jueves, 21 de septiembre de 2023

Bondad escandalosa de Dios

25 Tiempo ordinario – A (Mateo 20,1-16)
Evangelio del 24 / Sept / 23
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-09-24

Probablemente era otoño y en los pueblos de Galilea se vivía intensamente la vendimia. Jesús veía en las plazas a quienes no tenían tierras propias, esperando a ser contratados para ganarse el sustento del día. ¿Cómo ayudar a esta pobre gente a intuir la bondad misteriosa de Dios hacia todos?.

Jesús les contó una parábola sorprendente. Les habló de un señor que contrató a todos los jornaleros que pudo. Él mismo fue a la plaza del pueblo una y otra vez, a horas diferentes. Al final de la jornada, aunque el trabajo había sido absolutamente desigual, a todos les dio un denario: lo que su familia necesitaba para vivir.

El primer grupo protesta. No se quejan de recibir más o menos dinero. Lo que les ofende es que el señor «ha tratado a los últimos igual que a nosotros». La respuesta del señor al que hace de portavoz es admirable: «¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?».

La parábola es tan revolucionaria que seguramente después de veinte siglos no nos atrevemos todavía a tomarla en serio. ¿Será verdad que Dios es bueno incluso con aquellos que apenas pueden presentarse ante él con méritos y obras?. ¿Será verdad que en su corazón de Padre no hay privilegios basados en el trabajo más o menos meritorio de quienes han trabajado en su viña?.

Todos nuestros esquemas se tambalean cuando hace su aparición el amor libre e insondable de Dios. Por eso nos resulta escandaloso que Jesús parezca olvidarse de los «piadosos», cargados de méritos, y se acerque precisamente a los que no tienen derecho a recompensa alguna por parte de Dios: pecadores que no observan la Alianza o prostitutas que no tienen acceso al templo.

Nosotros nos encerramos a veces en nuestros cálculos, sin dejarle a Dios ser bueno con todos. No toleramos su bondad infinita hacia todos: hay personas que no se lo merecen. Nos parece que Dios tendría que dar a cada uno su merecido, y solo su merecido. Menos mal que Dios no es como nosotros. Desde su corazón de Padre, él sabe regalar también su amor salvador a esas personas a las que nosotros no sabemos amar.

José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/25-tiempo-ordinario-a-mateo-201-16-2/

jueves, 14 de septiembre de 2023

Perdonar siempre

24 Tiempo ordinario – A (Mateo 18,21-35)
Evangelio del 17 / Sept / 2023
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-09-17

A Mateo se le ve preocupado por corregir los conflictos, disputas y enfrentamientos que pueden surgir en la comunidad de los seguidores de Jesús. Probablemente está escribiendo su evangelio en unos momentos en que, como se dice en su evangelio, «la caridad de la mayoría se está enfriando» (Mateo 24,12).

Por eso concreta con mucho detalle cómo se ha de actuar para extirpar el mal del interior de la comunidad, respetando siempre a las personas, buscando antes que nada «la corrección a solas», acudiendo al diálogo con «testigos», haciendo intervenir a la «comunidad» o separándose de quien puede hacer daño a los seguidores de Jesús.

Todo eso puede ser necesario, pero ¿cómo ha de actuar en concreto la persona ofendida?, ¿Qué ha de hacer el discípulo de Jesús que desea seguir sus pasos y colaborar con él abriendo caminos al reino de Dios, el reino de la misericordia y la justicia para todos?.

Mateo no podía olvidar unas palabras de Jesús recogidas por un evangelio anterior al suyo. No eran fáciles de entender, pero reflejaban lo que había en el corazón de Jesús. Aunque hayan pasado veinte siglos, sus seguidores no hemos de rebajar su contenido.

Pedro se acerca a Jesús. Como en otras ocasiones, lo hace representando al grupo de seguidores: «Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar?, ¿hasta siete veces?». Su pregunta no es mezquina, sino enormemente generosa. Le ha escuchado a Jesús sus parábolas sobre la misericordia de Dios. Conoce su capacidad de comprender, disculpar y perdonar. También él está dispuesto a perdonar «muchas veces», pero ¿no hay un límite?.

La respuesta de Jesús es contundente: «No te digo siete veces, sino hasta setenta veces siete»: has de perdonar siempre, en todo momento, de manera incondicional. A lo largo de los siglos se ha querido rebajar de muchas maneras lo dicho por Jesús: «perdonar siempre, es perjudicial»; «da alicientes al ofensor»; «hay que exigirle primero arrepentimiento». Todo esto parece muy razonable, pero oculta y desfigura lo que pensaba y vivía Jesús.

Hay que volver a él. En su Iglesia hacen falta hombres y mujeres que estén dispuestos a perdonar como él, introduciendo entre nosotros su gesto de perdón en toda su gratuidad y grandeza. Es lo que mejor hace brillar en la Iglesia el rostro de Cristo.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/24-tiempo-ordinario-a-mateo-1821-35-2/

jueves, 7 de septiembre de 2023

Una Iglesia reunida en el nombre de Jesús

23 Tiempo ordinario – A (Mateo 18,15-20)
Evangelio del 10 / Sept / 2023
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-09-10

Cuando uno vive distanciado de la religión o se ha visto decepcionado por la actuación de los cristianos, es fácil que la Iglesia se le presente solo como una gran organización. Una especie de «multinacional» ocupada en defender y sacar adelante sus propios intereses. Estas personas, por lo general, solo conocen a la Iglesia desde fuera. Hablan del Vaticano, critican las intervenciones de la jerarquía, se irritan ante ciertas actuaciones del papa. La Iglesia es para ellas una institución anacrónica de la que viven lejos.

