jueves, 24 de febrero de 2022

Árboles sanos

8 Tiempo ordinario – C (Lucas 6,39-45)
Evangelio del 27 / Feb / 2022
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2022-02-27

La advertencia de Jesús es fácil de entender. «No hay árbol sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se conoce por su fruto. No se cosechan higos en las zarzas ni se vendimian racimos en los espinos».

jueves, 17 de febrero de 2022

¿Qué es perdonar?

7 Tiempo ordinario – C (Lucas 6,27-38)
Evangelio del 20 / Feb / 2022
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2022-02-20

El mensaje de Jesús es claro y rotundo: «Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian». ¿Es posible vivir en esta actitud?. ¿Qué se nos está pidiendo?. ¿Podemos amar al enemigo?. Tal vez hemos de comenzar por conocer mejor lo que significa «perdonar».

Es importante, en primer lugar, entender y aceptar los sentimientos de ira, rebelión o agresividad que nacen en nosotros. Es normal. Estamos heridos. Para no hacernos todavía más daño necesitamos recuperar en lo posible la paz interior que nos ayude a reaccionar de manera sana.

jueves, 10 de febrero de 2022

Felicidad amenazada

6 Tiempo ordinario – C (Lucas 6,17.20-26)
Evangelio del 13 / Feb / 2022
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2022-02-13

Occidente no ha querido creer en el amor como fuente de vida y felicidad para el hombre y la sociedad. Las bienaventuranzas de Jesús siguen siendo un lenguaje ininteligible e increíble, incluso para los que nos llamamos cristianos.

Nosotros hemos puesto la felicidad en otras cosas. Hemos llegado incluso a confundir la felicidad con el bienestar.

jueves, 3 de febrero de 2022

¿Una moral sin pecado?

5 Tiempo ordinario – C (Lucas 5,1-11)
Evangelio del 06 / Feb / 2022
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2022-02-06

Se dice a menudo que ha desaparecido la conciencia de pecado. No es del todo cierto. Lo que sucede es que la crisis de fe ha traído consigo una manera diferente, no siempre más sana, de enfrentarse a la propia culpabilidad. De hecho, al prescindir de Dios, no pocos viven la culpa de modo más confuso y solitario.