domingo, 30 de diciembre de 2018

Gaspar vive


En el 40 aniversario de su martirio:
Autor: Benjamín Forcano

Radio Sandino: 11 de Diciembre de 1978:
“Hermanos: les quiero comunicar una noticia dolorosa: el comandante ´Martín´ Gaspar García Laviana , el cura sandinista, cayó en combate hace unas pocas horas. Sin embargo, no es el momento de llorarlo. Hoy, más que nunca, tenemos que seguir el ejemplo heroico de nuestros mártires. ¡Adelante compañeros”.

No hay mayor prueba de amor que dar la vida por los demás.”Era el mismo Evangelio que ardía en sus manos más que el fusil inhóspito” (P. Casaldáliga).

GASPAR GARCIA LAVIANA, misionero del Sagrado Corazón, sacerdote a los 25 años, se ofrece voluntario para ir a Nicaragua. Llega a esta su nueva patria adoptiva decidido a vivir en medio del pueblo, como hermano y servidor de todos.

Día a día, en la población de Tola, ve cómo se le va metiendo en el alma la marginación, la explotación y la pobreza existente: Campesinos que eran maltratados y expoliados de lo poco que tenían, la corrupción ocupaba todos los altos estratos de la sociedad nicaragüense; pensar se había convertido casi en pecado; y Nicaragua seguía siendo una propiedad de Somoza. La injusticia social era evidente. Y la falta de libertad también ”.
El cura Gaspar no venía para ver aquella situación y callarse resignado. El púlpito comenzó a ser su lugar de denuncia, donde ponía al descubierto todos los males. Fiel a su responsabilidad, no iba a parar hasta concientizar religiosa y socialmente a todos los que de él dependían.

Este cura se salía de lo normal, es decir, no se contentaba con asegurar el cumplimiento de unas prácticas religiosas, Misa y otros Sacramentos, sino que consideraba inherente a su ministerio confrontar la vida pública con el Evangelio y obrar en consecuencia.
Confieso que, al ocuparme de la vida de Gaspar, veo confluir en él una serie de cuestiones, que han removido profundamente el sentir y caminar de la Iglesia en estos últimos 50 años. Gaspar ha sido, con otros, pionero, testigo y reivindicador de la valía original del Evangelio de Jesús, por mucho tiempo encubierta, pervertida y manipulada.
Si conocemos un poco la vida de Gaspar, no nos extrañará que hubiera gente que, al conocer su opción guerrillera, lo tildasen de traidor a su misión sacerdotal. ¿Cómo un sacerdote, que por vocación predica la verdad, la no violencia y la paz, puede apuntarse a la lucha armada?.
Antes de llegar a esa opción, él era ya objeto de investigación como cura peligroso, sospechoso de subvertir los intereses de los que dominaban. Y sufrió varios atentados. El mismo Somoza llegó a decir: “Menuda faena le haría yo a Franco si le mandase algunos curas como éste”.

La noticia de su muerte, se comentó en todas partes. El pueblo nicaragüense, único protagonista de la revolución, unánimente sintió su muerte, la lloró y la aprobó como heroica y entendió su vida , como símbolo y modelo a imitar.
Este cura, llamado Gaspar, comenzó haciendo la revolución con su trabajo apostólico y pastoral; pero al dar sus primeros pasos en el Frente Sandinista hubo de adoptar el pseudónimo primero de ÁNGEL; preparado y perteneciendo ya al Frente Sandinista hubo de adoptar el segundo pseudónimo de MIGUEL; y ya como guerrillero, nombrado comandante de los “rebeldes sandinistas”, adoptó el tercer pseudónimo de MARTÏN.

Pienso oportuno añadir unas reflexiones que nos ayuden a dibujar un poco lo que de nuevo y válido hay para todos en la vida del Padre Gaspar.
1. El Padre GASPAR se movía en su ministerio sacerdotal desde la premisa de que el cristianismo ha sido utilizado muchas veces como ideología legitimante del poder y de la represión. Y, en ese sentido, es opio del pueblo. Pero, el cristianismo , y de ello estaba muy convencido Gaspar, es un proyecto de igualdad y libertad que subvierte todo intento de discriminación y explotación.
2. Por el contrario, la inconciabilidad histórica del cristianismo con el socialismo, ha quedado invalidada, pues en el campo real de la lucha, cristianos y marxistas han caminado convergentes: ni la fe ha resultado ser opio del pueblo ni el socialismo profesión de ateismo. La misma revolución sandinista ha sido un buen ejemplo de ello.
Muchos textos del Padre Gaspar avalan estas palabras del Che Guevara: Los cristianos deben optar definitivamente por la revolución y muy especialmente en nuestro continente, donde es tan importante la fe cristiana en las masas populares… Cuando los cristianos se atrevan a dar un testimonio revolucionario integral, la revolución latinoamericana será invencible”.
3. La teología actual, y de un modo especial, la teología de la liberación, muestra ser herética la alianza del cristianismo con el capitalismo, en tanto que la alianza con el socialismo es conciliable.
  1. -Una y otro abogan por una convivencia donde la explotación sea imposible y la igualdad y libertad alcancen a todos.
  2. -Esta convivencia es una meta utópica que el socialismo persigue como un proyecto de Derecho a través del protagonismo, participación, control y beneficio del pueblo y el cristianismo también, pero que adquiere plenitud más allá de la historia. El reino de Dios ya aquí, en la tierra, a cada hora, fraguándose en las luchas de cada día, pero todavía sin llegar a su plenitud.
  3. -En consecuencia, a uno y otro, les resulta connatural la rebeldía e insumisión: no al sistema capitalista, no a sus valores, no a sus intentos de dominación, no a sus privilegios y desigualdades, no al egoísmo y la competencia, no a la ley del más fuerte.
  4. -El itinerario de esta rebeldía supone contactos con los oprimidos, compadecimiento de su suerte, protesta , análisis de las causas de la injusticia, organización de fuerzas liberadoras y, sobre todo, amor. El amor lleva al Padre Gaspar a considerar la vida del prójimo tan valiosa como la suya, a estimarlas por encima del oro de todo el mundo y a no mancharlas con la injusticia, el egoísmo, la mentira.