No es esta la experiencia de quienes se sienten miembros de una comunidad creyente. Para estos, el rostro concreto de la Iglesia es casi siempre su propia parroquia. Ese grupo de personas amigas que se reúnen cada domingo a celebrar la eucaristía. Ese lugar de encuentro donde celebran la fe y rezan todos juntos a Dios. Esa comunidad donde se bautiza a los hijos o se despide a los seres queridos hasta el encuentro final en la otra vida.

Para quien vive en la Iglesia buscando en ella la comunidad de Jesús, la Iglesia es casi siempre fuente de alegría y motivo de sufrimiento. Por una parte, la Iglesia es estímulo y gozo; podemos experimentar dentro de ella el recuerdo de Jesús, escuchar su mensaje, rastrear su espíritu, alimentar nuestra fe en el Dios vivo. Por otra, la Iglesia hace sufrir, porque observamos en ella incoherencias y rutina; con frecuencia es demasiado grande la distancia entre lo que se predica y lo que se vive; falta vitalidad evangélica; en muchas cosas se ha ido perdiendo el estilo de Jesús.

Esta es la mayor tragedia de la Iglesia. Jesús ya no es amado ni venerado como en las primeras comunidades. No se conoce ni se comprende su originalidad. Bastantes no llegarán siquiera a sospechar la experiencia salvadora que vivieron los primeros que se encontraron con él. Hemos hecho una Iglesia donde no pocos cristianos se imaginan que, por el hecho de aceptar unas doctrinas y de cumplir unas prácticas religiosas, están siguiendo a Cristo como los primeros discípulos.

Y, sin embargo, en esto consiste el núcleo esencial de la Iglesia. En vivir la adhesión a Cristo en comunidad, reactualizando la experiencia de quienes encontraron en él la cercanía, el amor y el perdón de Dios. Por eso, tal vez, el texto eclesiológico más fundamental son estas palabras de Jesús que leemos en el evangelio: «Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».

El primer quehacer de la Iglesia es aprender a «reunirse en el nombre de Jesús». Alimentar su recuerdo, vivir de su presencia, reactualizar su fe en Dios, abrir hoy nuevos caminos a su Espíritu. Cuando esto falta, todo corre el riesgo de quedar desvirtuado por nuestra mediocridad.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/23-tiempo-ordinario-a-mateo-1815-20-2/

jueves, 31 de agosto de 2023

La cruz es otra cosa

22 Tiempo ordinario – A (Mateo 16,21-27)
Evangelio del 3 / sept / 2023
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-09-03

Es difícil no sentir desconcierto y malestar al escuchar una vez más las palabras de Jesús: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga». Entendemos muy bien la reacción de Pedro, que, al oír a Jesús hablar de rechazo y sufrimiento, «se lo lleva aparte y se pone a increparlo». Dice el teólogo mártir Dietrich Bonhoeffer que esta reacción de Pedro «prueba que, desde el principio, la Iglesia se ha escandalizado del Cristo sufriente. No quiere que su Señor le imponga la ley del sufrimiento».

Este escándalo puede hacerse hoy insoportable para los que vivimos en lo que Leszek Kolakowsky llama «la cultura de analgésicos», esa sociedad obsesionada por eliminar el sufrimiento y malestar por medio de toda clase de drogas, narcóticos y evasiones.

Si queremos clarificar cuál ha de ser la actitud cristiana, hemos de comprender bien en qué consiste la cruz para el cristiano, pues puede suceder que nosotros la pongamos donde Jesús nunca la puso.

Nosotros llamamos fácilmente «cruz» a todo aquello que nos hace sufrir, incluso a ese sufrimiento que aparece en nuestra vida generado por nuestro propio pecado o nuestra manera equivocada de vivir. Pero no hemos de confundir la cruz con cualquier desgracia, contrariedad o malestar que se produce en la vida.

La cruz es otra cosa. Jesús llama a sus discípulos a que le sigan fielmente y se pongan al servicio de un mundo más humano: el reino de Dios. Esto es lo primero. La cruz no es sino el sufrimiento que nos llegará como consecuencia de ese seguimiento; el destino doloroso que habremos de compartir con Cristo si seguimos realmente sus pasos. Por eso no hemos de confundir el «llevar la cruz» con posturas masoquistas, una falsa mortificación o lo que P. Evdokimov llama «ascetismo barato» e individualista.

Por otra parte, hemos de entender correctamente el «negarse a sí mismo» que pide Jesús para cargar con la cruz y seguirle. «Negarse a sí mismo» no significa mortificarse de cualquier manera, castigarse a sí mismo y, menos aún, anularse o autodestruirse. «Negarse a sí mismo» es no vivir pendiente de uno mismo, olvidarse del propio «ego», para construir la existencia sobre Jesucristo. Liberarnos de nosotros mismos para adherirnos radicalmente a él. Dicho de otra manera, «llevar la cruz» significa seguir a Jesús dispuestos a asumir la inseguridad, la conflictividad, el rechazo o la persecución que hubo de padecer el mismo Crucificado.

