Continuación del artículo "El desconocido poder del mundo hispano en la actualidad (I)".
2.- Una lengua global.
Una lengua no es sÓlo un vehículo de comunicación. En el ámbito global, la difusión de los idiomas supone también influencia y poder, el llamado "poder blando". Usar o conocer una lengua es acceder también a toda una cultura, y genera una corriente de identificación y simpatía. Por eso todas las potencias, como EEUU, pero también Francia, dedican enormes recursos a la promoción de sus idiomas.
En el mundo existen entre 6.000 y
6.500 lenguas registradas, pero sólo un pequeño puñado de ellas pueden
considerarse (por número de hablantes, extensión territorial, presencia en los
grandes medios...) como "lenguas globales". El español es sin duda una
de ellas.
Comparemos el español con el francés,
una de las lenguas de mayor prestigio internacional. Según la UNESCO, el número
de personas que se expresan en español en el mundo -513 millones- casi duplica
a las que lo hacen en francés -285 millones-. La diferencia es mayor, casi
cuatro veces más, si consideramos a quienes tienen el español como lengua
materna -483 millones-, frente al francés -135 millones-.
El español
es la segunda lengua del mundo en número de "hablantes nativos" -los que lo
tienen como primera lengua-, sólo por detrás del chino, y por delante del
inglés. Y es la tercera lengua del
planeta en número total de hablantes, independientemente de su nivel de
conocimiento o uso- Hasta 580 millones de personas en el mundo nos entenderian
si les hablamos en español.
Mientras el francés o el alemán han
desaparecido de las diez lenguas más habladas del planeta, el peso del español
está en permanente expansión. Sólo durante el último año hay tres millones más
de hispanohablantes en el mundo. Y si cogemos como referencia el año 2000, el
incremento es de 83 millones. Todas las previsiones apuntan a que ese
crecimiento continuará: en 2050 la comunidades hispanohablante abarcará 765
millones de personas, casi 200 millones más que en la actualidad.
Si cogemos la lista de los primeros diez países con mayor número de hispanohablantes, y donde el español no es la lengua oficial, nos llevaremos alguna sorpresa. Comprobaremos la extensión del español en países asiáticos como Israel -basado en la comunidad sefardita- o Japón, en África con Argelia -explicado por los refugiados saharauis-; en Oceanía con Australia; en el mundo anglosajón, desde Canadá a, sobre todo, EEUU, que muy pronto superará a España en número de hispanohablantes.
País |
Grupo de dominio nativo |
Grado de competencia limitada |
EEUU |
42.125.793 |
16.075.082 |
UE
-excepto España- |
1.400.000 |
30.975.000 |
Brasil |
460.018 |
96.000 |
Canadá |
410.670 |
293.000 |
Argelia |
175.000 |
48.000 |
Belice |
165.339 |
22.000 |
Israel |
130.000 |
45.000 |
Suíza |
124.000 |
|
Australia |
117.498 |
374.571 |
Japón |
108.000 |
|
El
español está a la cabeza de los rankings mundiales en capítulos donde nunca lo
imaginaríamos.
-
Es la segunda lengua del mundo en
numero de estudiantes que la aprenden como lengua extranjera, casi 22 millones
en 110 países.
-
Después
del inglés, el español es la segunda lengua en la que más documentos de
carácter científico se publican.
- El poder sobre internet es norteamericano. Pero el español es la tercera lengua más utilizada en la red, y la segunda en aplicaciones tan importantes como facebook, linkedin o twitter.
3.- El poder de atracción de la cultura hispana.
“El español ha alcanzado el nivel cultural más alto del mundo
y ocupa una posición muy original. La literatura española tiene por
representantes a Cervantes, Pérez Galdós, Baroja, Unamuno, Antonio Machado,
García Lorca... El Greco, Velázquez, Goya, Ruiz Picasso, Dalí... La
característica especial de la cultura española es que está llena de humanidad,
sensibilidad. Los españoles viven la versión más humana del mundo. La
sensibilidad original hispánica ha hecho posible el nacimiento de genios como
los enumerados. Si desapareciera la cultura española en el mundo, quedarían
pocas cosas”.
Quien así se expresa no es español. Se trata de Makoto Hara, profesor emérito de
Lingüística Hispánica en la Universidad de Estudios Extranjeros de Tokio. Un
japonés, un país alejado de la tradición occidental, tomando posición por la
cultura española.
Este hecho expresa la amplitud del Hispanismo, uno de los más relevantes movimientos culturales y académicos del mundo, donde miles de investigadores de primer nivel dedicados al estudio de España, de la lengua y cultura hispánicas y de la historia de España y del mundo hispano.
Existen hispanistas en los cinco
continentes. Hay una asociación asiática de hispanistas. Pero también otra
africana, árabe... Hay hispanistas en las principales potencias del planeta,
desde EEUU a Inglaterra y Francia o Alemania. Pero también en países del Tercer
Mundo que nunca han tenido una relación estrecha con España.
Hay una base material, el peso del
español en el mundo. Pero también otro factor, la significación de la alta
cultura española. No existe otro país en el mundo que haya dado tantos
referentes verdaderamente universales a la cultura. En literatura o en pintura.
Que tiene su correlato al otro lado del Atlántico: Hispanoamérica ha sido uno
de los grandes animadores culturales del siglo XX, cuya cultura no podría
entenderse sin García Márquez o Borges.
