TESIS 3: En diciembre de 1979 la URSS invade Afganistán rompiendo el reparto del mundo establecido en Yalta después de la IIª Guerra Mundial.
La respuesta del imperialismo yanqui no se hará esperar. Para España supondrá el fin de los consensos para “consolidar la democracia” y la apertura de un periodo presidido por “preparar a España para la guerra” comenzando por culminar el pacto mi litar integrándonos en la OTAN.
· El origen de las convulsiones que desembocarán en le golpe de Estado del 23-F del 81 hay que buscarlo a 6.000 Km fuera de nuestras fronteras, en las remotas montañas de Afganistán.
1.- Con la
invasión de Afganistán en diciembre de 1979 la URSS rompe el reparto
establecido en Yalta y coloca al mundo en una situación prebélica.
En los países dependientes de EEUU se exigirá el total alineamiento en el frente antisoviético y una disciplina férrea. España deberá fijar fecha y hora para su entrada en la OTAN de forma inmediata.
· La invasión soviética de Afganistán supone un desafío abierto y directo a la hegemonía estadounidense.
Desde finales de los sesenta y aprovechando el empantanamiento norteamericano
en Vietnam, la URSS ya venía desplegando una creciente ofensiva estratégica.
Pero Afganistán es un salto cualitativo; Moscú no ha actuado en su área de
dominio reconocida (Hungría, Checoslovaquia, …) o no se ha infiltrado en un lugar del que EEUU ha sido desalojado (Vietnam, Angola…). Los tanques soviéticos
han ocupado un país que quedaba fuera de su área de influencia cuestionando,
por la fuerza de los hechos militares consumados, el statu quo.
· 1979 representa el annus horribilis para la superpotencia norteamericana, el punto álgido de su retroceso.
Julio de 1979: estalla la revolución en Nicaragua, el patio trasero de EEUU. Las columnas del Frente Sandinista de Liberación Nacional entran en Managua y consuman la revolución que derroca la dictadura de los Somoza.Noviembre 1979: triunfa la revolución islámica en Irán, una zona vital para EEUU. 52 norteamericanos fueron tomados como rehenes en la embajada de EEUU durante 444 días. Se abre la crisis de los rehenes que la presidencia Carter no sólo no será capaz de zanjar, sino que se traducirá en un descrédito mundial.
Diciembre 1979: Las tropas soviéticas entran en Afganistán, rompiendo el vigente reparto del mundo.
Ante esta situación, el conjunto de la burguesía norteamericana se
unifica en la necesidad de adoptar una política de mayor firmeza ante la URSS. Carter trata de reconducir su política pero es tarde. La inteligencia
militar organiza el desastroso rescate de los rehenes en Teherán, para hundir a
Carter y asegurar una aplastante victoria de Reagan en 1980.
2.- La línea Reagan tiene un doble objetivo: contener al expansionismo soviético y detener el avance de la lucha de los países y pueblos del mundo.
Para ello va a emprender un profundo rearme militar, político e ideológico que asegure el dominio norteamericano en sus zonas de influencia. Exige a aliados y vasallos un completo encuadramiento en la política de firmeza ante la URSS, cercenando cualquier veleidad neutralista. Y busca arrasar por cualquier medio los movimientos revolucionarios de los países y pueblos del mundo que desafían su dominio.
En el decisivo terreno militar, la línea Reagan buscará desfondar a la URSS en la carrera armamentística. Con el fin de dotar a EEUU de una superioridad militar decisiva, Reagan inicia un colosal plan de rearme, conocido como “ Guerra de las galaxias”, que consiste en erigir una red de satélites militares con capacidad para destruir cualquier ataque masivo con misiles nucleares sobre EEUU. Al mismo tiempo aumenta la presencia de tropas norteamericanas en Europa e instala los euromisiles, cuyo botón de lanzamiento está en Washington, y que pueden destruir completamente todas las divisiones soviéticas tras el telón de acero.
En el terreno ideológico, Reagan emprenderá un “rearme moral” con la “revolución conservadora”. Cogiendo como blanco el apaciguamiento, hará gala de un enfrentamiento directo con el “imperio de mal” y enfrentará los valores del capitalismo occidental referente a la propagada soviética. Es lo que luego se ha llamado "neoliberalismo" o "revolución conservadora" en la que le acompañará como fiel escudera la dama de hierro, Margaret Thatcher.
La política de Reagan busca en primer lugar el reforzamiento militar de sus áreas de dominio. Reforzando y ampliando las alianzas militares –OTAN -, protegiendo los escenarios vitales –Europa Occidental, Oriente Medio- a través de las armas nucleares o el incremento de tropas. Exigiendo a los aliados – de grado o por la fuerza- su incorporación a un frente antisoviético, donde el aspecto principal es la alianza militar incondicional.
3.- El encuadramiento militar que exige la superpotencia con urgencia, tensa las contradicciones internas en cada uno de los países dependientes y ninguna región del globo escapará a sus consecuencias.
En Turquía un golpe de Estado amarra el peón clave en Asia Menor; en España la campaña de acoso y derribo contra un Suárez demasiado neutralista culmina en el 23-F; en Italia, las posibilidades de que el PCI llegue al gobierno agudizan los “años de plomo” incrementando el terrorismo de las Brigadas Rojas o abriendo la posibilidad de un golpe de Estado.
· Todos los rincones del planeta van a sufrir la agudización del enfrentamiento hegemonista.
En Centroamérica, los EEUU de Reagan desatan una brutal represión: armando a la contra nicaragüense, provocando 30.000 muertos y múltiples sabotajes que le valen una condena internacional como Estado terrorista; alientan el genocidio en Guatemala, donde los escuadrones de la muerte asesinan a 200.000 campesinos; respaldan el golpe y la dictadura en El Salvador para frenar a la guerrilla; ni siquiera la diminuta isla de Granada, invadida por los marines, se libra.
En Oriente Medio la invasión israelí del Líbano, seguida de las mas acres de Sabra y Chatila, aseguran el control de un enclave estratégico. Incluso Afganistán será escenario de la respuesta norteamericana, financiando la organización de Bin Laden para que controle la resistencia.
· El aumento de las agresiones de las superpotencias genera una conciencia antihegemonista que se extiende por todo el planeta.
Surgen luchas de liberación contra el dominio soviético en Laos, Camboya o Afganistán; en Hungría o Polonia, donde el sindicato Solidaridad agrupa a diez de los catorce millones de obreros en una lucha que ni el golpe militar de Jarucelski puede frenar.
La revolución iraní señala como enemigos a “los dos satanes” –EEUU y la
URSS-, es la primera revolución que fija explícitamente el blanco en ambas
superpotencias. Washington y Moscú, a pesar de enfrentarse ferozmente en la
arena internacional, unen esfuerzos para derrocar el régimen de Teherán,
armando al Irak de Sadam Hussein.
(CONTINUARÁ)
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