Pero los creyentes no vivimos la cruz como derrotados, sino como portadores de una esperanza final. Todo el que pierda su vida por Jesucristo la encontrará. El Dios que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros a una vida plena.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/22-tiempo-ordinario-a-mateo-1621-27-2/

jueves, 24 de agosto de 2023

Nuestra imagen de Jesús

21 Tiempo ordinario – A (Mateo 16,13-20)
Evangelio del 27 / Ago / 2023
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-08-27

La pregunta de Jesús: «¿Quién decís que soy yo?», sigue pidiendo todavía una respuesta a los creyentes de nuestro tiempo. No todos tenemos la misma imagen de Jesús. Y esto no solo por el carácter inagotable de su personalidad, sino, sobre todo, porque cada uno vamos elaborando nuestra imagen de Jesús a partir de nuestros intereses y preocupaciones, condicionados por nuestra psicología personal y el medio social al que pertenecemos, y marcados por la formación religiosa que hemos recibido.


Y, sin embargo, la imagen de Cristo que podamos tener cada uno tiene importancia decisiva para nuestra vida, pues condiciona nuestra manera de entender y vivir la fe. Una imagen empobrecida, unilateral, parcial o falsa de Jesús nos conducirá a una vivencia empobrecida, unilateral, parcial o falsa de la fe. De ahí la importancia de evitar posibles deformaciones de nuestra visión de Jesús y de purificar nuestra adhesión a él.


Por otra parte, es pura ilusión pensar que uno cree en Jesucristo porque «cree» en un dogma o porque está dispuesto a creer «en lo que la santa Madre Iglesia cree». En realidad, cada creyente cree en lo que cree él, es decir, en lo que personalmente va descubriendo en su seguimiento a Jesucristo, aunque, naturalmente, lo haga dentro de la comunidad cristiana.


Por desgracia, son bastantes los cristianos que entienden y viven su religión de tal manera que, probablemente, nunca podrán tener una experiencia un poco viva de lo que es encontrarse personalmente con Cristo.


Ya en una época muy temprana de su vida se han hecho una idea infantil de Jesús, cuando quizá no se habían planteado todavía con suficiente lucidez las cuestiones y preguntas a las que Cristo puede responder.


Más tarde ya no han vuelto a repensar su fe en Jesucristo, bien porque la consideran algo trivial y sin importancia alguna para sus vidas, bien porque no se atreven a examinarla con seriedad y rigor, bien porque se contentan con conservarla de manera indiferente y apática, sin eco alguno en su ser.

Desgraciadamente no sospechan lo que Jesús podría ser para ellos. Marcel Légaut escribía esta frase dura, pero quizá muy real: «Esos cristianos ignoran quién es Jesús y están condenados por su misma religión a no descubrirlo jamás».


José Antonio Pagola

https://www.gruposdejesus.com/21-tiempo-ordinario-a-mateo-1613-20-2/


jueves, 17 de agosto de 2023

Pedir con fe

20 Tiempo ordinario – A (Mateo 15,21-28)
Evangelio del 20 / Ago / 2023
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-08-20

La oración de petición ha sido objeto de una fuerte crítica a lo largo de estos años. El hombre ilustrado de la época moderna no acierta a ponerse en actitud de súplica ante Dios, pues sabe que Dios no va a alterar el curso natural de los acontecimientos para atender sus deseos.


La naturaleza es «una máquina» que funciona según unas leyes naturales, y el hombre es el único ser que puede actuar y transformar, solo en parte, el mundo y la historia con su intervención.


Entonces la oración de petición queda arrinconada para cultivar otras formas de oración como la alabanza, la acción de gracias o la adoración, que se pueden armonizar mejor con el pensamiento moderno.


Otras veces la súplica de la criatura a su Creador queda sustituida por la meditación o la inmersión del alma en Dios, misterio último de la existencia y fuente de toda vida.


Sin embargo, la oración de súplica, tan controvertida por sus posibles malentendidos, es decisiva para expresar y vivir desde la fe nuestra dependencia creatural ante Dios.


No es extraño que el mismo Jesús alabe la fe grande de una mujer sencilla que sabe suplicar de manera insistente su ayuda. A Dios se le puede invocar desde cualquier situación. Desde la felicidad y desde la adversidad; desde el bienestar y desde el sufrimiento.


El hombre o la mujer que eleva a Dios su petición no se dirige a un Ser apático o indiferente al sufrimiento de sus criaturas, sino a un Dios que puede salir de su ocultamiento y manifestar su cercanía a los que le suplican.


Pues de eso se trata. No de utilizar a Dios para conseguir nuestros objetivos, sino de buscar y pedir la cercanía de Dios en aquella situación. Y la experiencia de la cercanía de Dios no depende primariamente de que se cumplan nuestros deseos.


El creyente puede experimentar de muchas maneras la cercanía de Dios, independientemente de cómo se resuelva nuestro problema. Recordemos la sabia advertencia de san Agustín: «Dios escucha tu llamada si le buscas a él. No te escucha si, a través de él, buscas otra cosa».

No es este el tiempo del cumplimiento definitivo. El mal no está vencido de manera total. El orante experimenta la contradicción entre la desgracia que padece y la salvación definitiva prometida por Dios. Por eso toda súplica y petición concreta a Dios queda siempre envuelta en esa gran súplica que nos enseñó el mismo Jesús: «Venga a nosotros tu reino», el reino de la salvación y de la vida definitiva.


José Antonio Pagola

https://www.gruposdejesus.com/20-tiempo-ordinario-a-mateo-1521-28-2/

jueves, 10 de agosto de 2023

Antes de hundirnos

19 Tiempo ordinario – A (Mateo 14,22-33)
Evangelio del 13 / Ago / 2023
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-08-13

Es sorprendente la actualidad que cobra en estos tiempos de crisis religiosa el relato de la tempestad en el lago de Galilea. Mateo describe con rasgos certeros la situación: los discípulos de Jesús se encuentran solos, «lejos de tierra firme», en medio de la inseguridad del mar; la barca está «sacudida por las olas», desbordada por fuerzas adversas; «el viento es contrario», todo se vuelve en contra; es «noche cerrada», las tinieblas impiden ver el horizonte.