Pero tampoco puede entenderse la
existencia del hispanismo sin partir de lo que lo hispano ofrece al mundo. En
uno de los últimos congresos de hispanistas, uno de los ponentes afirmaba. “Yo resumiría en tres los valores principales
que la cultura española aporta a la sociedad internacional. En primer lugar, el
diálogo intercultural. La tradición española constituye uno de los puntos
culminantes de la historia cultural de la humanidad, que sirve hasta hoy de
modelo y de ejemplo de coexistencia de grupos humanos con culturas y religiones
distintas. En segundo lugar, destacaría la lengua española como puente entre
pueblos distintos. Por último, debemos hablar de la aportación que el español
realiza en el entorno de los valores humanos. Quienes estudian la literatura
española, entran en contacto con un mundo de valores humanos y de dilemas
morales en mayor grado que en cualquier otra literatura”.
Y el lema del último congreso de hispanistas en Asia es muy significativo: "Por el hispanismo hacia la fraternidad asiática". Colocando como ejemplo al mundo hispano, donde la identificación con una Patria Grande, donde todos sus miembros unidos redimensionan su peso internacional, al mismo tiempo se basa en la igualdad y la personalidad de cada país.
4.- Lo hispano avanza en EEUU
“Viví
en el monstruo, y le conozco las entrañas: y mi honda es la de David”.
José
Marti, héroe nacional cubano, vivió en EEUU, en “las entrañas del monstruo”.
Hoy lo “hispano” es un valor al alza en mismo corazón de la superpotencia.
La
gran burguesía norteamericana, especialmente sus sectores más reaccionarios,
como los que representa Donald Trump, han señalado a lo hispano como enemigo.
Con campañas para eliminar el español de las escuelas, bajo el lema “English
Only”, o atacando a quien se expresada en público en español. Pero la necesidad
de mano de obra del gran capital norteamericano se ha alimentado de la inmigración,
en buena parte procedente de países hispanos.
La población hispana en la superpotencia -nacida o no en EEUU- ha pasado de 9 millones en 1980 a 60 millones en la actualidad, y en 2060 se habrá duplicado, alcanzado los 119 millones. Es decir, uno de cada tres norteamericanos será hispano. EEUU será entonces -solo superado por México, y por encima de España- el segundo país del mundo con mayor número de hispanohablantes.
Desde
sus mismos orígenes como país, EEUU se ha nutrido de la inmigración. Pero la
comunidad hispana es diferente, se integra en la vida económica, social, cultural
o política., pero no se deja “anglosajonizar”, conservando su lengua y cultura,
y múltiples lazos en el conjunto del mundo hispano.
El 85% de los padres y madres hispanos hablan en español con sus
hijos, y el 72% de los hispanos norteamericanos, aunque se expresen perfectamente
en inglés, tienen al español como lengua materna.
Los hispanos juegan un papel no residual en el mundo de la cultura
norteamericana. En ámbitos como la música -donde la “música latina” cuenta con
más seguidores que el country-, o en el cine, con directores mexicanos copando
los Oscars en varias ocasiones.
Forman una parte cada vez más importante del pueblo trabajador
norteamericano: de 2009 a 2013 el 43% de los nuevos empleos en EEUU
correspondió a trabajadores hispanos.
Y son activos política y socialmente. En las elecciones presidenciales, que decidieron la no-continuidad de la “línea Trump”, los votantes hispanos -32 millones con derecho a voto- fueron “la minoría más numerosa”. Y en el sindicalismo o en buena parte de los movimientos sociales de lucha, los hispanos incrementan su presencia e influencia.
5.- Un mundo hispano de clase
El mundo
hispano no tiene ningún “centro de mando”, ninguna clase dominante ha cogido en
sus manos la tarea de organizarlo, y no existe una “Commonwealth” con la que la
ex-metrópoli pretenda encuadrar a sus antiguas colonias.
La unidad
del mundo hispano -lingüística, cultural, social, política- es obra de los
pueblos y ha contado con las aportaciones de un mundo de la cultura casi
siempre progresista. Esto dota a la unidad del mundo hispano de una fortaleza
mayor que la creada “desde arriba” o a través de “vínculos administrativos” o
meramente económicos. Y le confiere, también y sobre todo, un “color de clase”.
El mundo hispano no se explica por la conjunción de un puñado de potencias o la alianza entre un grupo de burguesías -como el “Mercado Común Europeo”-. La abrumadora mayoría de países hispanos pertenecen al Tercer Mundo. Y países del Segundo Mundo, como España o Portugal, que algunos presentan como “potencias imperialistas”, comparten con el resto del mundo hispano su condición de países dominados e intervenidos por la superpotencia.
La
conciencia de pertenecer a una Patria Grande, que comprende todo el continente
americano, o la defensa orgullosa de “lo hispano” frente a “lo anglosajón”, se
ha gestado a través de décadas de lucha contra el dominio primero inglés y muy
pronto norteamericano.
La
aplastante mayoría de los miembros de la comunidad hispana pertenecen al pueblo
trabajador, especialmente a la clase obrera, al proletariado -urbano y rural- y
al campesinado. Sucede en México, Brasil o Argentina, pero también en EEUU o
España.
En EEUU, los
23 millones de trabajadores hispanos en condiciones de legalidad representan el
15% de la fuerza laboral total, pero en el seno de la clase obrera su peso casi
se duplica, hasta suponer el 28%. A lo que deberíamos sumar los 11 millones de
“ilegales”.
Un
porcentaje que está en ascenso. Según el Economic Policy Institut el ritmo de
aumento del número de trabajadores y obreros de origen hispano en EEUU -un 7,9%
anual- será el que avance con mayor rapidez.
(CONTINUARÁ)
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