realidad:
A.   Generar credibilidad. Pero para ello la clase política debiera ser la primera en aplicarse a sí misma lo que impone al resto de la sociedad, empezando por eliminar toda esa serie de privilegios,  sueldos desproporcionados y demás beneficios que en nada tienen que ver con el Estatuto de los Trabajadores (¡vamos!, que me da hasta risa suponer que esta gente tiene en cuenta ese estatuto) ni con convenio colectivo alguno o reglamentación laboral  alguna y acto seguido permitir sometiéndose a las mismísimas reglas que el resto de ciudadanos que cobran del Estado (es decir, de los impuestos que nos cobran).
B.   Generar confianza. Pero para ello es necesario que la clase política proponga programas realistas que respondan a las necesidades reales de la sociedad, subpeditando los intereses partidistas o ideológicos al bien común.
C.   Generar ambiente de respeto y verdadera tolerancia. Desterrando las constantes, aburridas e insoportables guerras dialécticas entre unos partidos y otros a base de sus insufribles mutuas descalificaciones, insultos y demás muestras de inmadurez personal y colectiva.
D.   Generar reflexión y debate constructivo. Basando esa reflexión y debate a partir de las ideas y proyectos claramente explicados, concretados hasta el detalle, de manera que pueda entenderse por cualquier ciudadano y pueda tener toda la ciudadanía idea clara de lo que se está proponiendo; no limitándose a descalificar las ideas o propuestas de otras formaciones políticas para así dejar sólo en pie lo propio.
E.   Generar y desarrollar la autocrítica en el seno de cada formación política. Haciendo descender así el excesivo engreimiento, prepotencia y fanatismo ideológico; haciendo crecer el sentido de humildad, de diálogo abierto, auténtica democracia interna y posibilitando así un mejor diálogo con otras formaciones políticas. (Cuando un partido político se cierra en sus esquemas haciéndose fanático de los mismos desaparece toda posibilidad de diálogo y auténtico entendimiento con otros planteamientos).
 F.    Participación ciudadana, cada cual en aquellas plataformas que considere más idóneas. Poniendo en práctica desde la base estas mismas exigencias que se supone debieran ser parte esencial de toda formación política. Somos los ciudadanos quienes hacemos que un grupo, entidad, etc… sea lo que es, por lo tanto lejos de someternos a todo como burros con orejeras lo que hemos de hacer es –desde las afinidades que podamos tener por la formación elegida- forzar la reflexión,  el diálogo abierto, la autocrítica,… practicar el respeto a las personas y a otras formaciones políticas, proponer alternativas a las  situaciones que consideremos mejorables con la mayor concreción posible y propiciar el consenso más que la imposición por mayoría de votos.
G.   Establecer el compromiso de contar con toda la ciudadanía en cuestiones de gran trascendencia o que impliquen un perjuicio o contrariedad a la mayoría. Tales como: ley del aborto (están en juego vidas humanas, desde el momento de la concepción contamos ya con el ADN humano y que nos define ya plenamente como miembros de la humanidad y, por lo tanto, acreedores a todos los Derechos Humanos correspondientes); participación en conflictos bélicos (ha habido más  muertes de soldados españoles en Afganistán que en la guerra contra Iraq); ley de represión del  hecho religioso (la mal llamada “Ley de Libertad Religiosa” se limita a tratar de suprimir cualquier expresión pública de la fe cristiana aún incluso cuando esa expresión está respaldada por la mayoría de la población española) –España es un Estado “aconfesional”, no se dice en parte alguna que sea “laicista”, por lo tanto… algo se está haciendo muy mal-; etc…
H.   Redefinir la democracia y la organización social desde parámetros independientes del mercantilismo capitalista y establecer estructuras que garanticen una verdadera sociedad del bienestar haciendo que el beneficio económico quede siempre subpeditado a la consecución de una sociedad sin exclusión social, bolsas de pobreza o desigualdad social,… cuyos efectos de ese mercantilismo (amparado por TODAS las formaciones políticas de este país y por los propios sindicatos) deben ir en retroceso hasta lograr la humanización de todas las estructuras: laboral (adecuando los horarios y sueldos a la realidad y necesidades de las personas y no sólo a los intereses productivistas de las empresas, dentro del margen de beneficio que el empresariado necesite obtener para el mantenimiento de sus empresas); educativa (dando mayor protagonismo a las familias en el quehacer educativo desde los centros docentes y haciendo retroceder las incursiones mercantilistas del Plan Bolonia en la escuela y las ideológicas impuestas por el Estado que se adjudica a sí mismo el derecho de imponer al alumnado asignaturas que tratan de moralizar sobre cuestiones que incumben a la familia y no al Estado; financiera (evitando la repetición inmensamente injusta que se ha producido en este país: cubriendo con dinero público los déficits de entidades bancarias ocasionados por su propia especulación abusiva e inmoral);…
¿CÓMO HACER ESTO?.
Desde la PARTICIPACIÓN. No vale el dejar de ir a votar “porque tengamos una clase política que deje mucho que desear”; tampoco sirve de mucho votar en blanco (y menos con la  actual Ley D’Hondt) aunque eso sea mucho mejor que “pasar de todo”.