Así viven no pocos creyentes el momento actual. No hay seguridad ni certezas religiosas; todo se ha vuelto oscuro y dudoso. La religión está sometida a toda clase de acusaciones y sospechas. Se habla del cristianismo como una «religión terminal» que pertenece al pasado; se dice que estamos entrando en una «era poscristiana» (E. Poulat). En algunos nace el interrogante: ¿no será la religión un sueño irreal, un mito ingenuo llamado a desaparecer?. Este es el grito de los discípulos al atisbar a Jesús en medio de la tempestad: «Es un fantasma».

La reacción de Jesús es inmediata: «Ánimo, soy yo, no tengáis miedo». Animado por estas palabras, Pedro hace a Jesús una petición inaudita: «Señor, si eres tú, mándame ir a ti andando sobre el agua». No sabe si Jesús es un fantasma o alguien real, pero quiere comprobar que se puede caminar hacia él andando, no sobre tierra firme, sino sobre el agua, no apoyándose en argumentos seguros, sino en la debilidad de la fe.

Así vive el creyente su adhesión a Cristo en momentos de crisis y oscuridad. No sabemos si Cristo es un fantasma o alguien vivo y real, resucitado por el Padre para nuestra salvación. No tenemos argumentos científicos para comprobarlo, pero sabemos por experiencia que se puede caminar por la vida sostenidos por la fe en él y en su palabra.

No es fácil vivir de esta fe desnuda. El relato evangélico nos dice que Pedro «sintió la fuerza del viento», «le entró miedo» y «empezó a hundirse». Es un proceso muy conocido: fijarnos solo en la fuerza del mal, dejarnos paralizar por el miedo y hundirnos en la desesperanza.

Pedro reacciona y, antes de hundirse del todo, grita: «Señor, sálvame». La fe es muchas veces un grito, una invocación, una llamada a Dios: «Señor, sálvame». Sin saber ni cómo ni por qué, es posible entonces percibir a Cristo como una mano tendida que sostiene nuestra fe y nos salva, al tiempo que nos dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudas?».

José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/19-tiempo-ordinario-a-mateo-1422-33-2/

jueves, 3 de agosto de 2023

Dadles vosotros de comer

18 Tiempo ordinario – A (Mateo 14,13-21)
Evangelio del 6 / Ago / 2023
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-08-06

El evangelista Mateo no se preocupa de los detalles del relato. Solo le interesa enmarcar la escena presentando a Jesús en medio de la «gente» en actitud de «compasión». Lo hace también en otras ocasiones. Esta compasión está en el origen de toda su actuación.

Jesús no vive de espaldas a la gente, encerrado en sus ocupaciones religiosas e indiferente al dolor de aquel pueblo. «Ve el gentío, le da lástima y cura a los enfermo. Su experiencia de Dios le hace vivir aliviando el sufrimiento y saciando el hambre de aquellas pobres gentes. Así ha de vivir la Iglesia que quiera hacer presente a Jesús en el mundo de hoy.

El tiempo pasa y Jesús sigue ocupado en curar. Los discípulos le interrumpen con una propuesta: «Es muy tarde; lo mejor es “despedir” a aquella gente y que cada uno se “compre” algo de comer». No han aprendido nada de Jesús. Se desentienden de los hambrientos y los abandonan a su suerte: que se «compren comida». ¿Qué harán quienes no puedan comprar?.

Jesús les replica con una orden tajante, que los cristianos satisfechos de los países ricos no queremos ni escuchar: «Dadles vosotros de comer». Frente al «comprar», Jesús propone el «dar de comer». No lo puede decir de manera más clara. Él vive gritando al Padre: «Danos hoy nuestro pan de cada día». Dios quiere que todos sus hijos e hijas tengan pan, también quienes no lo pueden comprar.

Los discípulos siguen escépticos. Entre la gente solo se encuentran cinco panes y dos peces. Para Jesús es suficiente: si compartimos lo poco que tenemos, se puede saciar el hambre de todos; incluso pueden «sobrar» doce cestos de pan. Esta es su alternativa: una sociedad más humana, capaz de compartir su pan con los hambrientos, tendrá recursos suficientes para todos.

En un mundo donde mueren de hambre millones de personas, los cristianos solo podemos vivir avergonzados. Europa no tiene alma cristiana y «despide» como delincuentes a quienes vienen buscando pan. Y, mientras tanto, ¿quiénes son en la Iglesia los que caminan en la dirección marcada por Jesús?. Por desgracia, la mayoría vivimos sordos a su llamada, distraídos por nuestros intereses, discusiones, doctrinas y celebraciones. ¿Por qué nos llamamos seguidores de Jesús?.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/18-tiempo-ordinario-a-mateo-1413-21-2/

jueves, 27 de julio de 2023

Un tesoro escondido

17 Tiempo ordinario – A (Mateo 13,44-52)
Evangelio del 30 / Jul / 2023
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-07-30

No todos se entusiasmaban con el proyecto de Jesús. En bastantes surgían no pocas dudas e interrogantes. ¿Era razonable seguirle?. ¿No era una locura?. Son las preguntas de aquellos galileos y de todos los que se encuentran con Jesús en un nivel un poco profundo.

