sábado, 18 de abril de 2020

Quedate en tu barrio


BUENOS AIRES Sacerdotes de las villas bonaerenses hicieron sobre el trabajo que realizan en la prevención del coronavirus en los barrios, con el lema “Iglesia, hospital de campaña”
17.04.2020 | AICA

El presbítero José María Di Paola, del equipo de sacerdotes de villas y barrios populares, junto con Leonardo Orlando, de la comunidad palotina de San Patricio, del barrio porteño de Villa Urquiza, brindaron detalles sobre el trabajo que realiza la Iglesia en la prevención del coronavirus en las zonas más vulnerables.

“QUEDATE EN TU BARRIO”.
En primer lugar, se refirieron a la consigna “quedate en tu casa”, impulsada por el gobierno para cumplir con el aislamiento social preventivo y obligatorio que rige en el país para evitar el contagio por circulación. En ese sentido, explicaron que luego de la reunión que los sacerdotes de las villas tuvieron con el presidente Alberto Fernández, se adoptó en las villas el lema”.

“QUEDATE EN TU BARRIO”

Esto se debe a que las necesidades en los barrios populares son diferentes a las que pueden existir en la clase media. Por ejemplo, llevarse el trabajo a casa, explicaba el sacerdote. En las villas hay familias numerosas viviendo en lugares muy pequeños y mucha gente que vive su día a día en base a changas o al trabajo diario fuera de la casa.

En ese sentido, se desarrollaron estrategias en los barrios, en conjunto entre el municipio, la Iglesia y demás organizaciones, para extender el espacio de los hogares a los lugares comunes: veredas, pasillos, y evitar así el contagio. Para ello, el grupo de hombres de la parroquia San Juan Bosco, de la que Di Paola es párroco, realizan las tareas de desinfección en la vía pública. Conocidos como “cazafantasmas” por los vecinos de los barrios, diariamente rocían las veredas con agua y lavandina. 

El plato de comida, una demanda que crece.

Entre las tareas que realiza la Iglesia en los barrios, se destaca también la entrega de viandas, que se lleva a cabo en distintos puntos de las villas y de manera creciente. 

Para ello cuentan con la colaboración del ejército, que tiene a su cargo la organización del espacio para que se mantenga la distancia reglamentaria, y la resolución de cualquier inquietud que pueda surgir durante la entrega.

La asistencia con alimentos es fundamental en este tiempo en que la economía se ve tan afectada, sobre todo en los sectores más vulnerables donde viven del trabajo informal.

Desde que comenzó la cuarentena, la entrega de comida se fue incrementando, y actualmente llega a 2.000 platos de comida, aunque anticipan que seguirá creciendo. Durante la mañana se cocina y desde el mediodía comienzan a entregarse viandas. La gente hace las filas y se llevan el plato para comer en sus casas.

Actualmente la entrega de viandas se realiza en la capilla Virgen del Milagro, en la Cárcova; la capilla San Francisco Solano, barrio de Villa Curita; la capilla de Nuestra Señora de Itatí, en barrio 13 de julio. También están abriendo nuevos puntos de entrega de comida en otras villas, como en barrio Necochea, y pronto habrá uno nuevo en la capilla Nuestra Señora de Itatí, de barrio Independencia.

La Iglesia, “hospital de campaña”.

“Por más que se vaya levantando la cuarentena paulatinamente, el trabajo va a seguir”, afirmó el párroco. “Fuimos cambiando todo: no hay clases, no hay catequesis, convertimos la parroquia en esta clave de ser un ‘hospital de campaña’ durante una guerra”.

Además, explicó Leonardo, “se montó un dispositivo para la cuarentena de adultos mayores que necesiten venir a vivir acá, y ya empiezan a venir unos abuelos. La semana pasada un miembro de la parroquia puso a disposición su casa para hacer un hogar para hombres que estaban en situación de pasillo, que hacían changas y si no, no podían comer. Están haciendo una vida diferente, son 6 o 7 y si Dios quiere van a ser más. La idea es mantener la higiene, darles alimento y que no tengan que cartonear”. La idea es que este dispositivo permanezca una vez que pase la pandemia.

A su vez, en la parroquia se organizará un espacio temporario para gente de la tercera edad, con baño, cocina, habitación, para que puedan pasar este tiempo tranquilos, porque a veces viven con niños y gente joven, y aumentan las posibilidades de contagiarse.

“También vamos a abrir otra casa para gente en situación de calle. Y estamos convirtiendo la capilla de la Medalla Milagrosa en una casa de aislamiento para cooperar con el sistema sanitario, que tiene algunas complicaciones”, señaló el sacerdote. “El hospital se presenta como un lugar donde van a trabajar el coronavirus, después tenemos las salitas, y esta casa va a servir para aquellos que necesitan estar aislados”.

“Nosotros no tenemos capillas grandes, salvo el Milagro, las demás capillas son chicas”, detalló, por eso “vamos a tener un container en la Medalla Milagrosa para poder usar como enfermería”. En ese marco, destacó el trabajo continuo del grupo de hombres de la parroquia.
(Aportación de Isabel Major Roda)


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