Todo menos “quedarse en casita a verlas venir”. Hay sindicatos,  asociaciones de vecinos, movimientos sociales reivindicativos, partidos políticos,… ¿imperfectos?...por supuesto, pero son ésas las herramientas con las que contamos y si tenemos capacidad de inventar otras nuevas… hagámoslo. Todo menos quedarse de brazos cruzados. Cada voz es importante, cada opinión, cada gesto,… trasciende.
 Todo puede valer si tenemos claro que “no hay malos ni buenos en esta película de la vida real”. Equivocados o acertados, siempre o sólo a veces, pero participativos, responsables de nuestra propia historia. Propiciando en nuestros ámbitos de implicación valores de tolerancia, respeto mutuo –también ante posturas antagónicas-, sentido heterocrítico pero también autocrítico (solemos ser muy hábiles en tirar piedras contra los demás y muy torpes a la hora de reconocer que en nuestro tejado tenemos un arsenal de esos elementos llegados desde otras perspectivas),… y siempre con la mirada puesta en que “a quien servimos es al pueblo, del que formamos parte; servimos al bien común Y NO A IDEOLOGÍA ALGUNA (cuando esa ideología se muestra, en la práctica, contraria a la voluntad mayoritaria o a las necesidades reales del pueblo)”. Las personas están siempre por encima de todas las ideas.
Y un último apunte: Promovamos la observancia y práctica de los  Derechos Humanos en toda formación sociopolítica o movimiento social reivindicativo. Todos los partidos políticos y sindicatos -especialmente- debieran partir de ahí (si digo “debieran” es porque de hecho no es así en la práctica) y desarrollarlos posteriormente). Es un contrasentido que la inmensa mayoría de las naciones hayan firmado esa Carta Universal y luego,  en el  seno de cada país, esos DD.HH. se apliquen para unos pero no para todos, como si hubiera distintas categorías (no hace demasiados siglos existía oficialmente la esclavitud –hoy también, aunque disfrazada- y hasta se excluía a las mujeres del derecho al voto no hace apenas nada,… como si no tuviesen la misma dignidad que el resto de los humanos).
Si hubiera más interés por el bien común y menos luchas de poder (“quítate tú para ponerme yo” para hacer lo mismo que tú)… pensando EN QUIEN TIENEN LA OBLIGACIÓN DE SERVIR… de otra manera iría.
Con razón decía el  Maestro de Nazaret: “Ustedes saben que los  jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre ustedes, sino que el que quiera ser el primero entre ustedes, sea el servidor de todos;…”.(Mt. 20,25-28).

miércoles, 9 de marzo de 2011

Tentaciones

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net San Sebastián (GUIPUZCOA).

ECLESALIA, 09/03/11.- Mateo 4, 1-11
No le resultó nada fácil a Jesús mantenerse fiel a la misión recibida de su Padre, sin desviarse de su voluntad. Los evangelios recuerdan su lucha interior y las pruebas que tuvo que superar, junto a sus discípulos, a lo largo de su vida.
Los maestros de la ley lo acosaban con preguntas capciosas para someterlo al orden establecido, olvidando al Espíritu que lo impulsaba a curar incluso en sábado. Los fariseos le pedían que dejara de aliviar el sufrimiento de la gente y realizara algo más espectacular, "un signo del cielo", de proporciones cósmicas, con el que Dios lo confirmara ante todos.
Las tentaciones le venían incluso de sus discípulos más queridos. Santiago y Juan le pedían que se olvidara de los últimos, y pensara más en reservarles a ellos los puestos de más honor y poder. Pedro le reprende porque pone en riesgo su vida y puede terminar ejecutado.
Sufría Jesús y sufrían también sus discípulos. Nada era fácil ni claro. Todos tenían que buscar la voluntad del Padre superando pruebas y tentaciones de diverso género. Pocas horas antes de ser detenido por las fuerzas de seguridad del templo Jesús les dice así: "Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas" (Lucas 22,28).
El episodio conocido como "las tentaciones de Jesús" es un relato en el que se reagrupan y resumen las tentaciones que hubo de superar Jesús a lo largo de toda su vida. Aunque vive movido por el Espíritu recibido en el Jordán, nada le dispensa de sentirse atraído hacia formas falsas de mesianismo.
¿Ha de pensar en su propio interés, o escuchar la voluntad del Padre? ¿Ha de imponer su poder de Mesías, o ponerse al servicio de quienes lo necesitan? ¿Ha de buscar su propia gloria, o manifestar la compasión de Dios hacia los que sufren? ¿Ha de evitar riesgos y eludir la crucifixión, o entregarse a su misión confiando en el Padre?.