Jesús contó dos pequeñas parábolas para «seducir» a quienes permanecían indiferentes. Quería sembrar, en todos, un interrogante decisivo: ¿no habrá en la vida un «secreto» que todavía no hemos descubierto?.

Todos entendieron la parábola de aquel labrador pobre que, mientras cavaba en una tierra que no era suya, encontró un tesoro escondido en alguna tinaja. No se lo pensó dos veces. Era la ocasión de su vida. No la podía desaprovechar. Vendió todo lo que tenía y, lleno de alegría, se hizo con el tesoro.

Lo mismo hizo un rico comerciante de perlas cuando descubrió una de valor incalculable. Nunca había visto algo semejante. Vendió todo lo que poseía y se hizo con la perla.

Las palabras de Jesús eran seductoras. ¿Será Dios así?. ¿Será esto encontrarse con él?. ¿Descubrir un «tesoro» más bello y atractivo, más sólido y verdadero que todo lo que nosotros estamos viviendo y disfrutando?. 

Jesús está comunicando su experiencia de Dios: lo que ha transformado por entero su vida. ¿Tendrá razón?. ¿Será esto seguirle?. ¿Encontrar lo esencial, tener la inmensa fortuna de hallar lo que el ser humano está anhelando desde siempre?.

Entre nosotros, mucha gente está abandonando la religión sin haber saboreado a Dios. Les entiendo. Yo haría lo mismo. Si una persona no ha descubierto un poco la experiencia de Dios que vivía Jesús, la religión es un aburrimiento. No merece la pena.

Lo triste es encontrar a tantos cristianos cuyas vidas no están marcadas por la alegría, el asombro o la sorpresa de Dios. No lo han estado nunca. Viven encerrados en su religión, sin haber encontrado ningún «tesoro». Entre los seguidores de Jesús, cuidar la vida interior no es una cosa más. Es imprescindible para vivir abiertos a la sorpresa de Dios.


José Antonio Pagola

https://www.gruposdejesus.com/17-tiempo-ordinario-a-mateo-1344-52-2/

jueves, 20 de julio de 2023

La fuerza transformadora de la levadura

16 Tiempo ordinario – A (Mateo 13,24-43)
Evangelio del 23 / Jul / 2023
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-07-23

Jesús lo repetía una y otra vez: ya está aquí Dios tratando de trasformar el mundo; su reinado está llegando. No era fácil creerle. La gente esperaba algo más espectacular: ¿dónde podían captar el poder de Dios imponiendo por fin su reinado?.

Todavía recordaba Jesús una escena que había podido contemplar desde niño en el patio de su casa. Su madre y las demás mujeres se levantaban temprano, la víspera del sábado, a elaborar el pan para toda la semana. A Jesús le sugería ahora la actuación maternal de Dios introduciendo su «levadura» en el mundo.

Con el reino de Dios sucede como con la «levadura» que una mujer «esconde» en la masa de harina para que «todo» quede fermentado. Así actúa Dios. No viene a imponer desde fuera su poder, como el emperador de Roma. Viene a trasformar la vida desde dentro, de manera callada y oculta.

Así es Dios: no se impone, sino que trasforma; no domina, sino que atrae. Y así han de actuar quienes colaboran en su proyecto: como «levadura» que introduce en el mundo su verdad, su justicia y su amor de manera humilde, pero con fuerza trasformadora.

Los seguidores de Jesús no podemos presentarnos en esta sociedad como «desde fuera», tratando de imponernos para dominar y controlar a quienes no piensan como nosotros. No es esa la forma de abrir camino al reino de Dios. Hemos de vivir «dentro» de la sociedad, compartiendo las incertidumbres, crisis y contradicciones del mundo actual, y aportando nuestra vida trasformada por el evangelio.

Hemos de aprender a vivir nuestra fe «en minoría» como testigos fieles de Jesús. Lo que necesita la Iglesia no es más poder social o político, sino más humildad para dejarse trasformar por Jesús y poder ser fermento de un mundo más humano.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/16-tiempo-ordinario-a-mateo-1324-43-2/

viernes, 14 de julio de 2023

¡Pobre política!

No sigo mucho el "juego" político de nuestros políticos pues cada vez estoy más desencantado viendo cómo prostituyen algo tan noble, tan gran servicio a la sociedad como es la POLÍTICA, y la convierten en un simple circo donde sacan a relucir sus banderas, sus soflamas partidistas, sus burlas, insultos, ironías y desprecios hacia todo aquél que ose expresar una opinión diferente a la suya,... haciendo de todo excepto SERVIR al país entero o dar la mano al menos a quienes peor lo están pasando.

No se les cae la cara de vergüenza ante sus propias actitudes porque "los culpables siempre son los otros". ¿Vieron cómo trataron algunos medios, las redes sociales,... el batacazo que sufrió "la izquierda" en las elecciones municipales y autonómicas?, en esos espacios se lamentaban y hacían mofa del electorado español, tratándolo de ignorante, absurdo, estúpido y demás lindezas; todo menos practicar la autocrítica, admitir algo tan simple como lo siguiente: "ese batacazo no fue un éxito de la derecha sino el resultado de una muy mala gestión hecha por el gobierno más "progresista" que ha habido en este país y que tanto ha traicionado su propio programa electoral; no se sonrojan del despilfarro en abrir nuevos ministerios que no han demostrado la eficiencia que se esperaba de ellos, asesores de todo tipo, dietas que no necesitan, sueldos exorbitados,... mientras crecía la pobreza infantil, el trabajo seguía precarizándose, los autónomos sufriendo lo indecible,...etc... ¿para qué seguir?.