Pero hacer realidad esta utopía resulta irreconciliable con los que detentan el poder y la opresión. Pero el cristiano , que alimenta su fe en Dios que es Amor, Justicia y Libertad , sabe que es esa la única manera de considerarse nacido de Dios y de conocerle. Y le resulta verdad también lo de que no hay justicia sin amor al otro, al más pobre –individuo o pueblo-, ni hay amor sin justicia.: Si alguien dice amar a Dios , a quien no ve, y aborrece al prójimo a quien ve, ese tal es un mentiroso.
Y el amor a uno mismo es inseparable del amor prójimo; y el amor a Dios es inseparable del prójimo: Cuanto hicisteis con uno de estos hermanos míos más pequeños, conmigo lo hicisteis.
En este sentido, los enemigos del cristiano no son los ateos, pero que creen en el hombre y practican la justicia, sino aquellos –creyentes o no – que son idólatras, que han hecho del poder, del dinero, del éxito, de la propiedad privada, de los monopolios, de la ley del más fuerte un dios. Estos son los poderes contra los que unos y otros tienen que luchar, denunciando su presencia muchas veces diabólica bajo instituciones y organizaciones de honorabilidad internacional.
Al cristiano no le interesa una revolución fuera de la historia, es ahora, en el tiempo y en la tierra, donde se construye el reino de Dios, codo con codo con todos aquellos que luchan poir la dignidad , los derechos y la liberación del hombre.
4. Finalmente, el amor liberador supone oposición de quienes se sienten constreñidos a dejar de oprimir. Oposición sobre todo de una minoría que domina desde el privilegio, la discriminación y el monopolio, y hacen que todo eso se haga estructural en los más diversos campos de la economía, del derecho y de la cultura. Estructuras oprimentes y que el revolucionario debe abatir porque son opresivas y merecen el repudio más radical.
Gaspar, hermano mío, le canta poéticamente Casaldáliga, es el mismo Evangelio que te ardía en las manos más que el fusil inhóspito.

No era Gaspar, hombre de armas. Y hasta pensó en marcharse a otro país para poder esquivar la contradicción de su vocación de paz con la lucha armada.
Mucho lo pensó Gaspar, pero en su conciencia llegó a la conclusión de que el amor es irrenunciable en toda lucha, también en la lucha armada.
Y entendió que las arbitrariedades y crueldades de Somoza no tenían solución con sólo palabras y denuncias. Odiaba las estructuras opresoras: Pero el odio así entendido, escribe Giulio Girardi, no entra en contradicción con el amor revolucionario, sino que se inserta coherentemente en su búsqueda de eficacia histórica. El odio hacia las estructuras opresoras es inseparable de la solidaridad con los oprimidos”.

Para el cristiano, según Gaspar, el paradigma de todo nuestro caminar, no único pero sí primordial, es Jesús de Nazaret. Lo resume muy bien Manuel Rodríguez, misionero de la misma congregación que Gaspar, autor del libro GASPAR VIVE:
“Su postura excepcional, hizo que Gaspar tuviera en su vida un único partido y que nadie debe quitarle: la evangelización de los pobres. En ellos comenzó su calvario y en la lucha por ellos terminó su vida. No hubo banderas en él.
Hubo sólo un ideal que le consumió toda su vida y que le obligó a la radicalización que tanto escandaliza a unos , que tan sesgadamente ha sido aprovecha da por otros, y que tanto admira a los más.
Gaspar defendió tan sólo al hombre como tal y como hijo de Dios que es. Y, debido a que el hombre más necesitado era el campesino, a él dedicó todos sus esfuerzos. Trabajó con él y se manchó con él , como hizo Jesucristo con los pecadores y las prostitutas. Lo único que le hace diferente de los demás es que quiso llevar el Evangelio hasta el último extremo, letra a letra. Esa fue su única bandera”.

GASPAR VIVE.

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