El relato de las tentaciones de Jesús fue recogido en los evangelios para alertar a sus seguidores. Hemos de ser lúcidos. El Espíritu de Jesús está vivo en su Iglesia, pero los cristianos no estamos libres de falsear una y otra vez nuestra identidad cayendo en múltiples tentaciones.
Identificar hoy las tentaciones de la Iglesia y de la jerarquía, de los cristianos y de sus comunidades; hacernos conscientes de ellas como Jesús; y afrontarlas como lo hizo él, es lo primero para seguirle con fidelidad. Una Iglesia que no es consciente de sus tentaciones, pronto falseará su identidad y su misión. ¿No nos está sucediendo algo de esto? ¿No necesitamos más lucidez y vigilancia para no caer en la infidelidad?.

martes, 8 de marzo de 2011

Yo quiero servir a Jesús

Testamento espiritual de Shahbaz Bhatti
Mi nombre es Shahbaz Bhatti. Nací en una familia católica. Mi padre, un profesor jubilado, y  mi madre, ama de casa; me educaron segun los valores cristianos y las enseñanzas de la Biblia, que han influido en mi infancia.

Desde niño solía ir a la Iglesia y encontraba una profunda inspiración en las enseñanzas, el sacrificio y la crucifixión de Jesús. Fue el amor de Jesús el que me llevó a ofrecer mis servicios a la Iglesia. Las terribles condiciones de los cristianos de Pakistán me sublevan. Reduerdo un Viernes Santo, cuando sólo tenía trece años, oí un sermón sobre el Sacrificio de Jesús para redimirnos y salvar al mundo. Pensé corresponder a su amor dando amor a nuestros hermanos y hermanas ponièndome al servicio de los cristianos, especialmente de los pobres, de los necesitados, de todos los perseguidos que viven en este país islámico.

Me pidieron que ponga fin a la lucha,  pero siempre lo he rechazado, aún a riesgo de mi propia vida. Mi respuesta siempre ha sido la misma. No quiero popularidad, no quiero posiciones de poder. Quiero sólo un lugar a los pies de Jesús. Quiero que mi vida, mi carácter, mis acciones, hablen por mí y digan que estoy siguiendo a Jesucristo. Este deseo es tan fuerte en mí que me considero privilegiado si en mi esfuerzo de luchar para ayudar a los mas necesitados, los pobres y los cristianos perseguidos en Pakistán, Jesús quiere aceptar el sacrificio de mi vida.
Quiero vivir por Cristo y por Él quiero morir. No siento miedo en este país. Muchas veces los extremistas han querido matarme, encarcelarme, me han amanazado, perseguido y aterrorizado a mi familia.Yo digo que el tiempo que viva, hasta mi último aliento, voy a continuar sirviendo a Jesús y a esta pobre humanidad doliente en los cristianos, los necesitados, los pobres.

Creo que los cristianos de todo el mundo que han tendido la mano a los musulmanes afectados por el trágico terremoto del 2005 han construido puentes de solidaridad, de amor, de comprensión, de cooperación y tolerancia entre las dos religiones. Si estos esfuerzos continúan estoy convencido que ganaremos los corazones y las mentes de los extremistas. Esto producirá un cambio positivo: las gentes no se odiarán, no matarán en nombre de la religión, se amarán unos a otros, portarán armonía, cultivarán la paz y la comprensión en esta región.
Creo que los más necesitados, los pobres, los huérfanos, cualquiera sea su religión, serán considerados sobre todo como seres humanos. Pienso que esas personas son parte de mi cuerpo en Cristo, que son la parte perseguida y necesitada del cuerpo de Cristo. Si nosotros llevamos a cabo esta misión, ganaremos un lugar a los pies de Jesús y lo podremos ver sin sentir vergüenza.

(Tomado del blog "Por ti madrugo").

A nadie se le escapa lo que sucede en Pakistán y en otros países en los que se utiliza la religión -como en otros lugares el laicismo intolerante- como excusa para perseguir y aniquilar a quienes no quieran someterse a sus dictados, pero lo que al respecto quiero resaltar no es ese drama sino el testimonio y ejemplo de este hermano brutalmente asesinado sólo por ser COHERENTE y fiel a Jesucristo.
No pocas veces se oye o se lee la expresión: "No te compliques la vida, deja a esa gente en paz, sé realista ¿qué vas a hacer tú?, ¡que se apañen!".