Me decía un amigo hace unos años cuando aún uno se podía fiar de los discursos políticos: "¿Sabes qué es lo trágico amigo mío?, pues que ya no sabes qué hacer ni qué pensar, porque ¿qué diferencias hay ya entre la izquierda o la derecha?, pues... ¡ninguna!, bueno sí, una muy clara: a los de derechas les ves venir ya, te dicen a la cara lo que van a hacer y si ganan van y lo hacen, tal cual; pero los de izquierda te dicen maravillas, parece que te están leyendo la Carta Universal de los Derechos Humanos pero cuando llegan al poder te hacen lo mismo que las derechas o peor, te clavan la puñalada por la espalda mientras se llenan sus bolsillos y... ahí te quedas". No quisiera pensar como este amigo pero hoy el panorama es aún peor que entonces.

Pero dentro de este esceneario, que ya  parece lo habitual en este país y con visos de querer convertirlo en una de sus señas de identidad, uno ve y mira, oye y escucha cosas que muestran esperanza en que "otro discurso político es posible" y no sólo esposible, es NECESARIO y urgente ya visto lo que han hecho y siguen haciendo PP, PSOE, SUMAR (recién incorporado al circo que acoge a unos de UNIDAS-PODEMOS y a otros los excluye "porque no son rentables electoralmente hablando"), PODEMOS, VOX y los independentistas (que parece ser son las únicas voces que tienen el derecho de dar su opinión a través de los M.C.S.) porque habiendo más de 60 formaciones políticas en las próximas Elecciones Generales sin embargo sólo nos hablan de esas 6 opciones.

Aquí les dejo parte de su argumentación:

¿Qué hay en juego en estas elecciones?.

Según repiten insistentemente políticos, comunicadores, influencers, … del ámbito de la izquierda, nos acecha el peligro de un gobierno del PP con la extrema derecha, que arremeterá contra todas las conquistas y avances de los últimos años, riesgo que, además según las encuestas, parece inminente. Ante tamaño órdago, nos dicen, lo único sensato es concentrar el voto en SUMAR. Aunque sea tapándote la nariz, no hay que romper el frente para detener a los orcos.

Las provocaciones de estos días con la repugnante negación de la violencia machista o amenazas a los derechos LGTBI, alimentan la corriente.

Pero en medio de tanto ruido, hemos de hacernos algunas preguntas, no sea que, como el toro, seguir el capote, sea una estrategia para clavarnos más las banderillas:

Primera pregunta:

¿Seguro que el probable triunfo electoral del PP y la conformación de un gobierno con la extrema derecha es la principal amenaza que tenemos?.

La inflación, la subida de precios y nuestra pérdida de poder adquisitivo ¿la provoca la extrema derecha?.

¿Son los energúmenos de Vox los que están desorbitando el precio de las hipotecas?

Segunda pregunta:

¿Quiénes han salido beneficiados durante la gestión del gobierno de coalición?.

¿Son los ricos menos ricos?. ¿Vivimos en una sociedad menos desigual?. Hablando con propiedad, ¿qué clases sociales han avanzado en los últimos años y cuáles han salido perjudicadas?.

Para no ir a rastras de la corriente cual “víctimas necias del engaño propio y ajeno” hemos de contestar a estas preguntas buscando la verdad en los hechos.

Vayamos por partes:

La principal amenaza no es la de un gobierno con la extrema derecha. La realidad es otra. Lo que sufrimos cada día es un ATRACO que no para de crecer.

El dinero que nos dejamos en la cesta de la compra, en el recibo de la luz, en la gasolina, en las hipotecas, … siguen al alza. Lo que de verdad nos pasa es que nuestra cuenta corriente disminuye, y nuestros sueldos y pensiones se encogen a medida que suben los precios.

NO ES INFLACIÓN, ES UN ATRACO DE LOS MONOPOLIOS Y LOS BANCOS. Y aunque nos repitan el mantra de que “viene la derecha”, y por detestables que resulten sus provocaciones, lo que nos jugamos el 23 de julio es si avanza el atraco de la inflación, si bancos, monopolios y capital extranjero van a seguir acumulando cada vez más beneficios, o si se ataja la crisis redistribuyendo la Riqueza.

Porque hay que sacar bien las cuentas.

La realidad es que durante el gobierno de coalición el saqueo contra el 90% no se ha detenido, sino que ha seguido avanzando. Mientras bancos y monopolios han multiplicado sus ganancias.

Para ampliar, profundizar y explicar con detalle esta realidad además de atender a lo que RECORTES 0, por ejemplo, nos plantea al respecto como ALTERNATIVAS a esta realidad les invitamos a pinchar en los siguientes enlaces y descubir otras perspectivas que van mucho más directas al fondo de nuestros graves problemas:

CONCLUSIONES PERSONALES.

  1. Obviamente simpatizo más por esta plataforma electoral (RECORTES 0) que con cualquier otra (no simpatizo con ninguna de las que actualmente componen el arco parlamentario, eso también) y tíldeme quien quiera de lo que quiera,… ya a estas alturas eso ni me inmuta.
  2. Iniciaba este artículo lamentándome del mal trato que nuestra clase política hace de su propia “vocación” (lo pongo entre comillas porque dudo claramente ya de que estén ahí por vocación, especialmente ésos que prometían unas cosas hace unos años y en cuanto tomaron su poltrona les entró una terrible amnesia) y en cómo en vez de centrar los discursos y debates políticos en lo que de verdad le importa a la ciudadanía se limitan a echarse las culpas unos a otros de todos los males (aún siguen, por supuesto, culpando a Franco y a la IIª República ¡mira que tiene cuerda la cosa!) pero no dicen ni “mu” de las causas reales de estos males de los que todos nos quejamos.
  3. Hay quien piensa incluso que “el voto es la clave fundamental para que un país tome una dirección u otra” pero uno se pregunta: ¿de qué sirve un voto, sea el que sea, si las opciones son sólo lo que esta partidocracia y sus M.C.S. nos quiere mostrar?, ¿de qué sirve ese voto si resulta que nos limitamos sólo a eso y no nos implicamos en las AA.VV., plataformas sociopolíticas donde profundicemos en las cuestiones que a todos nos afectan, planteando propuestas, I.L.P.s, etc… que hagan crecer y madurar la conciencia política en el país?; por eso afirmé y afirmo que “el voto no es ni de lejos lo más importante”, es sólo la consecuencia madura de un proceso en el que demostramos que amamos nuestro país, que buscamos el Bien Común y que las siglas partidistas lejos de dividirnos y enfrentarnos deben servirnos para confrontarnos creativamente y llevarnos a la reflexión, presentar propuestas, debatir, consensuar y apostar por lo que nos une a todos o al menos a la gran mayoría… todo siempre dentro del “RESPETO” de unos a otros sin “jarabes democráticos” ni ninguno de esos inventos de algunos que tanta crispación y  daño han causado en estos últimos años.
Saludos.

miércoles, 12 de julio de 2023

Aprender a sembrar como Jesús

15 Tiempo ordinario – A (Mateo 13,1-23)
Evangelio del 16 / Jul / 2023
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-07-16

No fue fácil para Jesús llevar adelante su proyecto. Enseguida se encontró con la crítica y el rechazo. Su palabra no tenía la acogida que cabía esperar. Entre sus seguidores más cercanos empezaba a despertarse el desaliento y la desconfianza. ¿Merecía la pena seguir trabajando junto a Jesús?. ¿No era todo aquello una utopía imposible?.

Jesús les dijo lo que pensaba. Les contó la parábola de un sembrador para hacerles ver el realismo con que trabajaba y la fe inquebrantable que le animaba. Las dos cosas. Hay, ciertamente, un trabajo infructuoso que se puede echar a perder, pero el proyecto final de Dios no fracasará. No hay que ceder al desaliento. Hay que seguir sembrando. Al final habrá cosecha abundante.

Los que le escuchaban la parábola sabían que estaba hablando de sí mismo. Así era Jesús. Sembraba su palabra en cualquier parte donde veía alguna esperanza de que pudiera germinar. Sembraba gestos de bondad y misericordia hasta en los ambientes más insospechados: entre gentes muy alejadas de la religión.

Jesús sembraba con el realismo y la confianza de un labrador de Galilea. Todos sabían que la siembra se echaría a perder en más de un lugar en aquellas tierras tan desiguales. Pero eso no desalentaba a nadie: ningún labrador dejaba por ello de sembrar. Lo importante era la cosecha final. Algo semejante ocurre con el reino de Dios. No faltan obstáculos y resistencias, pero la fuerza de Dios dará su fruto. Sería absurdo dejar de sembrar.

En la Iglesia de Jesús no necesitamos cosechadores. Lo nuestro no es cosechar éxitos, conquistar la calle, dominar la sociedad, llenar las iglesias, imponer nuestra fe religiosa. Lo que nos hace falta son sembradores. Seguidores y seguidoras de Jesús que siembren por donde pasan palabras de esperanza y gestos de compasión.

Esta es la conversión que hemos de promover hoy entre nosotros: ir pasando de la obsesión por «cosechar» a la paciente labor de «sembrar». Jesús nos dejó en herencia la parábola del sembrador, no la del cosechador.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/15-tiempo-ordinario-a-mateo-131-23-2/

jueves, 6 de julio de 2023

Dios se revela a los sencillos

14 Tiempo ordinario – A (Mateo 11,25-30)
Evangelio del 9 / Jul / 2023
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-07-09

Un día, Jesús sorprendió a todos dando gracias a Dios por su éxito con la gente sencilla de Galilea y por su fracaso entre los maestros de la ley, escribas y sacerdotes. «Te doy gracias, Padre… porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla». A Jesús se le ve contento. «Sí, Padre, así te ha parecido mejor». Esa es la manera que tiene Dios de revelar sus «cosas».

La gente sencilla e ignorante, los que no tienen acceso a grandes conocimientos, los que no cuentan en la religión del templo, se están abriendo a Dios con corazón limpio. Están dispuestos a dejarse enseñar por Jesús. El Padre les está revelando su amor a través de él. Entienden a Jesús como nadie.

Sin embargo, los «sabios y entendidos» no entienden nada. Tienen su propia visión docta de Dios y de la religión. Creen saberlo todo. No aprenden nada nuevo de Jesús. Su visión cerrada y su corazón endurecido les impiden abrirse a la revelación del Padre a través de su Hijo.

Jesús termina su oración, pero sigue pensando en la «gente sencilla». Viven oprimidos por los poderosos y no encuentran alivio en la religión del templo. Su vida es dura, y la doctrina que les ofrecen los «entendidos» la hacen todavía más dura y difícil. Jesús les hace tres llamadas.