Si todos hiciéramos caso a esas consignas... nadie visitaría las cárceles ni llevaría a los hermanos y hermanas encarcelados ni una palabra de esperanza; en nuestras calles no habría los que hay sin techo ni hogar, habría muchos más; esos enfermos a los que llamamos "terminales"... ya no existirían, ellos mismos habrían optado por dejarse morir desde hace tiempo; las mafias de tráfico de drogas tendrían mucho más fácil la captación de personas que, en su desesperación, se entregarían a ellos como último recurso; las parroquias y ONGs dedicadas a socorrer al pobre y desvalido tendrían superávit: no tendrían razón de ser siquiera ya.

 Pero Shahbaz Bhatti nos enseña con su ejemplo que "esa gente... esa gente son NUESTROS HERMANOS porque son HIJOS DE DIOS y aunque podamos hacer poco, aunque seamos unos ilusos y nada realistas -porque no nos sometemos a la realidad que otros nos quieren imponer o justificar- el amor que Jesús de Nazaret nos enseñó desde la cruz es la referencia para todo aquél que decida AMAR hasta dar la vida".
A diario la  televisión nos bombardea con infinidad de noticias de desastres, guerras, pobreza y mil miserias... como si todo ello fuera una avalancha imposible de afrontar;  nos intentan hacer creer que "por más que nos empeñemos eso es así y va a seguir siempre así, hagamos lo  que hagamos"; al mismo tiempo callan o silencian lo  que miles de cristianos y no-cristianos hacen a diario en nuestro mundo trabajando sin desmayo por un mundo mejor, más justo, más solidario, más humano y humanizador,... ¡Cuán distinto podría ser todo, en cada país, si todos los partidos políticos y los sindicatos contaran con el simple compromiso de promover, en primer lugar, la aplicación de los Derechos Humanos de forma efectiva!. Utopía, claro, ¡eso no es ser realista!, naturalmente.

Cabe preguntarse: ¿Qué es la realidad?. "La realidad es la que es", se dice y con acierto, pero entonces la clave está en la postura que cada cual adopte ante ella: lucha y esfuerzo para hacerla más habitable sin someterse a ella de forma acrítica... o bien postrarse ante ella sin más (este segundo supuesto no es el de Shahbaz Bhatti, obviamnete).

miércoles, 2 de marzo de 2011

La fuerza del Evangelio

Mateo 7, 21-27
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, vgentza@euskalnet.net San Sebastián (GUIPUZCOA).

ECLESALIA, 02/03/11.- Mateo concluye el gran discurso de Jesús en una montaña de Galilea con dos breves parábolas, narradas con maestría y fáciles de recordar por todos. Su mensaje es de importancia decisiva: seguir a Jesús consiste en «escuchar sus palabras» y en «ponerlas en práctica». Si no lo hacemos así nuestro cristianismo es una insensatez. No tiene sentido alguno.
El hombre sensato construye su casa sobre roca firme. Por eso, cuando llegan las lluvias torrenciales del invierno y el agua desciende de los montes y soplan los fuertes vientos del Mediterráneo, la casa no se hunde: «está cimentada sobre roca». Así es la Iglesia formada por creyentes que se esfuerzan por escuchar el Evangelio y ponerlo en práctica.
El hombre necio, por el contrario, construye su casa sobre arena, en el fondo del valle. Por eso, al llegar las lluvias, los aluviones y el vendaval, la casa «se hunde totalmente». Así se desmorona el cristianismo cuando no está fundamentado en la roca del Evangelio escuchado y practicado en las comunidades.
En la conciencia moderna se ha producido un profundo cambio cultural que está poniendo en crisis el nacimiento y la vivencia de la fe cristiana. Cada vez se va haciendo más difícil despertar una fe viva en Dios y en Jesucristo por vía de "adoctrinamiento". Señalemos dos causas fáciles de detectar.
Por una parte, está en crisis la autoridad, toda autoridad. Es difícil que la fe brote hoy de la obediencia a una autoridad religiosa que se presente como poseedora de la verdad. La palabra que pronuncia la Iglesia desde la autoridad sagrada no resulta hoy por sí misma ni creíble ni atractiva.
Por otra parte, más que doctrina religiosa, las personas buscan una experiencia que les ayude a vivir con sentido y esperanza. Muchos hombres y mujeres se distancian casi instintivamente de cualquier iniciación a la fe entendida como "proceso de aprendizaje".
Hemos de creer mucho más en la fuerza transformadora del Evangelio. Las palabras de Jesús tienen más poder que nuestras doctrinas. Su Buena Noticia es más atractiva que todos nuestros sermones. ¿No ha llegado el momento de formar grupos, crear espacios, posibilitar encuentros en los que la gente de hoy tenga la oportunidad de entrar en contacto directo con el Evangelio para escuchar a Jesús y descubrir juntos su Buena Noticia?.
Muchos que se sienten perdidos y viven sin esperanza podrían descubrir con alegría que no están solos, que pueden confiar en un Dios Padre y que pueden vivir con la esperanza de Jesús. Es lo que más necesitan.