«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados». Es la primera llamada. Está dirigida a todos los que sienten la religión como un peso y a los que viven agobiados por normas y doctrinas que les impiden captar la alegría de la salvación. Si se encuentran vitalmente con Jesús, experimentarán un alivio inmediato: «Yo os aliviaré».

«Cargad con mi yugo… porque es llevadero y mi carga, ligera». Es la segunda llamada. Hay que cambiar de yugo. Abandonar el de los «sabios y entendidos», pues no es ligero, y cargar con el de Jesús, que hace la vida más llevadera. No porque Jesús exija menos. Exige más, pero de otra manera. Exige lo esencial: el amor que libera y hace vivir.

«Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón». Es la tercera llamada. Hay que aprender a cumplir la ley y vivir la religión con su espíritu. Jesús no «complica» la vida, la hace más simple y humilde. No oprime, ayuda a vivir de manera más digna y humana. Es un «descanso» encontrarse con él.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/14-tiempo-ordinario-a-mateo-1125-30-2/

jueves, 29 de junio de 2023

El peligro de un cristianismo sin cruz

13 Tiempo ordinario – A (Mateo 10,37-42)
Evangelio del 02 / Jul / 2023
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-07-02

Uno de los mayores riesgos del cristianismo actual es ir pasando poco a poco de la «religión de la cruz» a una «religión del bienestar». Hace unos años tomé nota de unas palabras de Reinhold Niebuhr, que me hicieron pensar mucho. Hablaba el teólogo norteamericano del peligro de una «religión sin aguijón» que terminara predicando «un Dios sin cólera que conduce a unos hombres sin pecado hacia un reino sin juicio por medio de un Cristo sin cruz». El peligro es real y hemos de evitarlo.

Insistir en el amor incondicional de un Dios Amigo no ha de significar nunca fabricarnos un Dios a nuestra conveniencia, el Dios permisivo que legitime una «religión burguesa» (Johann Baptist Metz). Ser cristiano no es buscar el Dios que me conviene y me dice «sí» a todo, sino encontrarme con el Dios que, precisamente por ser Amigo, despierta mi responsabilidad y, por eso mismo, más de una vez me hace sufrir, gritar y callar.

Descubrir el evangelio como fuente de vida y estímulo de crecimiento sano no significa vivir «inmunizado» frente al sufrimiento. El evangelio no es un tranquilizante para una vida organizada al servicio de nuestros fantasmas de placer y bienestar. Cristo hace gozar y hace sufrir, consuela e inquieta, apoya y contradice. Solo así es camino, verdad y vida.

Creer en un Dios Salvador que, ya desde ahora y sin esperar al más allá, busca liberarnos de lo que nos hace daño no ha de llevarnos a entender la fe cristiana como una religión de uso privado al servicio exclusivo de nuestros problemas y sufrimientos. El Dios de Jesucristo nos pone siempre mirando al que sufre. El evangelio no centra a la persona en su propio sufrimiento, sino en el de los otros. Solo así se vive la fe como experiencia de salvación.

En la fe como en el amor todo suele andar muy mezclado: la entrega confiada y el deseo de posesión, la generosidad y el egoísmo. Por eso no hemos de borrar del evangelio esas palabras de Jesús que, por duras que parezcan, nos ponen ante la verdad de nuestra fe: «El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará».


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/13-tiempo-ordinario-a-mateo-1037-42-2/

jueves, 22 de junio de 2023

Aprender a confiar en Dios

12 Tiempo ordinario – A (Mateo 10,26-33)
Evangelio del 25 / Jun / 2023
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2023-06-25

Estoy convencido de que la experiencia de Dios, tal como la ofrece y comunica Jesús, infunde siempre una paz inconfundible en nuestro corazón, lleno de inquietudes, miedos e inseguridades. Esta paz es casi siempre el mejor signo de que hemos escuchado desde el fondo de nuestro ser su llamada: «No tengáis miedo, no hay comparación entre vosotros y los gorriones». ¿Cómo acercarnos a ese Dios?.

Tal vez, lo primero es detenernos a experimentar a Dios solo como amor. Todo lo que nace de él es amor. De él solo nos llega vida, paz y bien. Yo me puedo apartar de él y olvidar su amor, pero él no cambia. El cambio se produce solo en mí. Él nunca deja de amarme.

Hay algo todavía más conmovedor. Dios me ama incondicionalmente, tal como soy. No tengo que ganarme su amor. No tengo que conquistar su corazón. No tengo que cambiar ni ser mejor para ser amado por él. Más bien, sabiendo que me ama así, puedo cambiar, crecer y ser bueno.

Ahora puedo pensar en mi vida: ¿qué me pide Dios?, ¿qué espera de mí?. Solo que aprenda a amar. No sé en qué circunstancias me puedo encontrar y qué decisiones tendré que tomar, pero Dios solo espera de mí que ame a las personas y busque su bien, que me ame a mí mismo y me trate bien, que ame la vida y me esfuerce por hacerla más digna y humana para todos. Que sea sensible al amor.

Hay algo que no he de olvidar. Nunca estaré solo. Todos «vivimos, nos movemos y existimos» en Dios. Él será siempre esa presencia comprensiva y exigente que necesito, esa mano fuerte que me sostendrá en la debilidad, esa luz que me guiará por sus caminos. Él me invitará siempre a caminar diciendo «sí» a la vida. Un día, cuando termine mi peregrinación por este mundo, conoceré junto a Dios la paz y el descanso, la vida y la libertad.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/12-tiempo-ordinario-a-mateo-1026-33-2/